Y el rey del cachopo desapareci¨®

La fotograf¨ªa se tom¨® a principios de este a?o en un estand de la Feria Internacional de Turismo (Fitur). En ella aparecen tres personas que, por el brillo de sus ojos, se nota que en ese momento concreto de sus vidas viven el sue?o dorado. De derecha a izquierda, abrazados y sonrientes, Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad; Mariano Rajoy Brey, presidente del Gobierno; y el tercero, el m¨¢s an¨®nimo de los tres, C¨¦sar Rom¨¢n Viruete, El rey del cachopo. Diez meses despu¨¦s dos han ca¨ªdo en desgracia y el otro ha desaparecido.

El reinado de Rom¨¢n, un personaje confuso que revolucion¨® en tiempo r¨¦cord la restauraci¨®n madrile?a, ha sido ef¨ªmero pero muy ruidoso. Su forma de hacer, estramb¨®tica y un tanto alucinada, maravill¨® y asust¨® a la vez a todo el que coincidi¨® con ¨¦l. Con una agresiva campa?a de marketing, que le hizo aparecer constantemente en los medios, Rom¨¢n convirti¨® un filete de ternera con jam¨®n, queso, huevo y pan rallado en un plato de moda en Madrid que le hizo la competencia al sushi y al ramen.

En apenas a?o y medio, entre 2016 y principios de este a?o, El rey del cachopo abri¨® cinco locales, alquil¨® naves para producir en cadena, compr¨® seis motos repartidoras, impuls¨® una franquicia con el respaldo de un banco y autoproclam¨® su plato como el mejor elaborado de Espa?a. Desde Asturias, la patria del cachopo, observaban con asombro la trayectoria vertiginosa de un chef tan inusual. Nada de lo que levant¨® entonces sigue ahora en pie, como le ocurri¨® a los otros dos protagonistas del retrato.

La burbuja que C¨¦sar Rom¨¢n, de 45 a?os, cre¨® a su alrededor acab¨® pinchando hace unos meses. Los cinco restaurantes que hab¨ªa abierto por toda la ciudad con la pomposa marca A Ca?ada Delic Experience han bajado la persiana. Los proveedores, socios y trabajadores le reclaman importantes cantidades de dinero pero no logran dar con ¨¦l. Su paradero es un misterio, seg¨²n adelant¨® El cierre digital. Su familia denunci¨® en julio su desaparici¨®n ante la Guardia Civil, sin que desde entonces las autoridades hayan logrado localizarlo.

El camino de Rom¨¢n hasta aqu¨ª es largo y a veces confuso. Una cosa es segura: su despegue comenz¨® en un rinc¨®n depauperado del barrio de Embajadores, la calle Alonso del Barco. Era el lugar en el que se organizaban las cundas, los taxis colectivos de yonquis que viajaban al extrarradio de la ciudad en busca de droga. Rom¨¢n y su pareja de entonces, Nati, se hicieron cargo a principios de la d¨¦cada de un restaurante en esa calle al que llamaron A Ca?ada. Intentaron impulsarlo promocionando la fabada y otros platos del norte sin demasiada repercusi¨®n. Se dieron a conocer en la feria de la tapa de Tapapi¨¦s, en 2014. A lo grande.

En apenas 10 d¨ªas, el restaurante sirvi¨® 12.000 tapas de cachopo, una idea que hasta entonces nadie hab¨ªa tenido. Fue un ¨¦xito instant¨¢neo. El local se puso de moda. La personalidad de Rom¨¢n ejerc¨ªa de im¨¢n para la clientela. Regaba sus conversaciones de medias verdades y relatos excesivos que lo convirtieron en un personaje atrayente. Aseguraba haber sido pol¨ªtico, periodista y poseer pasaporte diplom¨¢tico ruso. Dec¨ªa ser vasco aunque el registro certifique que naci¨® en Madrid en 1973.

Planes megal¨®manos

"Factur¨¢bamos cinco y seis mil euros al d¨ªa durante los fines de semana. Mucho dinero para un local de 100 metros cuadrados. Era una locura", recuerda un trabajador de esa etapa. La calle que hasta entonces hab¨ªa sido un rinc¨®n que mucha gente del barrio evitaba cruzar se llen¨® de gente, sobre todo de j¨®venes atra¨ªdos por grandes cantidades de comida a buen precio.

La huida hacia adelante de Rom¨¢n comienza tras el divorcio de Nati. Ella se queda con un local abierto en Lavapi¨¦s, ¨¦l con el de Alonso del Barco. Ella aparecer¨¢ en el programa de La Sexta de Chicote, el chef que supuestamente ayuda a levantar negocios en ruinas. ?l, en un gesto para ennoblecer el suyo, le a?ade la coletilla Delic Experience al nombre. Vende el restaurante como "alta cocina del norte", pero no llega a serlo, seg¨²n los expertos del sector.

