El ¡®padre¡¯ del atletismo espa?ol recibe en Torrelodones el homenaje que Madrid le debe

La gente del atletismo es una cuadrilla de sentimentales, orgullosos de serlo. Se enfadan cuando se les dice que su ¨²nica verdad son las marcas, la ¨²nica medida del valor de una persona, lo que desmienten apelando siempre al factor humano como determinante m¨¢ximo de la calidad de un atleta, su primer mandamiento. Todos ellos, dicen, han mamado esa verdad del primer entrenador del atletismo espa?ol de posguerra, Jos¨¦ Luis Torres, a quien quieren homenajear de verdad poniendo su nombre al pabell¨®n que alberga la ¨²nica pista cubierta estable de la Comunidad, la pista de la calle de Gallur, en el barrio de Los C¨¢rmenes (Latina).

Jorge Gonz¨¢lez Amo, uno de los mejores atletas espa?oles de los a?os 60, siempre dice que ha tenido tres padres: el biol¨®gico, el ch¨®fer del biol¨®gico y Torres, que fue su entrenador.

No fue su ¨²nico hijo deportivo el gran mediofondista y actual responsable t¨¦cnico del sector en la federaci¨®n espa?ola. De la misma filiaci¨®n tambi¨¦n se reclaman Luis Felipe Areta, el primer rey del triple salto espa?ol, e Ignacio Sola, el mago de la p¨¦rtiga en M¨¦xico 68. Ambos atletas vascos lo hicieron p¨²blico una vez m¨¢s el s¨¢bado pasado, en un primer homenaje que el atletismo espa?ol rindi¨® a Torres, que ya ha cumplido 93 a?os, con motivo de la inauguraci¨®n de una pista roja sint¨¦tica de 200 m bautizada con su nombre en un solar coqueto en el paseo de la Dehesa de Torrelodones. Areta y Sola se proclamaron de nuevo hijos del primer gran entrenador del atletismo espa?ol, a quien ensalzaron como entrenador de entrenadores tambi¨¦n, lo que le asegura el t¨ªtulo honor¨ªfico de Maestro.

En el homenaje, organizado por la Asociaci¨®n Espa?ola de Estad¨ªsticos de Atletismo, no pudo estar, aunque lo deseaba, Ra¨²l Chapado, el presidente de la federaci¨®n espa?ol, quien con una intervenci¨®n grabada en v¨ªdeo le otorg¨® el t¨ªtulo honor¨ªfico de Grande del Atletismo a Torres, que vive en una residencia de Torrelodones.

Gonz¨¢lez Amo tampoco pudo estar porque hab¨ªa una reuni¨®n en Benidorm del comit¨¦ t¨¦cnico de la federaci¨®n, y bien que le doli¨® no poder vocear una vez m¨¢s, y no en el desierto, su reivindicaci¨®n de que se bautice con su nombre la pista de Gallur. ¡°Si hay que lo merece es ¨¦l¡±, dice Gonz¨¢lez Amo, que recuerda como pocos el paso por la vida atl¨¦tica de Torres, quien como atleta fue el primer espa?ol que particip¨® en unos Campeonatos de Europa (Bruselas, 1950) y varias veces plusmarquista y campe¨®n nacional de lanzamiento de peso y disco en las d¨¦cadas de los 40 y 50 del pasado siglo. En una ¨¦poca en la que ¡°nadie ense?aba porque nadie sab¨ªa¡±, como relataba el propio atleta en un documental de TVE, Torres se entrenaba a s¨ª mismo aprendiendo del an¨¢lisis de las fotograf¨ªas de otros lanzadores europeos que ca¨ªan en sus manos.

Era un estudioso que no par¨® de estudiar ni cuando, en 1958, a?o de la inauguraci¨®n de la Residencia Blume (entonces apellidada General Moscard¨®, pues el exaltado como h¨¦roe del Alc¨¢zar en la Guerra Civil el primer delegado nacional del deporte del franquismo) se convirti¨® en el responsable del desarrollo atl¨¦tico de los primeros 12 atletas que all¨ª residieron. ¡°Torres¡±, relataba Gonz¨¢lez Amo en la revista Atletismo Espa?ol, ¡°por encima de todo, siempre ha sido un gran educador, que empez¨® a detectar talentos ya como profesor de gimnasia en el colegio Calasancio. Despu¨¦s, cuando lleg¨® la revoluci¨®n cient¨ªfico-t¨¦cnica al atletismo, a finales de los 60, como la p¨¦rtiga de fibra de vidrio que ya us¨® Sola o el estilo Fosbury en salto de altura, y las pistas sint¨¦ticas, de tart¨¢n, o cuando empezaron a llegar a Espa?a los nuevos m¨¦todos de entrenamiento de Cerutty o Lydiard, Torres, un avanzado siempre, supo adaptarse perfectamente. ?l se formaba y progresaba al tiempo que formaba y hac¨ªa progresar al atleta. Hace unos a?os nos juntamos para homenajearle atletas entrenados por ¨¦l, y no fuimos menos de 120, y all¨ª, en el Club de Campo, donde cenamos, habr¨ªa unos 60 r¨¦cords de Espa?a en casi todas las disciplinas¡±.

Al principio, Torres entrenaba a todos, a lanzadores, saltadores y mediofondistas. Despu¨¦s, cuando ya hubo m¨¢s t¨¦cnicos por especialidades, concentraba a todos en tres sesiones semanales de acondicionamiento f¨ªsico. ¡°Cuando les pido a los responsables municipales de Madrid que le den su nombre a la pista de Gallur, me responden que por qu¨¦ ¨¦l s¨ª y no otro¡±, dice, con cierta amargura, Gonz¨¢lez Amo, quien, adiestrado por Torres, fue ol¨ªmpico en M¨¦xico 68. ¡°Y yo les respondo que porque no ha habido otro como ¨¦l¡±.