Se acab¨® la Navidad
En lo de pr¨®spero A?o Nuevo, con las pensiones nos llevan los demonios
Despu¨¦s del largo periodo vacacional se produce el reencuentro en el Grupo Jubilata de Madrid y con ello, como siempre, la disparidad de criterios, y eso que pr¨¢cticamente tenemos superado el tema de la pol¨ªtica. M¨¢s que nada por la imposibilidad de coincidir m¨ªnimamente hasta en una cosa tan simple como dar un paseo por la Gran V¨ªa. El simp¨¢tico del grupo, para chinchar a una parte de sus colegas, relata que dada la extrema gravedad de la contaminaci¨®n en la ¡°almendra¡± central, los pol¨ªticos han decidido velar por nuestra salud y han colocado diversos postes en la arteria principal para medir el CO2 que desprende cada peat¨®n, o cualquier criatura o viandante que ose pasear por esa renombrada calle, y que llegan incluso a afinar el punto de fetidez o PH del aliento, de forma que si se enciende la luz color¨¢, se le ordena que abandone la almendra, excepto a los que vivan en la zona. Veis como la pol¨ªtica controla de forma totalitaria hasta nuestra respiraci¨®n. Es el ojo orwelliana que nos quiere tanto.
Los escuchantes contrarios saltan a deg¨¹ello y espetan al simp¨¢tico que con las cosas de la salud no se juega ni se gastan bromas. Es el momento en que se abre el debate acerca de la salud y los excesos de estas fiestas, como si el destino nos impusiese reventar de tanto comer y beber, o al menos de ponerlo en la mesa.
Lo m¨¢s de lo m¨¢s son las felicitaciones. Otra vez la discusi¨®n en el Grupo Jubilata. En lo que estamos de acuerdo es que cada a?o aumenta la ya escandalosa y aburrida lluvia de guasaps, cientos de felicitaciones, la mayor¨ªa repetidas, pretendiendo ser originales o exclusivas, con mensajes conteniendo deseos ut¨®picos, irrealizables y palabras de amor y paz y¡ bueno, lo que todos sabemos, frases hechas. Y para acabar, el tan ineluctable como inexorable deseo de pr¨®spero A?o Nuevo. En lo de pr¨®spero nos llevan los demonios porque es que nadie del Grupo Jubilata puede hacer nada. Esa deseada prosperidad que derivar¨ªa de un significado poder¨ªo econ¨®mico, se traduce en un asqueroso, infame y vergonzante aumento del 1 % en la exigua pensi¨®n, o sea, unos 15 euros al mes. ?Qu¨¦ significa eso de pr¨®spero? Pues eso, que no lo gastemos en percebes ni frivolidades por el estilo. ?Qu¨¦ gracioso!
Por cierto, me consta que en una casa compraron percebes con un pr¨¦stamo del banco y los pusieron a la mesa. Estaban como piedras y es que se les hab¨ªa olvidado cocerlos. La falta de costumbre y las prisas fueron los culpables, adem¨¢s de la inusitada voracidad navide?a que ordena engullir los pecaminosos excesos de siempre, olvidando los buenos prop¨®sitos que hicimos hace un a?o: ¡°Ea, esto se acab¨®, esto es una barbaridad, el a?o que viene no pasa esto, que parece que se acaba el mundo¡±. Y quien acaba de verdad es nuestro est¨®mago, nuestras tripitas, nuestro corazoncito y nuestro bolsillo. Y el a?o que viene, otra vez m¨¢s de lo mismo. Seguro.
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