¡°La izquierda ha ido claramente hacia atr¨¢s¡±
Lapuente es coautor de un libro que defiende la separaci¨®n de las carreras de los cargos electos y de funcionarios para hacer m¨¢s eficiente y menos corrupta la administraci¨®n
V¨ªctor Lapuente (Chalamera, Huesca, 1976) y Carl Dahlstr?m han escrito un an¨¢lisis de referencia sobre la relaci¨®n entre pol¨ªticos y funcionarios. Publicado en 2017 por Cambridge University Press, los dos acad¨¦micos de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad Gotemburgo (Suecia) presentaron en octubre la edici¨®n en espa?ol de Organizando el Leviat¨¢n (Deusto). El libro ahonda en la necesidad de separar las carreras de los cargos electos y de los funcionarios para hacer m¨¢s eficiente y menos corrupta la administraci¨®n p¨²blica.
Pregunta. Explican en el libro que en Espa?a existe una ¨¦lite pol¨ªtico-burocr¨¢tica desde el franquismo y que ¡°ha sido etiquetada como nobleza estatal¡±. ?C¨®mo se puede identificar?
Respuesta. ?ngel Saz explic¨® que en los consejos de administraci¨®n de las empresas del DAX 30 alem¨¢n hab¨ªa un 6,3% de cargos que hab¨ªan sido altos funcionarios, mientras que en el ?bex-35 sub¨ªa al 30,3%. En el ¨²ltimo gobierno de Rajoy, 11 de 14 ministros eran funcionarios de carrera. En otros pa¨ªses, cuando hay un cambio de gobierno, se mantienen los pesos y contrapesos entre pol¨ªticos y funcionarios, pero aqu¨ª cuando llega un partido al gobierno, una ¨¦lite pol¨ªtica burocr¨¢tica de izquierdas sustituye a la del PP; no hay incentivos para controlarse, para decir la verdad de unos y otros. Los casos de corrupci¨®n que conocemos en Espa?a son casos de 30, 40 personas implicadas y que no hab¨ªan dicho nada, porque los funcionarios miraban a otro lado, porque su carrera depend¨ªa de que aquel gobierno se mantuviera.
P. ?C¨®mo castiga el corrupto al funcionario d¨ªscolo?
R. Secretarios, interventores, tesoreros de los ayuntamientos, los grandes casos de corrupci¨®n en Espa?a se han producido en ayuntamientos, te explican historias de terror, del dominio de los alcaldes, te ponen a trabajar en el s¨®tano, no te dan ordenador, no te pagan un complemento salarial, todo tipo de mobbing. Est¨¢s sometido a muchas presiones en tu d¨ªa a d¨ªa.
P. ?Puede plantearse un l¨ªmite de cargos pol¨ªticos en la administraci¨®n? En el libro dudan de que, por ejemplo, un hospital deba ser dirigido por un cargo pol¨ªtico.
R. Mirando a los pa¨ªses de la OCDE, en Turqu¨ªa o M¨¦xico hay cinco o seis oficiales por debajo del ministro; al otro lado est¨¢n los pa¨ªses n¨®rdicos. En estos pa¨ªses, despu¨¦s del ministro, no tienes a nadie. En Dinamarca hay asesores de imagen y poco m¨¢s. Se puede trabajar sin nombramientos pol¨ªticos. Ministros, secretarios de Estado, podr¨ªa ser directores generales, y no a?adir¨ªa m¨¢s.
P. ?Espa?a es el gran pa¨ªs de los nombramientos de personal eventual af¨ªn al partido en el poder?
R. El personal eventual que hay en Espa?a es muy elevado. No tenemos cifras para comparar con otros pa¨ªses. Tenemos un problema: los nombramientos a dedo, la general falta de una coherente pol¨ªtica de recursos humanos en el sector p¨²blico. Tenemos un sector p¨²blico gestionando pol¨ªticas del estado del bienestar muy sofisticadas y por otro tenemos unos recursos humanos muy decimon¨®nicos, que estaban muy bien para un Estado liberal pero no para un Estado prestador de servicios.
P. ?C¨®mo pueden rendir cuentas de su rendimiento estos cargos eventuales elegidos a dedo?
R. En Catalu?a ha habido gente como Francisco Longo, Guillem L¨®pez-Casasnovas, Carles Rami¨® que han intentado poner sobre la mesa crear, como en otros pa¨ªses, directivos p¨²blicos que act¨²en de cortafuegos entre la pol¨ªtica y los funcionarios, directivos contratados a veces en el sector privado mediante libre concurrencia, mediante concurso internacional, abierta, transparente para evitar dedazos. Puede haber rotaciones, pero estas rotaciones no deben depender de qui¨¦n gana las elecciones. Aqu¨ª ha llegado la figura del gerente municipal, una figura que se cre¨® en Estados Unidos a finales del siglo XIX como reacci¨®n a la corrupci¨®n, siguiendo el modelo de las empresas privadas.
P. ?C¨®mo podr¨ªa cambiarse la aversi¨®n en Espa?a a poner el sector privado como ejemplo para la administraci¨®n p¨²blica?
R. Pasqual Maragall copi¨® pr¨¢cticas del sector privado para gestionar la Barcelona ol¨ªmpica. El modelo gerencial en el Ayuntamiento de Barcelona son pr¨¢cticas importadas del sector privado, en un momento en el que las izquierdas dijeron: ¡°Vamos a hacer pol¨ªticas lo m¨¢s eficientes posible para beneficiar al mayor n¨²mero de gente posible¡±. Ahora las nuevas izquierdas consideran que lo que hay que hacer es preservar el valor de lo p¨²blico aunque nos cueste dinero y sea m¨¢s ineficiente. La izquierda no ha ido hacia adelante, ha ido claramente hacia atr¨¢s. La izquierda deber¨ªa ser la m¨¢s interesada en conseguir un sector p¨²blico eficiente.
P. El mundo acad¨¦mico ha demostrado que hay menos corrupci¨®n all¨ª donde las mujeres ocupan altos cargos. ?Por qu¨¦?
R. La evidencia est¨¢ ah¨ª, pero no sabemos el porqu¨¦. Una primera raz¨®n podr¨ªa ser que las mujeres cometen menos delitos. La segunda explicaci¨®n ser¨ªa que la corrupci¨®n se da en el club de chicos. A las mujeres, al compatibilizarlo con la vida familiar, les cuesta entrar m¨¢s en estos clubes cerrados. Y la tercera posibilidad es que las mujeres siguen m¨¢s las reglas sociales. Las organizaciones donde hay mayor heterogeneidad, suelen funcionar mejor.
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