Impuestos desiguales
Ya est¨¢ el Grupo Jubilata en plena faena de di¨¢logos y discusiones acerca de los impuestos y todos de acuerdo en que los espa?oles no somos iguales ante la Ley
Ya est¨¢ el Grupo Jubilata en plena faena de di¨¢logos y discusiones acerca de los impuestos y todos de acuerdo en que los espa?oles no somos iguales ante la Ley. El t¨¦cnico del grupo, con su dilatada experiencia, nos hace ver que cuando se cre¨® el incre¨ªble slogan de que ¡°Hacienda somos todos¡±, resalta que se olvidaron de a?adir, ¡°¡, pero unos m¨¢s que otros¡±.
Viene a cuento por diversas razones y la m¨¢s conocida es la tremenda desigualdad a la hora de pagar el Impuesto sobre Sucesiones seg¨²n el sitio donde hayas residido los ¨²ltimos a?os. Al final preguntamos al colega: Oye, por favor, est¨²diate a ver en qu¨¦ parte de Espa?a debo residir y morir para que Hacienda no se quede con la mitad de lo que he ahorrado con tanto esfuerzo y por lo que ya he pagado tantos impuestos. Triste y descorazonadamente, es una pregunta diaria cuya respuesta entra?a el estudio de la compleja y cambiante legislaci¨®n TRIBUTARIA de todas y cada una de las Comunidades Aut¨®nomas, sin olvidar la estatal que tampoco tiene desperdicio.?
Lo cierto es que algunas Comunidades han venido mitigando la carga tributaria de la herencia, e incluso las donaciones, con bonificaciones fiscales seg¨²n el grado de parentesco y otros condicionantes que, de resumirlos, har¨ªa del presente poco menos que un tocho infumable. Y aun as¨ª, al final llega lo m¨¢s doloroso: La l¨®gica imposibilidad de pagar a tocateja el impuesto sucesorio si lo heredado son exclusivamente bienes inmuebles, de forma que ser¨¢ preciso acudir a una venta urgente de alguno de ellos, -con la carga negativa que lleva tal premura-, para poder pagar el Impuesto Sucesorio. Amigos jubilatas: Hay que dejar algo de dinero, el que pueda.
De igual modo, el t¨¦cnico jubilata nos asegura que, en menor escala, tambi¨¦n pasa en el personal¨ªsimo y familiar Impuesto sobre la Renta de las Personas F¨ªsicas, es decir, id¨¦ntica situaci¨®n econ¨®mica y familiar, paga diferente cuota seg¨²n donde residas.
Y en el Impuesto sobre el Patrimonio se ha dado el caso de que tres hermanos, con 100 millones de euros por terceras partes, uno en Canarias, otro en Andaluc¨ªa y otro en Madrid, pagan los dos primeros unos 250.000 euros al a?o, mientras que en el de Madrid, nada, o sea que en cuatro a?os el de Madrid tiene un mill¨®n de euros m¨¢s, que l¨®gicamente ha invertido creando riqueza mientras que los otros dos hermanos se han empobrecido. No me extra?a la apresurada huida hacia Madrid.
?Y del IBI qu¨¦? Pues eso, m¨¢s de lo mismo, que seg¨²n qu¨¦ pueblo la cuota depende de si est¨¢s o no empadronado, entre otras frivolidades supuestamente legales. Casi n¨¢.
Y para acabar, nos informa que cuando te mueres has de pagar otro impuesto municipal, ¨²ltimamente muy en entredicho, conocido vulgarmente como la Plusval¨ªa Municipal, que grava el incremento de valor de la parte del terreno que ocupa tu casa, pero no se obtiene por diferencia entre el valor catastral de cuando lo adquiriste y el de cuando se transmite, sino que ¡. un l¨ªo, o sea, otro galimat¨ªas m¨¢s que reafirma y alimenta la ya insaciable voracidad recaudatoria junto a la compleja, dispar y confusa legislaci¨®n tributaria, por no hablar de las hipotecas y el impuesto que conlleva, cuyo devenir, parafraseando al inmortal Forges, merece el calificativo de glorioso.
Decepci¨®n, desilusi¨®n, desenga?o y frustraci¨®n de contribuyentes y abogados. ?Hasta cu¨¢ndo? ?Para qu¨¦ sirve el clamor popular?
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