Un Porsche aparcado en la pared
'He vivido del arte desde el principio', dice el pintor realista Manu Campa, que expone en la galer¨ªa BeCurious
Cuando el joven ingeniero austriaco acept¨® el encargo de Hitler de concebir un coche "para el pueblo", no imaginaba, ni de lejos, que estaba plantando la semilla de la que nacer¨ªan algunos de los deportivos m¨¢s exclusivos del mundo. Del l¨¢piz de Ferdinand Porsche naci¨® el Volkswagen Escarabajo. Luego fund¨® su propia marca, y el resto es historia.
"Los primeros modelos de Porsche eran b¨¢sicamente Escarabajos: un motorcito detr¨¢s, y estructuras extremadamente sencillas", cuenta Manu Campa, en referencia al 356 y al 550, tristemente ic¨®nico desde que James Dean perdi¨® la vida cuando lo conduc¨ªa. "Son m¨¢quinas muy simples que generan aut¨¦ntica locura", prosigue el pintor, y la realidad lo confirma: hoy, se subastan ejemplares cl¨¢sicos de Porsche por millones de euros. Manu Campa (Madrid, 1983) lleva cuatro a?os pint¨¢ndolos con ¨¦xito inusitado: recibe encargos todos los meses, de todas las partes del mundo y hasta de la propia Porsche. Hasta el 20 de octubre, expone algunas de sus obras (acr¨ªlico sobre lienzo) en la galer¨ªa BeCurious, dentro del estudio de dise?o id.real.
Campa, que estudi¨® Bellas Artes en Aranjuez y se encuadra dentro del realismo figurativo, no se anda con rodeos: "He vivido del arte desde el principio. Me sal¨ª de la tendencia de buscar una l¨ªnea de trabajo muy personal, mi prioridad siempre ha sido mantener una econom¨ªa familiar. Tuve muy claro desde el principio que quer¨ªa vender cuadros. Por eso me adaptaba a lo que me ped¨ªa mi entorno en su momento, que eran casi todo familia, amigos, amigos de amigos... Me pidieron much¨ªsimos retratos. Tambi¨¦n paisaje urbano, cuadros de animales... Siempre cosas que me gustaban, pero que sab¨ªa que ten¨ªan tir¨®n comercial. Para m¨ª la clave era facturar mensualmente. Y vivir de ello".
Es coleccionista de bicicletas cl¨¢sicas, y en ellas encontr¨® otro fil¨®n. "Sus formas tan sencillas funcionan muy bien pict¨®ricamente". Tambi¨¦n le vali¨® alguna confusi¨®n: "Han aparecido tipos en mi estudio, con su bicicleta, pregunt¨¢ndome si se la pod¨ªa pintar. Yo les respond¨ªa que, efectivamente, pinto cuadros de bicis, pero no los cuadros de las bicis".
Hace cuatro a?os se compr¨® un Escarabajo cl¨¢sico, el espaldarazo definitivo a su carrera. "Lo retrat¨¦, y de ah¨ª pas¨¦ a sus descendientes. Luego fui a ense?ar mi trabajo a un evento de aficionados de Porsche que hay cada a?o en Miami, y a Art Basel [la feria de arte de Basilea, Suiza]". Desde entonces, no han parado de lloverle pedidos. Desde gente que tiene un Porsche y quieren que lo retrate, hasta quienes solo pueden permit¨ªrselo colgado de la pared del sal¨®n.
Los cuadros de Campa recrean con precisi¨®n desconcertante cada curva y recoveco de las carrocer¨ªas, y la manera en que la luz incide en ellas. "No se diferencian mucho de una escultura, detr¨¢s de esos dise?os, que son muy fr¨ªvolos y utilitaristas para la mayor¨ªa, hay un estudio incre¨ªble de proporciones. Y cuando funciona, se convierte en un icono". Y pone un ejemplo: "La Vespa no es un s¨ªmbolo porque lo haya decidido la marca, sino porque lo ha decidido el pueblo. En esas curvas hay algo que funciona est¨¦ticamente. Lo mismo sucede con un Porsche 911: tiene una zaga tan definida, y una silueta tan limpia, de atr¨¢s hacia delante, que es un modelo inigualable para un pintor". Y a?ade, tajante: "No estoy de acuerdo con lo que dec¨ªa Enzo Ferrari: 'yo te vendo un motor, el resto te lo regalo'. Esos deportivos eran dise?os con un equilibrio perfecto, aut¨¦nticas obras de arte".
Los coches no son su ¨²nica fuente de inspiraci¨®n. Las calles de Madrid aparecen tambi¨¦n en muchas de sus obras. Durante a?os tuvo su estudio en Malasa?a. "Siempre me ha rodeado el centro, y me flipa est¨¦ticamente. Una ma?ana cualquiera de invierno soleado, tienes una luz brutal. El sol entra por las calles, y las traza a lo largo", dice el artista.
Pero, por el momento, los Porsche ocupan casi todo su tiempo. ?Su proyecto m¨¢s inmediato? "Ir a un taller a por una pieza del motor de mi Escarabajo, que me lo cargu¨¦ el otro d¨ªa", dice, antes de despedirse. Cualquier cuidado es poco para su primera musa.
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