Jordi Puigner¨®: ¡°El problema de los taxis no es Uber o Cabify, ser¨¢ el coche sin conductor¡±

Su objetivo es construir una rep¨²blica digital. Su modelo, Estonia. Viaj¨® a Dubl¨ªn hace unos d¨ªas para acompa?ar a Carles Puigdemont. Luego pas¨® por las Islas Feroe, regi¨®n aut¨®noma de Dinamarca, y lleg¨® a un acuerdo con su Gobierno para impulsar soluciones de tecnolog¨ªas digitales avanzadas. Jordi Puigner¨® (Sant Cugat, 1974) es ingeniero y consejero de Pol¨ªticas Digitales y Administraci¨®n P¨²blica por el PDeCAT. Es el ¨²nico consejero del actual Govern que est¨¢ imputado por la organizaci¨®n del 1 de octubre. Denuncia que lo que pas¨® antes, durante y despu¨¦s de ese d¨ªa fue ¡°una aut¨¦ntica represi¨®n digital¡±. Nos recibe en la sala de reuniones de su departamento presidida por dos fotos, una de Quim Torra y otra de Carles Puigdemont.

Pregunta. ?C¨®mo pretende construir la rep¨²blica digital cuando Uber y Cabify abandonan Barcelona y la T-Mobilidad no est¨¢ en marcha?

¡°Avanzar hacia una rep¨²blica digital es tambi¨¦n un proceso pol¨ªtico¡±

Respuesta. Las sociedades que progresan son las que abordan las revoluciones tecnol¨®gicas. Trabajamos para hacer de Catalu?a un pa¨ªs digital. No se trata solo Uber o Cabify o la T-Mobilidad, sino temas de cultura e identidad digital, voto electr¨®nico, despliegue de redes. Avanzar hacia una rep¨²blica digital es tambi¨¦n un proceso pol¨ªtico y no nos escondemos. Queremos ser un estado independiente. El camino digital va en paralelo. Y aunque no quisi¨¦ramos ser rep¨²blica aquellos que quieren pertenecer a Espa?a, tambi¨¦n deber¨ªan tener su proyecto para convertirse en pa¨ªs digital.

¡°Las empresas tecnol¨®gicas no huyen de Catalu?a. Todo lo contrario¡±

P. No cree entonces que, como denuncia la oposici¨®n, el Govern ha cedido al chantaje del taxi.

R. No hablar¨ªa de chantaje. Si entendemos el pacto y el di¨¢logo como chantaje, tambi¨¦n a nivel de lo que est¨¢ pasando en el pa¨ªs, no avanzaremos.

P. Pero, como consejero de Pol¨ªticas Digitales, el anuncio de la marcha de Uber y Cabify no le habr¨¢ gustado.

R. No me gusta que ninguna empresa se vaya. Las tecnol¨®gicas no huyen de Catalu?a. Todo lo contrario, no dejamos de tener inversiones. El decreto se discuti¨® en el Govern y se lleg¨® a una soluci¨®n de compromiso de todas las partes. Cuando hablo con el sector del taxi, les digo: ¡°Vuestro problema no es Uber y Cabify, ser¨¢ el coche sin conductor¡±.

P. Uno de sus proyectos es crear una identidad digital para relacionarse con la Administraci¨®n. ?Cu¨¢ndo ser¨¢ una realidad?

R. Si podemos tener una legislatura normal, lo veremos antes de que termine. Si se acaba antes por otros motivos, es evidente que ser¨¢ dif¨ªcil. En Espa?a la identidad siempre se ha entendido bajo un concepto de control. La identidad la despliega el Ministerio del Interior con el DNI. Nosotros trabajamos como hace Estonia, desde el punto de vista de los servicios. El ciudadano es actor y propietario de su identidad digital y la usa para la multitud de servicios, no solo para relacionarse con la Administraci¨®n. Estonia ha desvinculado el concepto de ciudadan¨ªa digital al de nacionalidad. Trabajamos con esta idea.

P. ?Qu¨¦ se podr¨¢ hacer con esta identidad?

R. Por ejemplo, si el Bar?a acepta esta identidad, se podr¨¢ utilizar para hacerse socio.

P ?C¨®mo si fuera Facebook, que te permite acceder a otras aplicaciones?

¡°Trabajamos como Estonia, desde el punto de vista de los servicios digitales¡±

R. En esta l¨ªnea, pero cumpliendo la normativa europea. Todo legal, que el ciudadano sea el amo de su identidad. He viajado varias veces a Estonia y les pregunto: ¡°?Por qu¨¦ est¨¢is haciendo un proyecto de rep¨²blica digital si sois un Estado? Estonia ya tiene un Estado f¨ªsico¡±. La respuesta que me da el secretario de gobierno es que el pa¨ªs ha sufrido a largo de su historia cinco invasiones rusas, y que haya una sexta es cuesti¨®n de tiempo. Por eso se preparan para que sus ciudadanos puedan estar conectados y tomando decisiones sobre la voluntad de naci¨®n, independientemente que no tengan un control f¨ªsico sobre el territorio.

P. Pero, la situaci¨®n de Estonia no es la nuestra.

R. Yo le hablo de lo que est¨¢n haciendo en Estonia, un estado nube. Tambi¨¦n lo hacen muchas empresas. Estamos hablando de c¨®mo nos organizaremos y c¨®mo ser¨¢ la gobernanza del XXI.

P. Cuando habla de la hipot¨¦tica rep¨²blica digital, recuerda a lo que est¨¢ haciendo el Consejo de la Rep¨²blica de Carles Puigdemont. ?No se difumina este Consejo con el proyecto del Govern?

R. Estamos trabajando con una propuesta del Govern. Lo que est¨¢ haciendo el Consejo de la Rep¨²blica va m¨¢s orientado a los ¨®rganos de participaci¨®n del propio Consejo. Son herramientas que no son incompatibles.

P. Las adhesiones al Consejo no llegan al mill¨®n esperado.

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R. Todo empieza ahora. Me parece que ya tiene m¨¢s de 100.000 inscritos.

P. Son unos 58.000.

R. ?Ten¨¦is la cifra actualizada?

P. S¨ª. Es menos de un 6%, si va a este ritmo tardar¨¢ mucho a llegar a lo previsto por Puigemont.

R. Se han planteado una serie de objetivos. Si ya hay 58.000, dentro de seis meses habr¨¢ m¨¢s. Se plante¨® el objetivo de un mill¨®n, pero tambi¨¦n se dijo que no era un objetivo imprescindible.

P. Nueva edici¨®n del Mobile. El a?o pasado rechaz¨® acudir a una cena porque estaba Felipe VI. ?Ayudan estas situaciones al devenir del pa¨ªs?

R. En ese momento la Generalitat estaba representada por el Gobierno del 155. Bajo ese concepto yo entend¨ª que no se deb¨ªa ir a esa cena. Este a?o el Govern ya ha tomado una decisi¨®n. Lo que no haremos es invitar al Rey a ning¨²n acto, ni a las partes de parafernalia mon¨¢rquica.