Solo un 2% de padres aprovecha la cesi¨®n de permisos de maternidad

Menos de mil padres (923) solicitaron durante 2017 los permisos transmisibles de paternidad en Catalu?a. Esa cifra es apenas un 2% de los permisos solicitados y es una muestra de c¨®mo las mujeres siguen copando la responsabilidad del cuidado de los hijos. Ese ¨ªnfimo porcentaje se explica, en parte, porque esas percepciones se basan en cesi¨®n de derechos y no en un reparto de percepciones, seg¨²n un informe presentado ayer por el Consejo de Trabajo Econ¨®mico y Social (Ctesc). Pero existen otros par¨¢metros que muestran esa atribuci¨®n machista de roles: el 92,8% de excedencias para cuidado de ni?os, por ejemplo, recae en mujeres.

Hay otra estad¨ªstica que sirve para explicar el desigual reparto de papeles entre hombres y mujeres en la sociedad catalana. Cuando se trata del cuidado de personas mayores a cargo, las mujeres representan tambi¨¦n una amplia mayor¨ªa del 82,5% de los beneficiarios de los subsidios. Y aunque el Ctesc admite cierto avance en los ¨²ltimos a?os, concluye: ¡°La corresponsabilidad familiar est¨¢ lejos de ser una realidad consolidada¡±. Las mujeres, asume su estudio Pol¨ªticas de apoyo a las familias, no solo asumen tareas y responsabilidades concernientes a hijos y mayores dependientes, sino que tambi¨¦n deben hacer otros trabajos de ¨ªndole dom¨¦stico.

La cuesti¨®n es que ese modelo de sociedad patriarcal tiene otro origen ajeno al hogar, las desigualdades de g¨¦nero en el mercado laboral. Las mujeres perciben salarios m¨¢s bajos y padecen de modo m¨¢s abrupto peores tipos de contrataci¨®n, reducciones de jornada no deseadas y mayor temporalidad. Todos esos elementos suponen, adem¨¢s, una condena a largo plazo, ya que esas condiciones hipotecan las percepciones a futuro, cuando llega la jubilaci¨®n, lo que prolonga hasta el fin de la vida la desigualdad.

De ah¨ª que, en su apartado propositivo, el Ctesc reclame un paraguas con una oferta m¨¢s equitativa de oportunidades y de justicia social y mejoras tanto en el campo de la regulaci¨®n legislativa como en el de la negociaci¨®n colectiva. Considera el organismo que preside Llu¨ªs Franco que un cambio a tiempo puede permitir cambios en ¨¢mbitos como la demograf¨ªa y las estructuras familiares.

Respecto a los permisos de maternidad-paternidad (los que se pueden compartir entre los padres), el informe defiende que los diferentes estudios sobre la materia indican que las ayudas, para que sean eficientes, ¡°deben tender a cubrir el 100% del salario y que el periodo de tiempo cubierto no sea inferior a las 16 semanas¡±. En Espa?a s¨ª que se remuneran los permisos al 100%, pero el permiso parental no se retribuye pese a su posible dilataci¨®n en el tiempo. Dice el informe que, comparado con otros pa¨ªses, Espa?a se sit¨²a a la cola europea cuando se computa cada d¨ªa de permiso retribuido (maternidad, paternidad y parental). Sus 144 d¨ªas contrastan con los 414 de Suecia o los 1.207 de Francia.

Desigualdad social

Incluso en ese cap¨ªtulo, subraya el Ctesc, el modelo imperante en Espa?a beneficia a las clases m¨¢s pudientes, aquellas que no tienen que estar tan pendientes de los recursos que entran en el hogar. Por ello llama a ¡°estudiar la posibilidad de ampliar la intransferibilidad y remuneraci¨®n de todos los permisos de cuidado y conciliaci¨®n existentes¡±. Y en el caso de que se mantenga el modelo actual, se reclaman ¡°incentivos¡± para que los progenitores hagan m¨¢s uso.

El proyecto de Presupuestos que fue rechazado la semana pasada en el Congreso, y que conllev¨® a la convocatoria anticipada de elecciones para el 28 de abril, contemplaba un calendario para equiparar los permisos de maternidad y paternidad, de forma que fueran iguales, intransferibles y remunerados al 100.

Otra de las propuestas se basa en la creaci¨®n de un permiso de periodos cortos para indisposiciones temporales infantiles o de familiares en situaci¨®n de dependencia.

El informe del Ctesc presentado ayer es una ensalada de estad¨ªsticas que ilustra bien de la evoluci¨®n sociol¨®gica de Catalu?a, similar a la de otras econom¨ªas avanzadas, y dibuja de forma fiel las deficiencias en lo que respecta a pol¨ªticas de apoyo a las familias. La falta de oportunidades, transformada en altas tasas de paro, temporalidad y trabajo informal, han lastrado el desarrollo de estructuras familiares, como deja de manifiesto que m¨¢s de la mitad de los j¨®venes contin¨²en viviendo con sus padres cuando tienen entre 25 y 29 a?os y que la maternidad llegue cada vez m¨¢s tarde, a los 31 a?os. Las mujeres catalanas tienen menos hijos que las de la media europea (1,36 hijos por 1,58, respectivamente), lo que cada vez aleja m¨¢s de la tasa de reemplazo generacional (2,1 hijos).

El informe refleja otro dato relevante, fruto de ese c¨®ctel generacional y econ¨®mico: Un 30% de las mujeres nacidas en la segunda mitad de la d¨¦cada de los a?os setenta no tendr¨¢ ning¨²n hijo. Sus madres ten¨ªan una fecundidad de 2,72 hijos, ellas se quedar¨¢n en 1,42.

Para resolver esos problemas, el organismo reclama medidas de pol¨ªticas de juventud y ampliar la oferta de vivienda social. Y aconseja elevar los umbrales de edad de emancipaci¨®n hasta los 40 a?os, para conocer ¡°con mejor actitud la realidad actual¡±.