A un amor¡ esa historia, esa novela
Segu¨ª inmerso en tu devenir hasta que al alba consegu¨ª llegar al final. Despu¨¦s, segu¨ª so?ando, pero ya solo con tu contenido. Te dedico estos pensamientos a ti, novela apasionante
En el Grupo Jubilata tenemos al lector, contumaz e impenitente, con sus quejas acerca de que por su escasa memoria no acierta a encontrar cada noche la historia que dej¨® aparcada en alg¨²n recoveco de su dormitorio a la vez que lamenta el olvido de la interesante trama literaria a la que, insomne, trata de darle una ep¨ªtasis y un final a su manera, olvidando el usual convencionalismo materialista de la tirada de ejemplares o el farise¨ªsmo del socialmente admitido desenlace. As¨ª nos lo cuenta:
Aquel s¨¢bado, llegada la noche, cansado de buscarte por todos los rincones, entr¨¦ en el dormitorio y por fin, all¨ª te encontr¨¦, sobre la cama, descansando, algo recogida, quieta, inm¨®vil, ofreci¨¦ndote toda entera de forma insinuante. Intent¨¦ recordar d¨®nde nos hab¨ªamos dejado. Hac¨ªa tiempo que no volv¨ªa a ti. Perd¨®name por la falta de constancia. No te lo mereces. La ingratitud es manifiesta.
Es verdad que la ¨²ltima vez, yo contigo, tu conmigo, aparecieron alternativamente el sosiego y la pasi¨®n, jam¨¢s el aburrimiento. Me sent¨ª tan tuyo que llegaste a arrebatarme el sue?o introduci¨¦ndome en lo m¨¢s ¨ªntimo de tu ser. Suavemente te tom¨¦ entre mis manos, acarici¨¦ parte de tus redondeces y con las yemas de mis dedos puls¨¦ tus peque?as aristas para separar con parsimonia las p¨¢ginas de tu vida, a veces cortante al pulso de tu fina y aterciopelada piel de celulosa. Recostado a tu lado, suavemente te abrac¨¦ y te acurruqu¨¦ sobre mi pecho, abraz¨¢ndote durante momentos e intentando rememorar la historia que me mostrabas, esa que tan certeramente en noches pasadas hab¨ªa despertado mis ansias de vivir so?ando con el esperado final.
De pronto se hizo la luz. Ya s¨¦ d¨®nde me qued¨¦. Inmediatamente reinici¨¦ los tenues hilos de los bellos sue?os, la madeja de tu trama. Insistiendo en buscar el cap¨ªtulo donde me mostraba parte de las entra?as de tu alma, de los vaivenes de tu historia, de la a veces complicada vida que desembocar¨ªa en un final, expectante, quiz¨¢s inesperado y por ello no menos querido y deseado.
Me contestaste: soy toda tuya, t¨®mame otra vez, termina conmigo y, despu¨¦s, descansa. As¨ª lo hice. Me deleit¨¦ con tu sobrada maestr¨ªa cuando me desvelabas los misterios del amor, los de la pasi¨®n, los de la ternura, aquel crimen sin castigo, las sospechas infundadas, las desavenencias conyugales o simplemente de viejos amigos, los misterios que enredaban los diferentes cap¨ªtulos en el cruce de las vidas de tus personajes. A veces pienso que autobiogr¨¢ficos.
Segu¨ª inmerso en tu devenir hasta que al alba consegu¨ª llegar al final. Despu¨¦s, segu¨ª so?ando, pero ya solo con tu contenido. Te dedico estos pensamientos a ti, novela apasionante. Seguir¨¦ so?ando por mucho tiempo con ser el protagonista de tu historia y mudar mi rol en este teatro de mi vida con ese final plasmado de forma convencional en el feliz desenlace, aunque mi final no camine por la misma v¨ªa de la esperanza que el autor impregn¨® en sus personajes irreales, pero prometo intentarlo.
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