Chamart¨ªn, esc¨¢ndalo o corrupci¨®n
El proyecto intenta vender como desarrollo urban¨ªstico lo que es un puro negocio inmobiliario, publicitado mercantilmente por DCN con la aquiescencia del Ayuntamiento de Madrid
El conocimiento en estos d¨ªas de un contrato secreto de la Operaci¨®n Chamart¨ªn, en el que se establecen las condiciones de la venta de 1.200 millones de metros cuadrados p¨²blicos titularidad de ADIF, a una entidad privada constituida por el BBVA y el Grupo San Jos¨¦ (Distrito Castellana Norte, DCN), ha desvelado la podredumbre, por no usar la palabra corrupci¨®n (aunque todo apunta a ello), que ha acompa?ado a esta operaci¨®n inmobiliario-financiera, camuflada bajo distintos nombres o disfraces a lo largo de 25 a?os. Un intento de vender como desarrollo urban¨ªstico lo que es un puro negocio inmobiliario, publicitado mercantilmente por DCN con la aquiescencia del Ayuntamiento de Madrid.
Un contrato suscrito desde el inicio por instituciones p¨²blicas con una gran incidencia en el desarrollo de la ciudad, como el Ministerio de Fomento, el Gobierno regional y el Ayuntamiento. Una vinculaci¨®n estrecha y necesaria mantenida a lo largo de los a?os para garantizar los beneficios privados a costa de los bienes p¨²blicos, con independencia del color pol¨ªtico de los responsables de dichas instituciones.
Es muy grave que se malvendan bienes p¨²blicos a una entidad privada, con un probado ¨¢nimo de lucro, a un precio muy por debajo del establecido por el mercado, lo que, por s¨ª mismo, supone una malversaci¨®n, una grave p¨¦rdida del patrimonio com¨²n de los madrile?os.
Muy grave es que los sucesivos acuerdos alcanzados a lo largo de estos a?os se hayan cocido con nocturnidad y alevos¨ªa, en una constante renovaci¨®n, cada vez m¨¢s ventajosa, para el socio privado. El BBVA.
Pero m¨¢s grave es que a lo largo de estos a?os nadie haya expuesto y explicado p¨²blicamente cu¨¢les son las necesidades reales de los madrile?os y cu¨¢les las oportunidades que esta enorme cu?a ofrece para dar respuesta a las mismas. Una oportunidad para el reequilibrio de la ciudad y su articulaci¨®n con el territorio metropolitano.
Nadie y, en primer lugar, el Ayuntamiento, ha defendido la prioridad de dar respuesta a los graves problemas que afectan a Madrid, como son la desigualdad creciente entre el norte y el sur, la segmentaci¨®n y segregaci¨®n social y f¨ªsica entre el Madrid rico y el Madrid pobre.
Frente a la carest¨ªa creciente de la vivienda, la disponibilidad de suelo p¨²blico en manos de las administraciones p¨²blicas es una de las oportunidades m¨¢s claras que ofrece este territorio para iniciar un programa de vivienda p¨²blica en alquiler que borre y supere las poco cre¨ªbles e ineficaces promesas de 20.000 o m¨¢s miles de viviendas con ¡°alg¨²n tipo de protecci¨®n¡± oficial. Un insulto a la inteligencia y a los ciudadanos que con mayor urgencia exigen el cumplimiento real del mandato constitucional: una vivienda digna y asequible.
Muchas m¨¢s maldades pol¨ªticas, sociales y urban¨ªsticas pueden descubrirse en el conocimiento, ahora desvelado, de este contrato secreto que solo puede calificarse como vergonzoso en un pa¨ªs definido en nuestra Constituci¨®n ¡ªtan mentada y exhibida sin pudor en estas fechas¡ª, como un estado social y democr¨¢tico de derecho.
A?ado un comentario m¨¢s. No ha sido la voluntad de transparencia de las instituciones implicadas la que ha hecho p¨²blico el contrato, sino una filtraci¨®n. Tema este que deber¨ªa avergonzar a nuestros gobernantes, que se han negado a entregar la documentaci¨®n sobre este largo proceso, reclamada una y otra vez por asociaciones de todo tipo, Ecologistas en Acci¨®n, la Federaci¨®n Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM), la Plataforma Norte Fuencarral, etc., al amparo de la Ley de Transparencia.
Estas r¨¢pidas l¨ªneas deber¨¢n reflexionarse y documentarse con mayor profundidad para apoyar la exigencia colectiva de rescatar Madrid Nuevo Norte (MNN) de las manos avariciosas de la banca para devolverla al Ayuntamiento, obligado a formular un proyecto ex novo que ponga este gran espacio de la ciudad al servicio de los madrile?os.
Eduardo Mangada es arquitecto, exconcejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid y exconsejero de Ordenaci¨®n del Territorio de la Comunidad de Madrid.
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