¡°?En serio Madrid era ¨¢rabe?¡±
Una veintena de sirios y palestinos realizan una ruta gratuita para conocer el pasado isl¨¢mico de Madrid en una ruta integradora
¡°Pensaba que los ¨¢rabes solo hab¨ªan estado en Al ?ndalus. ?En serio Madrid era ¨¢rabe?¡±, dice Ismail, un sirio de 73 a?os. El hombre pronuncia las palabras mientras asiste a una ruta pensada para una veintena de refugiados como ¨¦l ¡ªprocedentes de Siria y Gaza¡ª que han podido as¨ª conocer el pasado isl¨¢mico de la capital. ¡°Donde estamos ahora era un barrio musulm¨¢n que se llamaba La Morer¨ªa, porque aqu¨ª viv¨ªan a los que llamaban moros¡±, explica el gu¨ªa, el historiador Juan Cort¨¦s, que realiza esta labor de forma gratuita para ayudar en la integraci¨®n de estas personas. ¡°Quiero que los participantes se sientan integrados con la ciudad, que vean que Madrid tiene un pasado isl¨¢mico que se est¨¢ rescatando ahora, y que lo pueden conocer para que la ciudad se les haga menos ¨¢spera, que conozcan que Madrid fue musulmana y que, de alguna manera, lo sigue siendo, y que es bueno para nosotros tenerlo presente¡±, contin¨²a.
La ruta arranca en el Museo de San Isidro. La veintena de hombres, mujeres y ni?os que participan se encuentran ah¨ª con su gu¨ªa. ¡°Ahlan ua sahlan¡±, saluda Cort¨¦s en ¨¢rabe. Luego se ayudar¨¢ del sirio Jaled para traducir sus palabras al ¨¢rabe. ¡°Llevo cuatro a?os en Espa?a, pero estudi¨¦ Filolog¨ªa Hisp¨¢nica en Damasco¡±, se?ala el traductor, que colabora con la Asociaci¨®n Internacional de Ayuda Humanitaria, la ONG que impulsa la iniciativa.
¡°Madrid es la ¨²nica capital europea fundada por los ¨¢rabes, adem¨¢s los musulmanes han tenido mucha influencia aqu¨ª, llegaron a Espa?a en el a?o 711 y se quedaron casi ocho siglos¡±, se arranca el gu¨ªa. ¡°El nombre original de Madrid era Mayrit, es la ¨²nica capital europea cuyo nombre viene del ¨¢rabe. Vamos a ver c¨®mo era la vida de los madrile?os de aquel Madrid ¨¢rabe¡±, les dice. Los ni?os miran sorprendidos. ¡°Yala¡± (vamos, en ¨¢rabe), dice Cort¨¦s, y despierta la risa entre los peque?os. Entonces pasan a la sala del museo que recuerda este pasado. Una mujer siria que lleg¨® a Espa?a hace cinco a?os mira un utensilio ¨¢rabe de hace diez siglos, una especie de olla de barro, y dice que en su pa¨ªs ten¨ªa un cacharro similar para cocinar. ¡°Hemos heredado de los ¨¢rabes el barro y el botijo¡±, les dice el gu¨ªa.
Luego les muestra una casa t¨ªpica andalus¨ª como las que hubo en aquel Madrid, y les explica que en Andaluc¨ªa quedan muchas casas as¨ª, herencia de los ¨¢rabes. Despu¨¦s se acerca a un mapa en 3D del Madrid medieval y les explica que los musulmanes escogieron esta zona porque hay un gran desnivel y era f¨¢cil de defender.
¡°Me gusta mucho Madrid y me apetec¨ªa saber m¨¢s sobre su historia, por eso me he apuntado a esta ruta, quiero conocer todos sus monumentos¡±, explica Maha, una siria de 60 a?os que ha acudido junto a su marido. Sayida, de 18 a?os, es refugiada procedente de Gaza, en Palestina, de donde vino hace dos a?os. ¡°Me gusta aprender sobre todo tipo de cosas, y me gusta mucho la cultura y la historia. Por eso me he apuntado a esta ruta¡±, dice, junto a sus padres y hermanos. Abdul¨¢, un sirio de 14 a?os, tiene una opini¨®n similar: ¡°Me gusta mucho saber que aqu¨ª viv¨ªan musulmanes hace siglos, y adem¨¢s mi profesor del instituto me recomend¨® acudir a este museo¡±. El adolescente estudia en Madrid 2? de ESO y se?ala que las explicaciones le vienen bien para sus estudios: ¡°Estoy estudiando la Edad Media y el islam me gusta saber c¨®mo era Madrid en esa ¨¦poca¡±.
Cort¨¦s gu¨ªa a los refugiados al exterior del museo, por las intrincadas calles del Madrid de los Austrias. Se detiene en una callejuela estrecha y les hace girarse. ¡°Mirad hacia all¨¢¡±. Una torre mud¨¦jar de m¨¢s de ocho siglos los contempla. Es la torre de san Pedro. ¡°El arte mud¨¦jar es el que desarrollaron los ¨¢rabes tras la conquista por parte de los cristianos¡±. Luego se detiene en una plaza. ¡°La plaza del Alamillo ha sido igual en los ¨²ltimos mil a?os. Su nombre viene de Al Am¨ªn, un tribunal que llevaba los asuntos de los musulmanes que se quedaban a vivir con los cristianos. Los musulmanes han dejado m¨¢s de 2.000 palabras en castellano, adem¨¢s de algunas costumbres, comidas, cultura¡¡±. Los participantes en la ruta mueven la cabeza afirmativamente cuando Jaled les traduce estas ideas. ¡°Tambi¨¦n la letra jota, que los ingleses y franceses no saben pronunciar, pero los ¨¢rabes s¨ª. Yo, por ejemplo, me llamo Jjjuan¡±, dice forzando el acento. Los refugiados sueltan una sonora carcajada.
¡°Les damos clases de espa?ol con profesores voluntarios, pero adem¨¢s los profesores van a sus casas y son su v¨ªnculo con la sociedad, les ayudan en todo lo que necesitan. Adem¨¢s, intentamos organizar visitas a museos, encuentros y eventos¡±, se?ala Katarina, de la Asociaci¨®n Internacional de Ayuda Humanitaria, quien tambi¨¦n asiste a la ruta. Tambi¨¦n colabora Servicio Civil Internacional, otra ONG que imparte clases gratuitas de espa?ol a extranjeros. Luego, los refugiados contin¨²an hasta el lienzo de muralla ¨¢rabe de la cuesta de la Vega, donde el pasado isl¨¢mico de la ciudad les har¨¢ sentirse m¨¢s cerca de la ciudad que les acoge.
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