Sally Hambleton: ¡°Dej¨¦ los n¨²meros por las flores y soy muy feliz¡±

Tiene los pies en el suelo pero su cabeza viaja m¨¢s r¨¢pido de lo que ella nunca hubiese imaginado. Habla del arreglo floral que tiene a su lado con la misma pasi¨®n que describe los pr¨®ximos proyectos que tiene en mente o las charlas que ha previsto ofrecer a lo largo de 2019 en Colombia, Argentina o China. Sally Hambleton (Madrid, 41 a?os) trabaj¨® en Bolsa durante diez a?os hasta que la despidieron y cambi¨® radicalmente su vida por las flores. Parte de la indemnizaci¨®n la emple¨® en un curso en Londres y se dio cuenta de que era absolutamente feliz. Ahora est¨¢ al frente de una empresa, con 16 trabajadores y tres locales, cuyas creaciones son conocidas en todo el mundo.
?Qu¨¦ tienen las flores?
Emoci¨®n, felicidad. A m¨ª los paquetes que llegan de Holanda, el mayor mercado del mundo en flores, dos veces por semana, me provocan siempre inquietud por ver los colores, disfrutar de las texturas y sentir los olores. Provocan una alegr¨ªa inmediata. Cambi¨¦ los n¨²meros por las flores y soy muy feliz.
?C¨®mo se llega a montar una empresa como la suya?
Esfuerzo, imaginaci¨®n y apoyo familiar. Los a?os que han rodeado a la crisis han sido duros y en alg¨²n momento llegu¨¦ a pensar que no sal¨ªamos, pero aqu¨ª estamos. Empec¨¦ en mi casa en un cuartito, luego alquil¨¦ un local y hac¨ªa los centros, los ramos, los repart¨ªa. A los seis meses estaba montando una boda, de un familiar, claro. Ahora igual doy un taller en Nueva Zelanda que dibujo el dise?o de una boda en Segovia, que realizo una demostraci¨®n en Madrid que monto un arreglo floral. Es un privilegio trabajar en lo que te gusta.
Afirma que hubo momentos duros.
El peor fue cuando subieron el IVA de las flores del 8% al 21%. En Madrid desaparecieron muchas florister¨ªas, peque?os negocios familiares que no pudieron soportar ese embate y terminaron por cerrar.
?Somos demasiado cl¨¢sicos en Espa?a con el arte floral?
Yo en Londres no hubiese podido hacer nada porque la competencia es muy dura. Inglaterra tiene una tradici¨®n y cultura floral que no tenemos en Espa?a. Nuestros jardines, provocado por no tener mucha agua, han sido muy austeros. Solo en el norte ha habido algunos m¨¢s coloridos, pero hemos ido aprendiendo y todav¨ªa tenemos mucho que aprender.
?Qu¨¦ jard¨ªn le gusta de Madrid?
Tengo especial cari?o por el que hay en el Museo Sorolla. El pintor mandaba a su esposa Clotilde flores en tren desde Valencia y manten¨ªan una correspondencia floral muy curiosa. Hay un rosal amarillo que muri¨® el d¨ªa que falleci¨® ella.
?Hay una ¨¦poca del a?o en la que disfrute m¨¢s?
Cada una es especial. En oto?o, los colores tierra son espectaculares desde un helecho seco que te encuentras en el camino hasta unas hortensias que han perdido el esplendor pero que mantienen los tonos. En invierno juegas con los rojos y verdes. Y en primavera y en verano tienes el esplendor absoluto, pero en todas las ¨¦pocas se pueden realizar cosas maravillosas. En breve, el taller cambiar¨¢ radicalmente con seis pinos enormes y toda la decoraci¨®n navide?a.
?D¨®nde compra las flores?
Desgraciadamente no tenemos en Madrid un mercado como lo tienen otras ciudades europeas. Todo lo compro online y la mayor parte en Holanda; en Espa?a hemos perdido mucho mercado pero hay una rosa roja que se est¨¢ cultivando en Soria que es preciosa. Me gustar¨ªa tener un trato m¨¢s directo con el productor.
Hablando de Internet, ?es una persona muy activa en redes sociales?
Me gustan porque creo que a trav¨¦s de las personas que me siguen aprendo y ense?o cosas. Es una manera de comunicarse muy interesante y adem¨¢s puedes ir comprobando c¨®mo a la gente le interesa cada vez m¨¢s este mundo. Me he dado cuenta de que me gusta mucho ense?ar y antes de Navidad realizar¨¦ un par de demostraciones para ampliar el cupo de personas que pueden asistir y abaratar los costes y un taller de coronas navide?as.