El censo de los madrile?os invisibles
M¨¢s de 600 voluntarios recorren las calles de la capital haciendo el recuento nocturno bianual de personas sin hogar. La cifra se conocer¨¢ dentro de dos meses
Un grupo de hombres y mujeres de todas las edades se reuni¨® la noche del mi¨¦rcoles para peinar las calles de Madrid. La encomienda: participar en el Noveno Recuento Nocturno de Personas Sin Hogar, coordinado por el Samur Social y organizado por el Ayuntamiento, con la ayuda de varias ONG. Un total de 788 voluntarios se inscribi¨® en la campa?a; unos 600 acudieron al punto de encuentro ¡ªla Nave de Terneras, en Matadero¡ª. Esa noche hac¨ªa mucho fr¨ªo, cuatro grados. El aeropuerto, las estaciones de trenes, plazas o albergues, eran algunos de los lugares a cubrir.
¡°Es la primera vez que venimos, pero nos apetece mucho porque nunca hab¨ªamos participado en un voluntariado¡±, cuenta Clara Mullet, estudiante de psicolog¨ªa de la Universidad Cardenal Cisneros. Acude acompa?ada de su compa?era Laura Mancebo. ¡°Una profesora nos habl¨® de la iniciativa y decidimos apuntarnos¡±, dice Mancebo. Como ellas, la mayor¨ªa de los voluntarios son mujeres (siete de cada diez) con un rango de edad media de entre 25 y 33 a?os.
¡°Este recuento permite a la ciudadan¨ªa visibilizar y entender otras realidades que conviven en la ciudad¡±, explica Dar¨ªo P¨¦rez, jefe de departamento del Samur Social. Los voluntarios, divididos en grupos de entre seis y ocho personas, se organizaron sobre las 20.15 en 126 equipos que recorrieron los 21 distritos de la capital para contar personas sin hogar. El recuento se concentra en una noche, pero la cifra oficial se conocer¨¢ dentro de dos meses.
PERSONAS SIN TECHO EN MADRID
* Llov¨ªa durante el recuento.
El Ayuntamiento de Madrid ¡ªen colaboraci¨®n con Samur Social y diversas ONG (Solidarios, Cruz Roja, Rais, C¨¢ritas, Realidades, Acci¨®n en Red, Desarrollo y Asistencia, Bokatas, FACIAM y Voluntarios por Madrid) comenz¨® a realizar los conteos de personas sin hogar en 2006. ¡°Es importante tener una idea de la magnitud de este problema: convivimos con esa realidad a diario, pero para gran parte de la sociedad permanece invisible¡±, opina Irene Dorta. Adem¨¢s de voluntaria en el recuento de personas sin hogar, todos los lunes realiza rutas para distribuir comida con la ONG Bokatas, que naci¨® casi a la vez que estos recuentos.
Desde el primer censo de personas sin hogar, en 2012 y en 2014, se han batido r¨¦cords de conteo de personas viviendo en la calle: 701 y 764, respectivamente. En el ¨²ltimo c¨®mputo, realizado en 2016, pernoctaban en aceras, soportales o callejones un total de 524 personas. Ese a?o, en la capital se contabilizaron 2.059 personas sin hogar. De estos, 1.535 ten¨ªan residencia, bien en un centro municipal o de la Red FACIAM (1.121); bien en pisos o pensiones (414).
Cuando comienza el recuento en la plaza Mayor, ya han cerrado todos los puestos del mercadillo de Navidad. El tumulto de la tarde ha dado paso a una tranquila y fr¨ªa noche. Mientras varios grupos de turistas disfrutan de raciones y bocatas de calamares en sus aleda?os, en los soportales comienzan a erigirse estructuras de cart¨®n. Los voluntarios asignados a este ¨¢rea comienzan su labor. Antes de empezar, recuerdan las dos reglas que les han dado: ¡°No se molesta a las personas que est¨¢n durmiendo y la tarea no consiste solo en rellenar el cuestionario sino que tambi¨¦n hay que hablar con las personas¡±.
¡°Hace cinco a?os que vivo en la calle¡±, explica To?o, de 47 a?os. ¡°Al quedarme sin trabajo, no pude pagar el pr¨¦stamo y me echaron¡±. To?o, que se desempe?aba como electricista y ferretero, relata su historia a la vez que prepara su cama para la noche. Duerme bajo un cartel que anuncia: ¡°Informaci¨®n tur¨ªstica¡±. Luisa, italiana de 25 a?os y voluntaria en esta batida, toma nota de lo que le cuenta. Estoy divorciado y tengo dos hijos, contin¨²a To?o, que lo que m¨¢s anhela es conseguir un trabajo y un piso. ¡°Pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil¡±, lamenta. ¡°En lasentrevistas de trabajo me piden mi direcci¨®n, si les digo que estoy durmiendo en la plaza Mayor, me puedo ir olvidando del puesto¡±, a?ade este hombre.?
