Un supermercado activista
Unpacked, el primer supermercado libre de pl¨¢stico de Madrid, quiere demostrar que otro tipo de consumo es posible
Vivimos en un planeta dominado por el pl¨¢stico. Organizaciones medioambientales como Greenpeace alertan del incremento en la producci¨®n, que podr¨¢ alcanzar los 500 millones de toneladas en 2020 (un 900% m¨¢s que en 1980). "Todo suma, si cada uno realiza un peque?o cambio, entre todos podremos mejorar la situaci¨®n global", pens¨® Mar¨ªa Arias (Mosc¨², 1992) antes de decidirse a abrir Unpacked, un peque?o supermercado cien por cien libre de pl¨¢stico (calle Narv¨¢ez, 28). "Primero opt¨¦ por cambiar mis h¨¢bitos de consumo, despu¨¦s cre¨ª importante transmitir esa nueva filosof¨ªa de vida a trav¨¦s de un negocio", a?ade.
En la entrada del local, grande y luminosa, un letrero dice "puedes servirte t¨² mismo". En Unpacked se cuece algo nuevo, pero a la vez tradicional. Arias ha querido recuperar la antigua tradici¨®n de la venta a granel, pero adapt¨¢ndolo a la modernidad. "Quer¨ªa alejarme de un granel tradicional en el que todos los productos suelen estar mezclados y crean una sensaci¨®n de desorden. Aqu¨ª todo est¨¢ seccionado como en un s¨²per", cuenta la joven emprendedora que se preguntaba, antes de abrir Unpacked.
"El granel te permite comprar las cantidades que necesitas, sin obligarte a adquirir un litro o un kilo de algo que no te d¨¦ tiempo a consumir", argumenta Mar¨ªa Arias
"Yo ve¨ªa que en otros pa¨ªses europeos este tipo de negocio sostenible con el medioambiente estaba creciendo y funcionando, pero aqu¨ª no hab¨ªa nada parecido con el problema tan grande que tenemos con este material", a?ade. En Espa?a, en Barcelona hab¨ªa echado tiempo a andar hace tiempo la tienda libre de envases Yes Future. Seg¨²n Greenpeace, el problema del pl¨¢stico est¨¢ asociado a los modos de consumo, ya que la mayor¨ªa se emplean para envases de un solo uso, y Espa?a es el quinto mayor productor de la Uni¨®n Europea.
Arias cuenta que, adem¨¢s de eliminar el uso del pl¨¢stico, busca concienciar sobre el desperdicio de comida. "El granel te permite comprar las cantidades que necesitas, sin obligarte a adquirir un litro o un kilo de algo que no te d¨¦ tiempo a consumir y probablemente acabe en la basura".
As¨ª, el cliente podr¨¢ encontrar en este establecimiento ¡ªque lleva abierto cuatro meses¡ª productos como legumbres, pastas, arroces, frutas deshidratadas, especias, harinas o huevos. "El granel se extiende a todo lo que hay en la tienda, si quieres solo un huevo tambi¨¦n te lo puedes llevar", explica Arias y a?ade que "los clientes pueden traer sus propios recipientes para llevarse los productos, o bien adquirirlos aqu¨ª".
La parte trasera del establecimiento aloja la secci¨®n de l¨ªquidos que se almacenan en garrafas con dispensadores: vinagres, mieles, aceites, vinos, verm¨² y hasta Kombucha, una bebida de t¨¦ fr¨ªo rica en probi¨®ticos. Todo es elaborado por productores locales. "La mayor¨ªa est¨¢n hechos en la Comunidad de Madrid porque quer¨ªa crear un negocio sostenible en todos los aspectos apoyando a productores de la regi¨®n", dice y a?ade: "hay algunos productos que son de otras partes de Espa?a, pero todos artesanos".
"?D¨®nde ten¨¦is los jabones esos que te dejan la cara de maravilla?", pregunta una se?ora. Adem¨¢s de alimentaci¨®n, Unpacked ofrece productos de higiene y limpieza compostables o biodegradables como cepillos de dientes de bamb¨², esponjas de lufa, toallitas desmaquillantes de algod¨®n o champ¨²s, jabones y detergentes naturales. "No son productos nuevos, siempre han existido lo que pasa es que ya no los vemos en el s¨²per", dice Arias. "Puede parecer que los precios son m¨¢s caros, pero lo que la gente no entiende es que son productos que, una vez que los compras, te duran mucho m¨¢s, son m¨¢s rentables. Adem¨¢s, no tienes que tirarlo y te permite cambiar ese concepto de consumismo irresponsable, de comprar algo nuevo cada dos por tres".
Desde su apertura, Unpacked y su venta a granel han tenido muy buena acogida. "Podr¨ªamos pensar que esta forma de comprar es algo del pasado y que la gente m¨¢s mayor ser¨ªa la que m¨¢s se acercar¨ªa. Pero nos hemos dado cuenta de que a los j¨®venes tambi¨¦n les gusta comprar as¨ª y eso es, en parte, porque las nuevas generaciones estamos m¨¢s concienciadas con estas causas", cuenta Arias y a?ade que recibe visitas no solo de gente del barrio, sino tambi¨¦n de otras partes de Madrid e incluso de la regi¨®n.
La joven emprendedora acaba de expandir su negocio a trav¨¦s de internet. "Con esta opci¨®n de compra online, puedo contratar a m¨¢s gente, tanto para la web como para la preparaci¨®n de pedidos en tienda", concluye.
La uni¨®n hace la fuerza
El concepto de agroecolog¨ªa crece en las grandes ciudades a trav¨¦s de agrupaciones y cooperativas de consumo que apuestan por una econom¨ªa circular. Para muchos expertos, el ¨²nico camino para una agricultura sostenible es la agroecolog¨ªa, o lo que es lo mismo, producir alimentos respetando el ecosistema y el entorno social.
