As¨ª son los pisos colmena de Barcelona
La empresa promotora oculta, en la trastienda de un local, una infravivienda para 22 personas en el ¨¢rea metropolitana
Haibu 4.0, la empresa que a finales de agosto anunci¨® que estaba construyendo, en un local de Barcelona, uno de los denominados ¡°pisos colmena¡±, donde podr¨ªan vivir decenas de personas en c¨¢psulas de 120 cent¨ªmetros de ancho, 120 de alto y 220 de largo, ha decidido dar el paso hacia la ilegalidad. Ya ha puesto en marcha, al menos, un piso colmena clandestino en un municipio del ¨¢rea metropolitana muy cercano a la capital catalana, sin ning¨²n tipo de licencia de actividad. Desde agosto, la empresa se ha topado con el rechazo frontal de municipios como Barcelona o L¡¯Hospitalet de Llobregat, que han paralizado las obras de aquellos locales donde parec¨ªa que iban a instalarse.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, zanj¨® cualquier posibilidad de puesta en funcionamiento de esta alternativa: ¡°Estos alojamientos no se ajustan a los requisitos m¨ªnimos de habitabilidad que se exigen para poder vivir con dignidad y en condiciones adecuadas. El amontonamiento y la infravivienda son ilegales¡±. La alcaldesa asegur¨® que la empresa no iba a poder explotar el negocio de las c¨¢psulas ni ¡°ahora ni nunca¡± en la capital catalana.
Haibu 4.0 sigui¨® su guerra en los tribunales pero ahora, adem¨¢s, a falta de sentencias le ha podido el ansia y ha dado el salto a la clandestinidad. ¡°El proyecto ya no tiene freno¡±, asegura Marc Oliv¨¦, uno de los promotores de una empresa con inc¨®gnitas. EL PA?S ha visitado uno de los pisos colmena junto con el gerente de Haibu 4.0. Oliv¨¦ sabe que tiene mil ojos encima, que las autoridades saben que ya ha abierto una ¡°colmena¡± -as¨ª llama al invento-, y al tratarse de algo clandestino apaga el m¨®vil para evitar ser geolocalizado.
La colmena est¨¢ oculta en la trastienda de un local que, desde el exterior, aparenta ser un negocio. Tras el mostrador, un falso muro es el camino secreto hacia los pisos. Espacios comunes, algunos dise?ados con muebles rescatados, radiadores el¨¦ctricos, un par de sof¨¢s, un televisor y las colmenas: habit¨¢culos divididos por tableros de melamina acomodados con un peque?o somier, un colch¨®n delgado y una peque?a estanter¨ªa. No hay que tener muchos conocimientos de dise?o para darse cuenta de que la mayor¨ªa de las piezas son de bajo coste. Un calentador y dos duchas suspendidas sobre tacos de madera parecen insuficientes para el aseo de las 22 personas que pretende alojar la colmena. El gerente muestra las prestaciones de cada uno de los habit¨¢culos: ¡°Adem¨¢s de la cama hay un peque?o ba¨²l, un enchufe, una mesita y luces led que puedes ir cambiando de color¡±, explica.
"Acto filantr¨®pico"
?Qu¨¦ es esto? ?Qui¨¦nes son Haibu 4.0? ?Qu¨¦ hay detr¨¢s? ?Por qu¨¦ decide abrir un negocio que sabe que es ilegal? ?Tan importante es este proyecto? Son preguntas que solo tienen respuestas a medias. Oliv¨¦ asegura que detr¨¢s de Haibu 4.0 hay varios inversores de ¡°Holanda, Espa?a y Arabia Saud¨ª¡± que se pusieron en contacto con ¨¦l hace un a?o cuando estaba construyendo edificios en Holanda. ¡°Quer¨ªan comprar inmuebles enteros y venderlos dentro de una d¨¦cada. Una inversi¨®n que les permit¨ªa unos beneficios de entre el 4% y el 5%¡±, asegura. ¡°Durante esos 10 a?os me daban luz verde para aprovechar los inmuebles y entonces decidimos hacer los pisos colmena¡±, explica. No le importa el dinero invertido en abogados, denuncias etc. Y asegura que continuar el proyecto en la ilegalidad es casi ¡°un acto filantr¨®pico¡±.
Oliv¨¦ asegura que los requisitos que exigen para ser un ¡°colmenero¡± son tener entre 22 y 65 a?os, llevar viviendo en Catalu?a ocho a?os, no tener antecedentes penales y recibir unos ingresos m¨ªnimos de 450 euros mensuales. El precio del alquiler de cada habit¨¢culo oscila entre los 200 y 300 euros seg¨²n la proximidad de la colmena respecto al centro de Barcelona y de la amplitud de la habitaci¨®n (en algunas cabe un colch¨®n de matrimonio).
El gerente asegura que tiene una colmena en la que ya viven 18 personas y que en la que visita EL PA?S, situada en la trastienda de un local, hay espacio para 22, pero por ahora est¨¢ ocupada por siete personas. Solo dos son visibles en el momento de la visita. El primero es Hari, un macedonio de 41 a?os que antes viv¨ªa en Austria. Asegura que vive ¡°divinamente¡± desde hace tres d¨ªas en su colmena y que ha recurrido a esta soluci¨®n para poder ahorrar durante unos meses mientras trabaja de camionero. Lo cierto es que no cumple el requisito de llevar residiendo ocho a?os en Catalu?a. Otro de los colmeneros es Mostafa El Youbi, de 44 a?os. Es mozo de almac¨¦n y lleva diez d¨ªas instalado en la colmena. ¡°Viv¨ªa en un piso, pero el propietario lo necesit¨® y por 200 euros es imposible vivir en otro lugar¡±, a?ade.
Oliv¨¦ asegura que habr¨¢ una nevera entera para cada tres personas. No hay vitrocer¨¢mica y la comida que puedan preparar se restringe a aquello que se pueda cocinar en un microondas o un horno. Junto a Oliv¨¦ est¨¢ Andrew Funk que asegura que con su entidad llamada Homeless Entrepreneur ayudar¨¢ con un coach a los colmeneros con problemas laborales, de salud¡ ¡°toda una ayuda hol¨ªstica¡±, se apresura en remarcar.
El gerente de Haibu 4.0 sabe que la colmena ser¨¢ f¨¢cilmente detectable y denunciable por vecinos o entidades que ya han puesto el proyecto en el punto de mira. ¡°Lo tengo todo preparado, cuando me clausuren una colmena tendr¨¦ otra preparada y clandestina para alojar a los colmeneros expulsados¡±, sostiene.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.