Por qu¨¦ siempre que llueve hay atasco en Madrid

El pasado lunes Madrid pas¨® una hora punta infernal. Llov¨ªa, pero no tanto. En la siguiente figura se dan los datos de la Agencia Espa?ola de Meteorolog¨ªa de precipitaciones en Madrid ese d¨ªa. La hora punta de la ma?ana se transform¨® en una pesadilla para muchos viajeros, en coches, furgonetas, autobuses y camiones.

Como llov¨ªa, la causa para la sabidur¨ªa popular ya est¨¢ identificada. ¡°Cuando llueve, los madrile?os no saben conducir¡±. Como muchos no hemos nacido en esta estupenda ciudad que amamos, tampoco parece que sepan los de fuera, vaya. Es como si la lluvia nos cayera a nosotros encima, y no en los techos de nuestros veh¨ªculos o nuestros cascos, y nos borrara la memoria y la coordinaci¨®n.

?Por qu¨¦ siempre que llueve hay atasco?, se preguntan muchos. Para empezar, eso no es verdad. Ocurre m¨¢s bien que las cosas se complican algunos de los d¨ªas que llueve. ?Qu¨¦ pasa, entonces? Que cuando no llueve hay menos incidentes, y menos accidentes. La distancia de frenado no crece, las ruedas no pierden adherencia con acumulaciones de agua, la visibilidad no disminuye. Estamos acostumbrados a conducir en seco, y no hay demasiados incidentes en un d¨ªa sin lluvia. Madrid es una ciudad m¨¢s bien seca. Depende de las fuentes, pero en general los d¨ªas de lluvia en Madrid son alrededor de 60, uno de cada cinco; los d¨ªas de tormenta son alrededor de 15 en un a?o medio.

Cuando llueven m¨¢s de cuatro gotas, pasan dos cosas distintas, que pueden superponerse. La primera, si de verdad llueve torrencialmente, esos 15 d¨ªas al a?o, y sobre todo cuando son? laborables. Las carreteras est¨¢n preparadas para evacuar una lluvia no demasiado excepcional. Al alcantarillado urbano le pasa lo mismo. Por tanto, esos d¨ªas hay agua en el firme, y la visibilidad empeora. Esto, unido a unos conductores que no cambian su comportamiento en hora punta, es una receta ideal para que se multipliquen los incidentes y accidentes. Hay as¨ª p¨¦rdida de carriles, y as¨ª caben muchos menos coches.

La segunda cosa que ocurre es que, aunque llueva menos, hay una adherencia reducida, que aumenta las distancias de frenado y, en combinaci¨®n con los pasos de peatones y l¨ªneas de las calles y carreteras, origina una mayor inestabilidad de motos, bicicletas y ciclomotores. M¨¢s incidentes.

?Solo pasa esto? Desgraciadamente, como se pudo ver el lunes, tambi¨¦n hay una asombrosa falta de gesti¨®n de tr¨¢fico. Todo lo m¨¢s, hay informaci¨®n: ¡°Accidente de autob¨²s en la A-6¡± ?se cambian los sem¨¢foros en puntos cr¨ªticos? No. ?Hay planes de intervenci¨®n m¨¢s r¨¢pida los d¨ªas de lluvia? Otros deben responder, pero desde luego el lunes no se vio nada de eso. Finalmente, esos d¨ªas muy malos tienen una gran persistencia en la memoria de los usuarios. Un d¨ªa malo borra veinte o treinta buenos. Parece as¨ª que cuando llueve hay atascos horrorosos, y no siempre es as¨ª.

M¨¢s incidentes, mala suerte por su localizaci¨®n, nulo cambio de comportamiento de conductores, poca gesti¨®n, y persistencia de la mala experiencia. La receta para tener que convertirse en el santo Job algunos d¨ªas de lluvia.

*Manuel Romana Garc¨ªa es ingeniero y profesor titular de la Universidad Polit¨¦cnica de Madrid