La justicia y el jazz
Algunos dicen que el tribunal lo tiene crudo. Otros esperan que lo tenga claro, que cumpla con su obligaci¨®n
El mejor favor que la justicia puede hacerle a la democracia espa?ola es absolver a todos los encausados por el 1-O¡±. As¨ª se expresa, claro y contundente como suele, Xavier Melero, abogado defensor de Joaquim Forn. Su documento remitido al Tribunal Supremo no deja lugar a dudas de su capacidad para neutralizar los alegatos de la fiscal¨ªa, de la que advierte que no tiene causa. Y que eso se ver¨¢ durante el juicio a iniciarse en unos d¨ªas cuando pueda desgranar ante la sala la documentaci¨®n que demostrar¨¢ que la instrucci¨®n ha construido un relato paralelo que, seg¨²n Melero, no se sustenta. Por eso, dice, no necesita recurrir a consideraciones pol¨ªticas. Respeta que lo hagan sus colegas pero entiende que esta opci¨®n se aparta de lo que los hechos demuestran por s¨ª solos en el caso de su patrocinado. Tampoco dramatiza la falta de unidad de las defensas a pesar de haberse creado una coordinaci¨®n para ello. ¡°Esto es como una jam session. La pieza es una y suena como tal pero cada m¨²sico tiene sus momentos de solo¡±.
Charlie Parker, uno de los grandes de este estilo musical, describ¨ªa tales combativos encuentros como la diversi¨®n de ¡°muchas madrugadas, mucha buena comida pero, por lo general, mucha pobreza¡±. Y a?ad¨ªa que, en cualquier caso, ¡°la m¨²sica ha de ser limpia, muy precisa. Se trata de tocar claro y enfatizar notas bonitas¡±. Y ah¨ª es donde radicar¨¢ la fuerza argumental de los juristas que se enfrentar¨¢n a una vista sobre la que recaen ya hoy tantas expectativas como dudas. Algunos dicen que el tribunal lo tiene crudo. Otros esperan que lo tenga claro, que cumpla con su obligaci¨®n. Y ya sabemos cu¨¢l deber¨ªa ser. Pero, ?podr¨¢? ?sabr¨¢? ?querr¨¢? ?le dejar¨¢n? A la vista de lo acontecido, las dudas parecen razonables.
A veces olvidamos, y no voluntariamente, que la justicia es uno de las tres pilares del estado de Derecho. Y que su independencia de las otras dos para arbitrar cuando toca, deber¨ªa servir para no relacionarse con ellas m¨¢s de lo que legalmente les corresponda. Pero hay sobradas muestras de que no es siempre as¨ª. Que algunas de las promiscuas amistades y ortodoxas convicciones de ciertos magistrados han condicionado sentencias y orientado decisiones tan incomprensibles como arbitrarias. Ah¨ª tenemos al flamante portavoz de Vox en Andaluc¨ªa, antes juez, Juanma Serrano. Inhabilitado en 2011 y rehabilitado despu¨¦s, el Constitucional acab¨® rechazando su petici¨®n de reingreso en la carrera judicial. No consta que le viera tintes de intransigente para mantenerle apartado pero, escuch¨¢ndole esta misma semana en el debate de investidura de Moreno Bonilla, parece l¨®gico que no se permitiera revestirse con la toga de la balanza a quien defiende que su partido es el del sentido com¨²n. Y si as¨ª lo piensa y as¨ª lo defiende es por la constante tergiversaci¨®n de datos y fuentes esgrimidos cual observador de trileros y alumno aventajado de Trump. Si con este ejemplo presente no basta, abramos el objetivo y recordemos el reciente per¨ªodo de inseguridad jur¨ªdica de los afectados por el impuesto de las hipotecas a causa de una serie de incomprensibles decisiones que, a pesar de las justificaciones posteriores, siguen a la espera de una explicaci¨®n l¨®gica que aporte la transparencia imprescindible para la tranquilidad del sistema.
Que la c¨²pula de la justicia espa?ola necesita una sacudida democr¨¢tica es de una obviedad extrema
Que la c¨²pula de la justicia espa?ola necesita una sacudida democr¨¢tica es de una obviedad extrema. Que no puede extenderse la duda a todos sus agentes es de una necesidad meridiana. Que los primeros interesados deben ser sus propios actores es de una urgencia pragm¨¢tica porque sin este papel imprescindible permiten que la sombra de la sospecha oscurezca su trabajo. Todo. De ah¨ª la importancia del juicio a los independentistas catalanes.
Consta que los miembros de la Sala Segunda del Tribunal Supremo a quien compete el juicio del a?o son conscientes de ello. Y que pende sobre sus cabezas la misma espada que la diosa que les ampara blande en su mano derecha como s¨ªmbolo de fuerza para imponer sus decisiones. Por eso saben de la responsabilidad a?adida que asumen para ayudar a limpiar la mala imagen que la justicia tiene entre los espa?oles en contraste con las evaluaciones que hace la Uni¨®n Europea. Ah¨ª est¨¢ el Financial Times para corroborarlo. Por eso Xavier Melero se dice optimista. Y quiz¨¢s por eso el presidente Marchena no parece tener inconveniente en citar a tantos testigos como le han propuesto ni a facilitar la presencia de observadores como Amnist¨ªa Internacional puesto que si las sesiones ser¨¢n retransmitidas por televisi¨®n nada hay que ocultar, como ha se?alado la fiscal general del Estado.
Sucede, no obstante, que la transparencia se manifiesta cuando ha desaparecido la confianza y la sociedad apuesta por la vigilancia y el control, seg¨²n el fil¨®sofo Byung-Chul Han. Habr¨¢ que ver si, en este contexto, Charlie Parker podr¨¢ lucirse.
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