Flechas contra jabal¨ªes en el pulm¨®n de Vitoria
Las instituciones autorizan a cuatro arqueros a cazar animales en el parque de Salburua para controlar su poblaci¨®n
En los bosques de Sherwood sufrieron lo suyo con la punter¨ªa de los hombres y mujeres de Robin Hood. Varios siglos despu¨¦s los jabal¨ªes van a tener que poner en pr¨¢ctica todas las t¨¦cnicas de escape que aprendieron entonces, pero esta vez en uno de los pulmones de Vitoria, en Salburua. La Diputaci¨®n Foral de ?lava ha autorizado a un grupo de arqueros a matar a esos parientes del cerdo durante dos meses para evitar que su poblaci¨®n siga creciendo sin l¨ªmite.
Las instituciones alavesas explican que sin depredadores naturales crecen y comen demasiado, y advierten de que en una de las lagunas del espacio protegido de fauna y flora conocido como los humedales de Salburua est¨¢n desapareciendo varias especies: el avetorillo, el aguilucho lagunero y la garza imperial, entre otras. "Se trata de controlar la poblaci¨®n de jabal¨ªes de la manera que creemos menos invasiva, y adem¨¢s hacer seguimiento zoosanitario para saber qu¨¦ enfermedades portan", asegura Fernando de Juana, responsable municipal del conjunto de parques periurbanos -el humedal es uno de ellos- denominado Anillo Verde.
El jabal¨ª ha encontrado en esa zona protegida, en la que se concentra mucha biodiversidad, un oasis de tranquilidad. Con agua y comida abundante no para de reproducirse. Sus piaras adem¨¢s no entienden de l¨ªmites f¨ªsicos, y entran y salen del vallado que impide la dispersi¨®n de los ciervos, haciendo agujeros por debajo. Su dieta es cada vez m¨¢s variada y tras arrasar con los huevos de las especies que habitan esa zona, han extendido su radio de acci¨®n a los cultivos del entorno y empiezan a provocar alg¨²n que otro accidente de tr¨¢fico en los pueblos cercanos a la capital alavesa.
Esta tesis, sin embargo, no es compartida por los ecologistas. "No hay datos de cu¨¢ntos jabal¨ªes hay", critican desde el Grupo Alav¨¦s de Defensa de la Naturaleza (Gaden), "y tampoco saben, por tanto, cu¨¢ntos hay que matar, ni si hay alternativas a la caza como se hace en Barcelona, como esterilizaciones o trampas para cazarlos vivos". Fernando Illana, de Gaden, pide al Ayuntamiento de Vitoria que pare la caza, porque "adem¨¢s Salburua es un espacio protegido y no se puede cazar".
Las 210 hect¨¢reas pegadas al n¨²cleo urbano de la capital vasca tienen la consideraci¨®n de sitio Ramsar (humedal considerado de importancia internacional debido a su riqueza biol¨®gica) por su impacto en el funcionamiento de los ecosistemas, y en el entorno de sus dos lagunas se concentran muchas especies. No solo aves de diversos tama?os, incluidas cig¨¹e?as, sino peque?os mam¨ªferos como tejones, jinetas o liebres, entre otros muchos, adem¨¢s de los ciervos. "El uso del arco es experimental pero creemos que es la forma menos agresiva para controlar la especie cuando su crecimiento no tiene l¨ªmite", responde De Juana.
Los arqueros ya han elegido los ¨¢rboles, han colocado c¨¢maras para monitorizar sus rutas y est¨¢n cebando a los animales debajo de las plataformas en las que les esperan, a unos tres metros sobre el suelo, para evitar que su fino olfato acabe por descubrirles. "Esto va a llevar tiempo porque en una buena noche puedes matar uno", dice Josetxo Rico con el arco en la mano. Sus flechas salen a m¨¢s de 100 metros por segundo. No hacen ruido. Vestido con un traje de camuflaje se mimetiza con los ¨¢rboles del entorno cuando simula de d¨ªa c¨®mo van a actuar, de verdad, por la noche.
Los arcos tienen unos disipadores de ruido en la cuerda y apenas se siente la vibraci¨®n. "Los animales no se asustan y al traspasar sus pulmones sufren una embolia y caen en segundos", explica Rico. No se utiliza el rifle con silenciador porque los silenciadores est¨¢n prohibidos. Los arqueros se encaraman a los ¨¢rboles de noche, si el tiempo lo permite, y esperan sin hacer ruido. Cuando los jabal¨ªes se paran a comer, a sus pies, disparan. Seg¨²n argumentan, el resto de la vida en esa extensi¨®n de marismas, pantanos o turberas cubiertas de agua sigue sin alterarse.
*Este art¨ªculo fue publicado en la contraportada de EL PA?S, Edici¨®n Nacional del viernes 8 de febrero de 2019
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