Los prodigios de una obertura en tiempos de carest¨ªa
Brillantes versiones de Mozart, Beethoven y Schumann en el concierto de la Real Filharmon¨ªa para la Filarm¨®nica Ferrolana
La Real Filharmon¨ªa de Galicia ha celebrado este mi¨¦rcoles un concierto en el Auditorio de Ferrol, en colaboraci¨®n con la Sociedad Filarm¨®nica Ferrolana, dentro de la temporada de esta entidad. En este evento, la orquesta gallega ha sido dirigida por Manuel Hern¨¢ndez-Silva y ha contado con la colaboraci¨®n de la soprano Berna Perles. En programa, obras de Wolfgang Amadeus Mozart (1756¨C1791), Ludwig van Beethoven (1770¨C1827) y Robert Schumann (1819-1856).
Berna Perles tiene en su voz un gran instrumento, con un timbre redondo y brillante, gran potencia y proyecci¨®n. En el aria Misera, dove son, K 369 de Mozart, el peso de su voz no le impidi¨® una venturosa navegaci¨®n por las agilidades de la pieza y mostr¨® momentos de gran ternura. Destac¨® a¨²n m¨¢s en su interpretaci¨®n del aria Ah, perfido! de Beethoven, sobre todo por su fraseo, especialmente en sus momentos de mayor dramatismo. Su actuaci¨®n le vali¨® una c¨¢lida ovaci¨®n de los filarm¨®nicos ferrolanos.
Manuel Hern¨¢ndez-Silva tiene un largo historial de conciertos dirigiendo a la Real Filharmon¨ªa de Galicia. Desde sus primeras colaboraciones hasta su presentaci¨®n en A Coru?a junto a Pacho Flores ha transcurrido casi una d¨¦cada de ¨¦xitos en com¨²n. La primera parte cont¨® con dos versiones llenas de rigor estil¨ªstico por parte de Hern¨¢ndez¨CSilva. Toda la fuerza de Beethoven surgi¨® de forma casi prodigiosa de la armon¨ªa del primer acorde de la obertura del ballet Las criaturas de Prometeo y no dej¨® de lucirse a lo largo de toda la partitura. Pero hubo un antes que explica esos momentos; porque no se puede comprender Beethoven si antes no se ha entendido a Mozart.
Comenz¨® el concierto con prodigios derivados de la mozartiana obertura de La flauta m¨¢gica. Desde los tres primeros acordes la excelente ac¨²stica del auditorio ferrolano y la transparencia del sonido de la Filharmon¨ªa hicieron llegar a m¨¢s de uno el deseo de escuchar la ¨®pera completa. Algo para lo que quiz¨¢s se escriban las oberturas y que se logra en concierto con interpretaciones tan llenas de musicalidad y sentido como la del mi¨¦rcoles en Ferrol.
Gracias a esta obra y a su interpretaci¨®n, m¨¢s de un asistente al concierto se sinti¨® trasladado mentalmente: en el espacio, en el tiempo o en ambas dimensiones. Y algunos de esos asistentes recordamos tiempos mejores: tal vez los del desaparecido festival Mozart de A Coru?a, quiz¨¢s los anteriores a la crisis, esa que muchos a¨²n llaman econ¨®mica. Cuando empresas privadas se convert¨ªan en patrocinadores culturales, aunque solo fuera por el aquel de obtener una buena publicidad en ciertos ambientes.
Y cuando las instituciones a¨²n pensaban que la ¨®pera era ¨Cy, por cierto, sigue siendo- parte de las necesidades de cultura de la poblaci¨®n. Actitudes de empresas y administraciones que tanto se a?oran cuando se racanea el dinero para estas cosas, como tanto se est¨¢ publicando estos d¨ªas tras conocerse lo que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado reparte entre los diferentes teatros estables, temporadas, festivales de ¨®pera y programaciones l¨ªricas de Espa?a.
En la segunda parte La RFG y Hern¨¢ndez ¨C Silva hicieron una versi¨®n de la Sinfon¨ªa n¨²mero 3, ¡°Renana¡±, de Robert Schumann, que bien cabe calificar de redonda. Con un primer movimiento, Lebhaft, lleno de romanticismo en estado que se habr¨ªa de prolongar a lo largo de toda la sinfon¨ªa. Antes del Scherzo hay que destacar la gran fuerza interna de una secci¨®n de trompas que parece atravesar un verdadero estado de gracia y un gran solo de Jordi Ortega, con un color renovado en su instrumento.
En el Scherzo: Sehr m?ssig, el canto de los chelos al un¨ªsono con otras secciones se abri¨® en luz a trav¨¦s de los violines y en la rica paleta de color que el director venezolano extrae de las secciones de vientos. Fue como un cuadro de campo y luz que se convirti¨® en preciosismo de los violines en el Nicht Schnell y en un dramatismo que llega a doler en el Feierlich, pero que cura la creciente brillantez en el Lebhaft final. Gran ovaci¨®n final del p¨²blico de Ferrol.
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