Las dos muertes de Yolanda Gonz¨¢lez
Unos v¨¢ndalos pintan una esv¨¢stica y desmontan la placa que homenajea a la joven asesinada por un grupo ultraderechista en 1980
El pasado 18 de noviembre, la Junta de Distrito de La Latina presentaba un cartel en honor de Yolanda Gonz¨¢lez, l¨ªder estudiantil secuestrada y asesinada a tiros en 1980, cuando ten¨ªa 19 a?os, por militantes del partido ultraderechista Fuerza Nueva. Una semana m¨¢s tarde, la placa apareci¨® mancillada por una esv¨¢stica, como si alguien quisiera sumar al asesinato de la joven la muerte de su recuerdo. El pasado fin de semana, una vecina encontr¨® en la basura la placa conmemorativa y decidi¨® ponerla a buen recaudo guard¨¢ndola en su piso. Alguien hab¨ªa arrancado la placa, dejando solo el m¨¢stil que la sosten¨ªa. Los vecinos la sustituyeron con un cartel plastificado.
Esto es lo que se lee en la se?al conmemorativa: ¡°Yolanda Gonz¨¢lez Mart¨ªn. Fue una l¨ªder estudiantil, trabajadora y militante del Partido Socialista de los Trabajadores. Luch¨® por la democracia real, la justicia y los derechos sociales y laborales. En febrero de 1980 fue secuestrada en su casa, en Aluche, y asesinada por un comando fascista. Ten¨ªa 19 a?os. Estos jardines est¨¢n dedicados a su recuerdo, que sigue vivo¡±.
¡°Da rabia. Produce dolor. Es el mejor reflejo de c¨®mo es y sigue siendo el totalitarismo de derechas y violento, que se lleva por delante a todo el que no opina como ellos¡±, lamenta Mar Noguerol, que compart¨ªa piso con Gonz¨¢lez y su novio hasta aquel viernes 1 de febrero de 1980, cuando el ultraderechista Emilio Hell¨ªn la secuestr¨® y asesin¨® en un descampado con la colaboraci¨®n de otros ultras. ¡°Era una mujer que ten¨ªa las cosas muy claras, muy independiente, firme, idealista, como ¨¦ramos todas las personas de esa generaci¨®n que nos echamos masivamente a las calles y a la militancia para acabar con la dictadura y para que la Transici¨®n no fuera algo a medias¡±, razona. ¡°Con 16 a?os empez¨® a interesarse por la pol¨ªtica. Vino a Madrid por amor, para emprender una vida con su pareja¡±, sigue. ¡°Vinieron a vivir a mi casa, al piso de Empalme, de donde se la llevaron¡±, a?ade. Y lamenta: ¡°Me ha costado a?os volver all¨ª¡±.
All¨ª es un piso de 60 metros cuadrados en el n¨²mero 101 de la calle Tembleque, en el madrile?o barrio de Aluche. El lugar al que se traslada Gonz¨¢lez, una chica vasca hija de burgaleses emigrados, para vivir con Alejandro Arizcun, su novio. Instalada en ¨¦l participa en manifestaciones por la democracia y vive con pasi¨®n su militancia, dividiendo su tiempo entre el trabajo de limpiadora y los estudios de electr¨®nica. Es el sitio en el que todo acab¨® aquel 1 de febrero de 1980.
Alguien llama a la puerta. En el piso no est¨¢n Noguerol ni su pareja. Gonz¨¢lez abre la puerta. Al otro lado est¨¢n los integrantes del Grupo 41, una banda criminal relacionada con la ultraderechista Fuerza Nueva. Lo que sigue queda registrado en las hemerotecas y en los archivos judiciales. La reducen. Registran el piso en busca de pruebas que la vinculen con ETA, pese a que Gonz¨¢lez no tiene nada que ver con la banda terrorista. La meten en un coche. Forcejean. La interrogan durante el trayecto. Llegan a un descampado pr¨®ximo a la carretera que une Alcorc¨®n y San Mart¨ªn de Valdeiglesias. Y all¨ª, en mitad de la nada, le descerrajan tres tiros. ¡°Militantes de Fuerza Nueva asesinaron a Yolanda Gonz¨¢lez¡±, titula en portada EL PA?S poco despu¨¦s.
Han pasado casi 40 a?os de aquel terrible crimen que estremece al pa¨ªs y que parece extra¨ªdo de un thriller, porque incluye hasta la huida del asesino a Paraguay. Sin embargo, la placa que recuerda a la v¨ªctima del asesinato no ha durado ni un mes.
Nueva placa
¡°Es inexplicable¡±, dice Carlos Fonseca, autor de No te olvides de m¨ª. Yolanda Gonz¨¢lez, el crimen m¨¢s brutal de la Transici¨®n?(Planeta), obra que reconstruye la vida de la joven a trav¨¦s de los testimonios de sus allegados, fotograf¨ªas y documentos. ¡°Yolanda ni era dirigente de ning¨²n partido, ni era una persona especialmente significada¡±, prosigue este periodista de larga trayectoria. ¡°La mataron con sa?a¡±, lamenta. Y subraya: ¡°No me cabe en la cabeza qu¨¦ odio o qu¨¦ inquina puede haber hacia una chica asesinada de manera tan brutal hace 38 a?os y cuyo delito, entre comillas, fue ser una joven de izquierdas y de su ¨¦poca¡±.
¡°Una vecina del barrio encontr¨® la placa en un contenedor de basura, se enfad¨®, la recuper¨® y nos avis¨®¡±, reconstruye Carlos S¨¢nchez Mato (IU), que preside la junta municipal. ¡°Esa placa ya no vale para nada, ya que est¨¢ da?ada, pero al mismo tiempo vale para mucho, porque demuestra que en Madrid hay gente que vale la pena¡±, a?ade aludiendo a los vecinos. ¡°Cuando hicimos la inauguraci¨®n, hubo amenazas. Son cobardes que lo ¨²nico que hacen son actuaciones miserables como arrancar una placa en memoria de una estudiante asesinada por fascistas¡±, a?ade. ¡°Eso es abyecto¡±, subraya. ¡°Y por supuesto, la vamos a reponer. Una y mil veces. Las que sea necesario¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.