Este concepto, que apareci¨® en los a?os 30, ha ido evolucionando hasta convertirse en un movimiento en s¨ª mismo, presente no solo en el campo, sino en grandes ciudades como Madrid, a trav¨¦s de agrupaciones y cooperativas de consumo. "Nuestros h¨¢bitos de consumo est¨¢n cambiando porque nos estamos dando cuenta de que lo que comemos y c¨®mo lo adquirimos tiene un impacto en el planeta, no solo medioambiental, si no tambi¨¦n econ¨®mico", dice Mikel Fern¨¢ndez, responsable de alimentaci¨®n de MARES Madrid, un proyecto del consistorio madrile?o ¡ªfinanciado por la Comisi¨®n Europea¡ª que busca la transformaci¨®n urbana a trav¨¦s de varios sectores.
La Organizaci¨®n de las Naciones Unidas para la Alimentaci¨®n y la Agricultura (FAO, por sus siglas en ingl¨¦s) establece 10 principios b¨¢sicos para la agroecolog¨ªa en los que se incluyen la econom¨ªa circular, que apuesta por soluciones locales que permitan disminuir el n¨²mero de intermediarios, aumentar los ingresos de los productores y mantener unos precios justos para los consumidores.
Madriz Bio, una cooperativa de peque?os comercios de la capital, ve en la agrupaci¨®n la ¨²nica forma de abaratar los precios de los productos. "No es lo mismo que una sola tienda compre 100 kilos de naranja semanales a un precio m¨¢s caro, a que se agrupe con otras tiendas y entre todas hagan un pedido de una o dos toneladas", argumenta Fern¨¢ndez. Adem¨¢s de asesorar a Madriz Bio, MARES Madrid trabaja actualmente con productores regionales "para reactivar el modelo de las cooperativas agrarias, eclipsado por la producci¨®n y distribuci¨®n de las grandes marcas". "Agruparse les permite dar una oferta m¨¢s variada de productos que si lo hicieran de forma individual", matiza Fern¨¢ndez.
Los consumidores son otro de los eslabones importantes dentro de la cadena de consumo y la "democratizaci¨®n de precios" es una de sus reivindicaciones. El ?ndice de precios de consumo (IPC), que determina la evoluci¨®n de los precios de los bienes y servicios en Espa?a, no ha dejado de subir en los ¨²ltimos a?os. En la Comunidad de Madrid, seg¨²n los datos de noviembre de 2018 ¡ªlos ¨²ltimos registrados¡ª, la categor¨ªa de alimentos y bebidas no alcoh¨®licas subi¨® un 1,7% con respecto a la base establecida en 2016.
La Garbancita Ecol¨®gica es una cooperativa de consumidores que opera en Vallecas desde 2008 y que naci¨® de grupos de consumo autogestionados (vecinos y vecinas del barrio madrile?o que compraban directamente a productores locales y regionales). "Vimos que hac¨ªa falta una log¨ªstica para trabajar de manera responsable con los agricultores y aumentar el volumen de los pedidos. As¨ª se puede reducir tambi¨¦n costes de transporte y, en consecuencia, de precios", dicen desde esta cooperativa que hoy re¨²ne a 600 miembros y que cuenta con un cat¨¢logo de m¨¢s de mil productos, en su mayor¨ªa ecol¨®gicos. Su almac¨¦n, situado en el n¨²mero 8 de la calle Puerto del Milagro, hace tambi¨¦n de tienda en la que cualquier persona puede comprar.
Algo m¨¢s joven es 2decologico, en Malasa?a. En 2014, Jos¨¦ Antonio Villareal y otros vecinos del barrio se agruparon para "obtener productos de mejor calidad a mejores precios". Lo que al principio era un reparto informal en el sal¨®n de la casa de una vecina, meses despu¨¦s se convirti¨® en una cooperativa gestionada con local propio (calle Noviciado, 9) donde, desde entonces y cada semana, se recepcionan los productos y se elaboran los pedidos de los 250 cooperativistas que la conforman hoy.
Pero 2decologico quiere dar el salto a un grupo de consumo mayor: el supermercado cooperativista. Inspirados en The Park Slope Foodcoop, en Nueva York, y Le Louve, en Par¨ªs,
La Osa ¨Cas¨ª es como se llamar¨¢ el futuro supermercado¨C necesita 1000 personas para iniciar este proyecto que, seg¨²n Villareal, pretende estar listo para finales de este a?o. Sus clientes ser¨¢n a la vez propietarios, miembros y trabajadores. "Todo el que quiera puede formar parte de este proyecto, tanto solo hay que pagar una cuota ¨²nica de inscripci¨®n de 100 euros y aportar tres horas al mes de trabajo voluntario", explica Villareal. "A cambio, podr¨¢n adquirir productos de calidad, preferentemente org¨¢nicos y de proximidad, a precios inferiores a los que ofrecen otros establecimientos", a?ade.
La Osa ser¨¢ un supermercado cooperativista c¨¦ntrico y de grandes dimensiones, aunque sus responsables est¨¢n teniendo problemas para encontrar el local id¨®neo debido a los altos precios de alquiler de la capital. "Es necesario que nos situemos all¨ª donde queremos cambiar el modelo, en el centro de la ciudad. No queremos seguir siendo grupos que resisten individualmente al encarecimiento de los precios y la degradaci¨®n de la calidad de los productos, sino una alternativa real de consumo basada en el concepto de agroecolog¨ªa, donde todos salgamos ganando", concluye Villareal.
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