El Monasterio de Montserrat lava la cara al atrio y al claustro de Puig i Cadafalch
La Diputaci¨®n de Barcelona invierte 450.000 euros en los trabajos
La bas¨ªlica de Montserrat es un universo construido en diferentes ¨¦pocas y m¨²ltiples estilos. La Virgen negra ha visto pasar desde su camar¨ªn a muchos arquitectos que han creado sus obras en estilo rom¨¢nico, g¨®tico, renacentista y todos los neo que podamos imaginar. Como el claustro neorrom¨¢nico que cre¨® a comienzos del siglo XX, en 1925, el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch; un recinto fr¨ªo y h¨²medo situado en el interior del monasterio que no es visitable con la intenci¨®n de que la comunidad benedictina pudiera desplazarse de un lugar a otro del monasterio lejos de la mirada de los laicos. La estructura sobria y contundente, con dos pisos de arcos creados de ladrillo por columnas de piedra y vigas de madera est¨¢ cerca de cumplir su primer siglo de vida con buena salud. Excepto una de las alas que en el a?o 2000 sufri¨®, como gran parte del monasterio, los efectos devastadores de una inundaci¨®n tras una lluvia torrencial que llev¨® a evacuar incluso a la mayor¨ªa de monjes.
Despu¨¦s de acometer los trabajos en el archivo del monasterio, la torre g¨®tica y el monasterio de Santa Cecilia, la Diputaci¨®n de Barcelona ha financiado tambi¨¦n con 450.000 euros los trabajos en esta zona del claustro actuando en las zonas afectadas hace casi dos d¨¦cadas. Ayer, despu¨¦s de a?o y medio, se dieron por terminados los trabajos y por eso se desplaz¨® hasta la monta?a sagrada el presidente de la Diputaci¨®n de Barcelona, Marc Castell, y la expresidenta, Merc¨¨ Conesa (ahora presidenta del Puerto de Barcelona), que junto con el abad Josep M. Soler ¡ªque todav¨ªa recuerda los efectos de las inundaciones que se produjeron al mes de ser nombrado abad del monasterio¡ª pasearon por este edificio contundente de aires mud¨¦jares.
Los principales trabajos han consistido en eliminar las humedades de este lugar sombr¨ªo, restaurar las vigas de madera afectadas por las termitas (el 70% del total) y recuperar el bello suelo original de losetas de 10 por diez creados por Puig i Cadafalch con hormig¨®n en forma de espiral y l¨ªneas paralelas. ¡°Lo m¨¢s complicado ha sido realizar los trabajos sin alterar la vida mon¨¢stica y respetar al m¨¢ximo la obra original¡±, explic¨® el arquitecto responsable de la obra, Josep Maria Sala Trullols, en una de las alas del claustro. El claustro comunica el refectorio con el edificio donde est¨¢n los novicios y la escolan¨ªa y los monjes lo cruzan, al menos, tres veces al d¨ªa.
Las autoridades civiles y religiosas visitaron tambi¨¦n el atrio, una especie de comunidad de vecinos con balcones en tres de las fachadas construidas en el siglo XVIII por un ingeniero militar que envuelve la fachada principal de la bas¨ªlica. Aqu¨ª el desgaste lo producen los m¨¢s de dos millones de personas que la visitan cada a?o y que han erosionado el bello suelo de m¨¢rmol dise?ado en los a?os cincuenta del siglo pasado a imitaci¨®n de la plaza del Capitolio de Roma, que cre¨® el gran Miguel ?ngel en el siglo XVI. La restauraci¨®n de este pavimento, sustituyendo las piezas rotas, ha permitido tambi¨¦n eliminar las barreras arquitect¨®nicas de acceso (varios escalones) creando una suave rampa central bajo los porches. Tambi¨¦n se han limpiado las serigraf¨ªas de las paredes y los esgrafiados de los a?os cincuenta que imitan columnas salom¨®nicas de Josep Obiols y motivos religiosos del monje Benet Mart¨ªnez.
El abad Soler, ha agradecido el esfuerzo econ¨®mico que ha hecho la Diputaci¨®n, pero ha evitado hacer referencia a los presuntos abusos sexuales a menores por parte de uno de los monjes conocido en las ¨²ltimas semanas.
Una escultura de Plensa de cuatro metros de una ni?a llamada Ana Mar¨ªa
Una enorme estatua ecuestre de bronce de Marco Aurelio preside la plaza del Capitolio de Roma que dise?¨® Miguel ?ngel en la que se inspir¨® Francesc Folguera que en los a?os cincuenta dise?¨® el mosaico de m¨¢rmol del atrio de Montserrat. Desde la segunda quincena de mayo y, en principio seis meses, este espacio estar¨¢ presidido por una obra de Plensa de cuatro metros de altura ¡°inspirada en una ni?a, hija de un fot¨®grafo que trabaja en su estudio hecha con malla de acero¡±, desvel¨® ayer el padre Josep Laplana, director del Museo de Montserrat. Cuando se le pregunto por el nombre de la obra, solo dijo: ¡°la ni?a se llama Ana Mar¨ªa¡±.
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