Quico Pi de la Serra cede sus 115 guitarras al Museo de la M¨²sica
Una exposici¨®n muestra los instrumentos que han acompa?ado al cantautor a lo largo de su carrera
Tiene 115 guitarras pero se autodefine como un ¡°no coleccionista¡± porque lo suyo es tocarlas: ¡°Si no se tocan, se estropean¡±. Con esa firmeza el cantautor catal¨¢n Quico Pi de la Serra se niega a hablar de colecci¨®n, sino de instrumentos que ha ido atesorando ¡ªy tocando¡ª en su larga carrera musical de m¨¢s de cinco d¨¦cadas que le ha llevado por pa¨ªses de Europa y Am¨¦rica. Las ha tenido colgadas en las paredes de su casa o protegidas por estuches en un altillo y ahora han quedado en dep¨®sito durante diez a?os en el Museo de la M¨²sica del Auditori de Barcelona. ¡°La verdad es que no sab¨ªa ni yo cu¨¢ntas ten¨ªa¡±, confesaba en una sala del museo que ocupa la exposici¨®n Las guitarras de Quico Pi de la Serra, que contar¨¢ con un concierto en directo del cantante en el Museo el 16 de diciembre.
Frente al espacio de la importante colecci¨®n de guitarra espa?ola del Museo, se ha dispuesto parte del fondo del que fue uno de los componentes de Els Setze Jutges. Una venerable guitarra de aquellos a?os, del taller de Joan Estruch, que perteneci¨® a otro de los fundadores del movimiento catal¨¢n, el psiqui¨¢tra y m¨²sico Delf¨ª Abella, se puede ver en las vitrinas: ¡°Me la regal¨®. Es una guitarra muy buena y testimonio de toda una ¨¦poca¡±, explicaba Pi de la Serra.
Al lado, un estilizado sitar que compr¨® en uno de sus viajes ¡ª¡±porque me dijeron que toc¨¢ndolo se ligaba¡±, cuenta¡ª con el que recibi¨® clases del maestro indio Ravi Shankar: ¡°Se enfad¨® conmigo cuando me vio que llevaba el sitar en un estuche. Se tiene que llevar abrazado al cuerpo, me dijo¡±. De ¨¦l recuerda que era una persona muy agradable con la que acab¨® teniendo amistad, adem¨¢s de aprender a afinar el sitar.
De las 115 guitarras que ha cedido, se han expuesto 38 que se ir¨¢n cambiando a lo largo de la exposici¨®n, que se prolongar¨¢ hasta abril de 2019. Entre otras cosas, porque una de las condiciones que puso Pi de la Serra para ceder sus instrumentos es que pudiera disponer de alguno de ellos: ¡°yo necesito entre 8 y 10 guitarras porque suelo utilizarlas para componer. No siempre es la misma¡±.
Hay guitarras ac¨²sticas y el¨¦ctricas, una guitarra-laud alemana ¡ªque ha tocado en muchos conciertos e ilustra la portada de su cuarto disco y que durante un tiempo la tuvo Maria del Mar Bonet¡ª y algunos instrumentos de Centro y Sudam¨¦rica, tan singulares como una guitarra Chamula que le regalaron en un viaje que hizo a M¨¦xico en 1975. ¡°Cada nota tiene tres cuerdas. Es la guitarra imposible. No se puede tocar¡±, resum¨ªa el cantautor.
Historias detr¨¢s
En las vitrinas reposa tambi¨¦n una guitarra ac¨²stica Archtop: ¡°la compr¨¦ en Estados Unidos y fue de George Benson¡±, explica una de las cartelas que acompa?an los instrumentos. Es una exposici¨®n para ver y tambi¨¦n escuchar algunas canciones del m¨²sico grabadas en el programa de radio T'agrada el blues? de Catalunya R¨¤dio que hace 25 a?os que est¨¢ en emisi¨®n y que se pueden reproducir en una mesa digital.
¡°La m¨¢s antigua es una Ib¨¢?ez de finales del siglo XIX", apuntaba Jaume Ayats, director del Museo de la M¨²sica, donde el fondo cedido por el cantautor catal¨¢n estar¨¢ en unas condiciones ¨®ptimas. Las hay compradas, regaladas y algunas de procedencia inconfesable, ironizaba Pi de la Serra. Casi todos los instrumentos que se pueden ver tiene una historia detr¨¢s. Una ac¨²stica Archtop la compr¨® en Estados Unidos porque hab¨ªa pertenecido a George Benson. Otra es una Tres que le regalaron en Cuba en 1973: ¡°Despu¨¦s de tocar en una f¨¢brica de puros, el gobierno cubano me la regal¨®. Fui a Cuba para 15 d¨ªas y me qued¨¦ dos meses¡±, explica una cartela. De algunas no sabe la procedencia, solo que han sido sus compa?eras buena parte de su vida.
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