Excelencia, alegr¨ªa y mestizaje
La tradici¨®n vienesa se pone al servicio de la m¨²sica transcontinental en el concierto de la Filharmon¨ªa de Galicia en A Coru?a
La Real Filharmon¨ªa de Galicia (RFG) ha celebrado este s¨¢bado su segundo y ¨²ltimo concierto de esta temporada en los ciclos de abono de la Sinf¨®nica de Galicia; en esta ocasi¨®n, en el ciclo Abono S¨¢bado. En el podio, Manuel Hern¨¢ndez-Silva. M¨²sico venezolano formado en la m¨¢s ortodoxa tradici¨®n vienesa. Como solista, el trompetista venezolano Pacho Flores, nacido a la m¨²sica en el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles creado en Venezuela por el maestro Jos¨¦ Antonio Abreu.
Ha sido un largo y animado programa, cuya primera parte fue protagonizada por Flores intepretando el Concierto para trompa de caza y cuerdas, de Johann Baptist Georg Neruda (1708-80); la Bachiana brasileira n? 5, de Heitor Villa-Lobos; y Cantos y revueltas, del propio Flores, obra que se ha estrenado mundialmente en los conciertos de la RFG del jueves en Santiago, viernes en Vigo y este del s¨¢bado en el Palacio de la ?pera de A Coru?a.
La especializaci¨®n por periodos que ha tra¨ªdo el auge de la interpretaci¨®n hist¨®ricamente informada hace que sea bastante infrecuente escuchar m¨²sica barroca tocada por orquestas que podr¨ªamos llamar generalistas. El sonido de la Real Filharmon¨ªa dirigida por Manuel Hern¨¢ndez Silva tuvo, desde los primeros acordes de la introducci¨®n orquestal de la obra de Neruda, el rigor estil¨ªstico exigible con el plus de la perfecta afinaci¨®n de los instrumentos actuales.
La aparici¨®n de la trompa de Flores fue luminosa como un rayo de sol al amanecer, con un sonido l¨ªmpido y brillante que, unido a una gran expresividad, fue su mejor baza interpretativa en toda la obra. Cada una de las cadenzas de los tres movimientos fue una demostraci¨®n de solvencia t¨¦cnica -con unas preciosas agilidades y unos saltos interv¨¢licos de gran dificultad precisa y preciosamente salvados¨C pero sobre todo, con una rigurosa profundidad conceptual.
La misma calidad interpretativa pero con un estilo bien diferente, desarroll¨® en la obra de estreno, de la que el p¨²blico de A Coru?a nada hab¨ªa podido saber previamente. Cantos y revueltas es una recopilaci¨®n de piezas derivadas de ¡°cantos de los cabestreros espa?oles¡± que el autor completa con esas revueltas con las que expresa ¡°la esencia y el perfume de esos cantos y bailes populares... sin desprenderme de mi propia realidad art¨ªstica y sin desmerecer el juego actual de la sociedad en este siglo XXI¡±.
Tal como indica el autor,?Cantos y revueltas tiene el mestizaje en su ADN, tanto en su composici¨®n como en la inseparable interpretaci¨®n del propio autor. Este emplea hasta cuatro trompetas de diferente tesitura y afinaci¨®n en una exhibici¨®n de poder¨ªo y virtuosismo sonoro. La obra tiene toda la variedad r¨ªtmica nacida del mestizaje y es realmente espectacular de principio a fin.
Se podr¨ªa decir que una espectacularidad bien lejana de una mera exhibici¨®n quiz¨¢s sea lo que mejor define esta obra. Y el espect¨¢culo crece de forma muy notable a partir del magn¨ªfico solo de cuatro llanero a cargo de Leo Rond¨®n. Un gran m¨²sico que supo superar el ostracismo ac¨²stico al que condena el Palacio de la ?pera a los instrumentos de cuerda pulsada. Y as¨ª, saliendo del m¨¢s oscuro silencio, logr¨® imponer su ley con una verdadera exhibici¨®n de todo lo que se puede hacer con un instrumento de solo cuatro cuerdas y una peque?a caja arm¨®nica.
No faltaron improvisaciones, incluido alg¨²n tema popular gallego ni una demostraci¨®n t¨¦cnica de rasgueos, punteados y sonidos percutidos, tanto sobre la caja como directamente sobre cuerdas y m¨¢stil. Resulta inevitable recordar las t¨¦cnicas que Penderecki hace usar a las cuerdas de la orquesta en el programa que el viernes 12 tuvieron ocasi¨®n de ver y escuchar los aficionados coru?eses.
Rond¨®n hizo vibrar hasta los asientos, especialmente cuando fue acompa?ado por las maracas manejadas por el maestro Hern¨¢ndez Silva, en todo un contraste de formaci¨®n vienesa y sangre latina. La enorme ovaci¨®n del p¨²blico fue premiada con dos propinas precedidas de una alocuci¨®n de Hern¨¢ndez Silva -todo un maestro de la ret¨®rica- con un discurso de hermanamiento gallego-latinoamericano que hizo derretirse a m¨¢s de uno. El diablo en el cuerpo y El invierno porte?o de Las cuatro estaciones porte?as de Astor Piazzolla pusieron la guinda a esta ¨Csolo en duraci¨®n, que no en impresi¨®n- larga primera parte.
Antes de este estreno, interpretaron una versi¨®n del propio Flores sobre el Aria de la Bachiana brasileira n? 5. Obra sometida a mil y un arreglos, fue intepretada brillantemente por Flores, elevando el argentino sonido de su trompeta sobre la m¨¢s id¨®nea discreci¨®n de la orquesta. Y es que quiz¨¢s el sonido del instrumento solista sea demasiado brillante e incisivo para el car¨¢cter de nocturno de una obra pensada por su autor para soprano y conjunto de violonchelos.
Pasado el descanso, la RFG y Hern¨¢ndez Silva tomaron el mando. De entrada, con la suite sinf¨®nica arreglada por E. Kleiber sobre Redes, una obra maestra de la m¨²sica cinematogr¨¢fica escrita por el mexicano Silvestre Revueltas. El maestro venezolano hizo con Real Filharmon¨ªa una excelente versi¨®n llena del dramatismo propio de la suite y del filme al que aport¨® base sonora.
Y como final ¨C digno y apote¨®sico colof¨®n de tan espectacular concierto- las tres Danzas del ballet Estancia, que fueron tocadas con el car¨¢cter que corresponde a cada una de ellas, desde la tranquila alegr¨ªa de la Peque?a danza inicial y la serenidad de la Danza del trigo a la espectacularidad orquestal de la Danza final, malambo, cuya fren¨¦tica r¨ªtmica estuvo siempre llena de una soberbia flexibilidad.
Fue un concierto de los que hacen afici¨®n por su espectacularidad y facilidad de audici¨®n. Los abonados de s¨¢bado de la OSG tuvieron as¨ª ocasi¨®n de vivir la calidad de la orquesta vecina y hermana. Y tambi¨¦n comprobaron que la excelencia no excluye tama?os ni est¨¢ re?ida con la m¨¢s viva y alegre entrega en la interpretaci¨®n.
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