Relanz¨® la sidrer¨ªa en marzo de 2016. Con el boom que se hab¨ªa generado alrededor del cachopo y un avispado experto en comunicaci¨®n logr¨® darle una difusi¨®n espectacular. En la inauguraci¨®n hubo 100 periodistas, como en la presentaci¨®n de un fichaje del Real Madrid. El responsable de estas campa?as, Manuel D¨ªaz, calcula que el impacto de esta campa?a tuvo un valor de dos millones de euros.

Rom¨¢n encandil¨® a todo el mundo. Pero ahora nadie sabe nada de ¨¦l (en su cartel de SOS Desaparecidos se detalla que mide 1,52, pesa 70 kilos y tiene los ojos marrones claros y el pelo casta?o) pero en su d¨ªa su presencia era ubicua. Un domingo particip¨® en un duelo de cachopos que organiz¨® el programa de radio A vivir Madrid, de la cadena SER. Se enfrent¨® a los due?os del restaurante Con dos fogones, que poco despu¨¦s lamentar¨ªan hab¨¦rselo cruzado en el camino. Rom¨¢n se present¨® en los estudios de la Gran V¨ªa repeinado como un ni?o el d¨ªa de su comuni¨®n. Lo primero que dijo al micr¨®fono, mientras ense?aba tres cachopos, es que regentaba una de las sidrer¨ªas que m¨¢s sidra consum¨ªa de la regi¨®n, lo que le hab¨ªa obligado a crear su propia marca para autoabastecerse. Los proveedores no pod¨ªan seguirle el ritmo.

Al salir de la radio, uno de los socios del otro restaurante, David Noval, sugiri¨® que fueran a tomarse algo a su local. Bebieron cerveza, intimaron. Rom¨¢n mir¨® a su alrededor y le gust¨® lo que vio. Decidi¨® quedarse ese restaurante, continuar as¨ª su ambiciosa expansi¨®n. Pocas semanas despu¨¦s firmaron un traspaso de 70.000 euros. Rom¨¢n le dio un adelanto mediante un cheque. El problema es que no ten¨ªa fondos. Noval nunca cobr¨® un euro y tuvo durante meses paralizado el negocio en el centro de la ciudad, donde el alquiler est¨¢ por las nubes. "Fue una ruina", explica.

Las deudas se acumulaban. Comenzaron a aparecer pintadas en las persianas de sus locales. Estuvo desaparecido unos d¨ªas hasta que sus amigos lo encontraron golpeado en un hospital de Madrid. Rom¨¢n dijo que hab¨ªan intentando robarle y en otra conversaci¨®n que se inmiscuy¨® en una pelea de discoteca. Lo que es seguro es que a partir de varios episodios de este tipo contrat¨® a un guardaespaldas al que ve¨ªa com¨²nmente acodado en la barra de las sidrer¨ªas.

Nada le detuvo. Rom¨¢n impuls¨®, junto a otros cuatro socios, un sistema de franquicia que recibi¨® el apoyo del banco Sabadell. El 28 de junio de 2016 present¨® el plan en el centro de negocios Melior, en Diego de Le¨®n, donde anunci¨® que se iban a abrir los primeros locales en M¨®stoles y Legan¨¦s. El coste rondada los 180.000 euros pero eso no era problema, el dinero fluye, hay cr¨¦dito para una idea tan buena. "Financiamos el cien por cien de la operaci¨®n, desde el canon de entrada hasta las mercader¨ªas, los seguros, el alquiler y la inversi¨®n inicial en obra, maquinaria e instalaci¨®n", explic¨® ese d¨ªa el director de la entidad bancaria de Madrid.

El rey del cachopo cre¨® un estilo. Tom¨¢s Guti¨¦rrez, presidente de La Vi?a, la asociaci¨®n mayoritaria de hosteleros, reconoce que Rom¨¢n "hizo mucho ruido". "El cachopo no se conoc¨ªa demasiado antes", a?ade.

"Tiene una mentalidad infantil. Es como un villano de James Bond con planes grandilocuentes que nunca llegan a nada", lo retrata uno de sus colaboradores cercanos. El problema es que, al contrario de esos personajes bizarros, no tiene gracia. Este a?o fue detenido por maltrato animal ("dos palazos en la cabeza a un perro", retrata el parte) y sobre ¨¦l pesa una orden de alejamiento de su expareja.

El misterio de su desaparici¨®n se ha visto agrandado por la aparici¨®n del trozo de un cad¨¢ver. En agosto los bomberos acudieran a sofocar un peque?o incendio en una nave en Usera vinculada con Rom¨¢n y al llegar encontraron el torso calcinado de una mujer guardado en el interior de una maleta. Las pruebas de ADN descartaron supuestamente que el tronco perteneciera a la ¨²ltima pareja de Rom¨¢n, una joven hondure?a.

La polic¨ªa, en principio, no est¨¢ segura de que el hallazgo tenga que ver con su desaparici¨®n. Sea como sea, el episodio ha enturbiado todav¨ªa m¨¢s su ¨²ltima andadura a lomos de un cachopo.