Su realidad encaja en parte en el perfil medio de las personas sin hogar en Madrid: un 86% son hombres, con una media de edad de 46 a?os. Adem¨¢s, la mayor¨ªa de ellos son solteros y de origen extranjero, seg¨²n un estudio sobre los sin hogar realizado por las universidades Complutense, Pontificia de Comillas y la UNED. Seg¨²n este estudio, los principales motivos del sinhogarismo son el desempleo (45%), seguido de problemas familiares (16%).
En los soportales de la plaza Mayor tambi¨¦n duerme Antonio, de 46 a?os. Es portador del VIH y lleg¨® a Madrid desde Sevilla hace cinco meses. A su lado, Duquesa, una labradora negra. ¡°No me gustan los albergues porque no puedo entrar con la perra¡±, explica a Nathalie, la voluntaria estadounidense que le intenta informar sobre los albergues para personas sin hogar que hay en Madrid (en la capital hay ocho).
Antonio trabaj¨® hace a?os como cocinero en Canarias. En la plaza Mayor suele dormir acompa?ado de otras dos personas: ¡°Les cocino¡±, apunta. Hoy ha preparado en su hornillo port¨¢til una sopa de fideos que a¨²n humea en sus platos de lat¨®n. ¡°Ya tenemos cena¡±, dice a la vez que rechaza el bocadillo que le ofrecen los voluntarios. ¡°?T¨² no me podr¨¢s conseguir antirretrovirales?¡±, pregunta al trabajador del Samur, ¡°solo me quedan ocho pastillas¡±.
Nathalie, de 23 a?os, est¨¢ pasando sus vacaciones en Madrid: ¡°Tengo una amiga que es trabajadora social y me apunt¨® al recuento¡±, explica la joven que estudia Trabajo Social. ¡°Me pareci¨® muy interesante participar en esta acci¨®n¡±, a?ade.
La noche deja paso a la madrugada. Los voluntarios que cuentan en plaza Mayor y alrededores han localizado a 26 personas durmiendo al raso. Mar¨ªa es una de ellas. Resid¨ªa en un piso en Legazpi, pero ¡°desde hace cuatro meses vivo en la calle¡±. ?Qu¨¦ pas¨®? ¡°Nada especial¡±, dice, ¡°me fui a Barcelona con una gente que me acab¨® robando todo lo que ten¨ªa. Eso me aboc¨® a la calle¡±.
Una iniciativa importada desde Estados Unidos
La iniciativa de contar a las personas que viven en las calles ha sido importada de EE?UU. Los recuentos comenzaron como estimaciones en los ochenta y han ido perfeccion¨¢ndose hasta incorporarse al censo federal. En 2006 se hizo el primero en Madrid para localizar a este colectivo invisible que ¡°busca pasar desapercibido¡±, explic¨® la delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo, Marta Higueras.
Este a?o han venido a Madrid dos estadounidenses, Annie Mabus, del?Department of Homeless Services de Nueva York, y Dan Treglia, de la Universidad de Pensilvania. ¡°Sorprende que haya tanta gente en la calle en Madrid¡±, comenta Treglia. ¡°En el ¨²ltimo recuento calculamos 3.000 personas viviendo en?la?calle en Nueva York¡± (8.600.000 habitantes), dice Mabus.
Mar¨ªa lleva la raya del ojo pintada de negro, a juego con la ropa que viste. Entre las prendas resalta su bufanda color rosa. ¡°Por las ma?anas, voy a El Corte Ingl¨¦s, me maquillo y me perfumo¡±, cuenta, ¡°eso me hace sentir algo mejor; un poco m¨¢s normal, menos discriminada¡±. Reconoce que no le gusta ir a los albergues: ¡°Siento que me miran mal¡±. Aduce que ha sido rechazada ¡°muchas veces¡±. ¡°Como me ven arreglada, se creen que tengo dinero¡±, explica. Esta semana tiene trabajo: est¨¢ cubriendo una baja como camarera en un bar del centro. Dej¨® dos hijos en Per¨², pero no quiere volver a su pa¨ªs con las manos vac¨ªas. Dentro de unas horas saldr¨¢ el sol y a las 8.00 Mar¨ªa, Antonio y To?o tendr¨¢n que levantar su campamento e irse de la plaza. Lo quieren limpio, explican.
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