La sala de venopunci¨®n del Raval duplica la actividad por el cierre de narcopisos
Los expertos en Salud P¨²blica niegan un aumento global del n¨²mero de nuevos consumidores de hero¨ªna
La macrooperaci¨®n policial que a finales de octubre cerr¨® 26 narcopisos en el Raval de Barcelona ha tenido efectos en la actividad de los servicios de reducci¨®n de da?os del barrio. La sala de venopunci¨®n Baluard ha duplicado su actividad. Durante el verano, la media de toxic¨®manos que cada noche consum¨ªan en el centro era de 36. Tras la redada, la cifra ascendi¨® a 70. Los expertos insisten en que, globalmente, no han aumentado los consumidores en la ciudad.
El operativo policial del pasado 29 de octubre puso coto a uno de los problemas que asfixiaba al barrio: la venta de droga. Pero el dispositivo policial ha tenido un efecto colateral al precipitar la vuelta de muchos toxic¨®manos al circuito de consumo supervisado del sistema p¨²blico de salud. La comisionada de Salud, Gemma Tarafa, celebr¨® ayer que el cierre de los narcopisos redujese el riesgo de hacer consumos de riesgo porque los toxic¨®manos han vuelto a hacerlo en zonas controladas y con medidas de seguridad e higiene, como la sala Baluard, y se evitan problemas de salud derivados de pr¨¢cticas de riesgo en el consumo por v¨ªa inyectada.
Jos¨¦ L¨®pez, de 48 a?os, lleva cuatro consumiendo hero¨ªna. Empez¨® con un amigo, ¡°por probar¡±. ¡°Un d¨ªa dejas de fumar y ves que las piernas te pesan, te sientes mal... Fumas, y se te quita todo. El mono. Te das cuenta de que lo necesitas¡±, explica. El fen¨®meno de los narcopisos lo vivi¨® hasta el hartazgo. ¡°Yo me borr¨¦ de los narcopisos en verano porque acab¨¦ cansado de la presi¨®n de le gente, que te pide cosas, no est¨¢s relajado. Tanta afluencia de gente, se ha ido un poco de madre. Desde verano voy a un piso concreto a comprar y vengo a Baluard¡±, admite. El centro se ha convertido en ¡°la columna vertebral¡± de su vida, asegura, e incluso ha empezado un tratamiento de deshabituaci¨®n de la hero¨ªna.
El centro de atenci¨®n y seguimiento de drogodependencias (CAS) Baluard, que aglutina una atenci¨®n integral a las adicciones, con servicios terap¨¦uticos y salas de reducci¨®n de da?os, ha recibido el doble de toxic¨®manos en los 10 d¨ªas posteriores al macrooperativo policial. El pasado 2 de noviembre se alcanz¨® el punto m¨¢s alto con un centenar de consumidores que acudieron a la sala de consumo supervisado. El centro, que hab¨ªa ampliado el horario a todo el d¨ªa durante el verano, recupera la jornada de invierno pero ampliando las horas de apertura, desde las siete de la ma?ana a las 12 de noche. El Ayuntamiento mantendr¨¢ los 23 educadores de calle, que hacen un seguimiento de la situaci¨®n en los puntos m¨¢s conflictivos.
El ¨¦xito sanitario del modelo Baluard
Como el CAS Baluard hay 15 centros distribuidos por la ciudad. Todos tienen comunidades terap¨¦uticas, servicios de desintoxicaci¨®n y salas de consumo supervisado. ¡°Nosotros ubicamos los espacios donde existe la problem¨¢tica [adicciones] para mitigarla¡±, apunta Ar¨¢nega. El a?o pasado, 3.700 personas acudieron a las salas de venopunci¨®n de Barcelona, 2.100 de ellas a Baluard. La atenci¨®n de los CAS es integral y va m¨¢s all¨¢ de las salas de venopunci¨®n. De hecho, ese abordaje psicosocial y el acompa?amiento personalizado ayudan a que el 10% de los usuarios que entran en la sala de consumo supervisado acaban iniciando tratamiento de deshabituaci¨®n.
El incremento de actividad en el CAS Baluard no es extrapolable, no obstante, al resto de la ciudad. Tanto los profesionales que est¨¢n a pie de calle como los epidemi¨®logos que monitorizan los indicadores de alerta, insisten en que la fotograf¨ªa del Raval no representa, en n¨²meros absolutos, un incremento de consumidores ni mucho menos una vuelta a las cifras de los terribles a?os 80, donde la epidemia de la hero¨ªna se cobr¨® cientos de vidas. ¡°No hay un dato exponencial que nos diga que hay nuevas visitas. El efecto de disgregaci¨®n hace que haya m¨¢s espacios, pero no m¨¢s sustancia ni m¨¢s usuarios¡±, zanja el director de Baluard, Diego Ar¨¢nega. Desde su perspectiva, Jos¨¦ coincide: ¡°Antes estaban dispersados y ahora est¨¢n todos aqu¨ª.Todos los que viv¨ªan y trabajaban en los narcopisos est¨¢n aqu¨ª¡±.
Los datos epidemiol¨®gicos constatan esta estabilidad del consumo.?El subdirector de Drogodependencias del Departamento de Salud, Joan Colom, enumera todos los indicadores a su alcance para monitorizar la tendencia de la hero¨ªna. Todos est¨¢n estables. ¡°No bajamos la guardia. Es preocupante y complejo y no todos los indicadores retratan la fotograf¨ªa del momento, por eso hay que mirar las tendencias. No tenemos pruebas de que haya aumentado la hero¨ªna¡±, insiste. La edad media de inicios de tratamientos de desintoxicaci¨®n por hero¨ªna es 41 a?os, lo que significa que son consumidores mayores, cr¨®nicos, la mayor¨ªa que acumulan reca¨ªdas. "En 1989, el 50% de los 6.000 inicios de tratamiento que ten¨ªamos eran por hero¨ªna (3.078 casos). En 2017, son el 12%: 1.764 de 13.716", apunta Colom. Los programas de mantenimiento de metadona se han estabilizado a la baja y tampoco hay m¨¢s mortalidad ni morbilidad ni emergencias relacionadas con el consumo de hero¨ªna, insiste el alto cargo.?
¡°No hay m¨¢s episodios de sobredosis, ni m¨¢s urgencias por hero¨ªna ni m¨¢s inicios de tratamiento de gente joven. La hero¨ªna es la de siempre. Lo que pasa es que es un tema de vasos comunicantes: los ves ah¨ª porque venden all¨ª. Pero probablemente ahora se mover¨¢ a otro sitio¡±, apunta la doctora Marta Torrens, responsable de Adicciones del hospital del Mar y de su ¨¢rea de referencia, que aglutina algunos de los puntos m¨¢s calientes de venta y consumo. El Ayuntamiento y Salud P¨²blica monitorizan los CAS de la ciudad para ver, precisamente, hacia d¨®nde se puede mover el fen¨®meno. ¡°En La Mina se detect¨® un peque?o aumento de consumidores tras la macrooperaci¨®n pero ya no¡±, apunt¨® ayer Tarafa. Siguen vigilantes.
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