Siempre Andaluc¨ªa

El acontecimiento hist¨®rico que m¨¢s ha marcado mi vida en pol¨ªtica ha sido, sin duda, el despertar de la autonom¨ªa andaluza. No ten¨ªa entonces la edad suficiente para comprender la trascendencia de la gesta que el pueblo andaluz protagoniz¨® un 28 de febrero. Pero s¨ª soy consciente de que nada de lo que somos hoy, y de lo que ser¨¢n nuestros hijos y nietos ma?ana, ser¨ªa posible si cientos de miles de andaluces y andaluzas no hubieran conseguido hace 40 a?os, en la calle, en las urnas y desde el respeto a la Constituci¨®n, que Espa?a fuera un pa¨ªs de iguales.

La autonom¨ªa trajo a Andaluc¨ªa esperanza. Tras d¨¦cadas de discriminaci¨®n y olvido, los andaluces nos aferramos al nuevo sistema pol¨ªtico que llegaba para acabar con la dictadura franquista como a la tabla de salvaci¨®n que nos devolver¨ªa nuestra dignidad y nos dar¨ªa la libertad de poder progresar en las mismas condiciones que el resto de los espa?oles.

El empuje del pueblo andaluz consigui¨® que la Constituci¨®n de 1978 alumbrara un Estado auton¨®mico que el tiempo ha confirmado como el mejor modelo territorial posible para el avance y la modernizaci¨®n econ¨®mica, social y pol¨ªtica de Andaluc¨ªa y de toda Espa?a.

De hecho, el desarrollo del Estado auton¨®mico y del Estado del Bienestar han ido siempre de la mano. Y cuando desde posturas radicales, de derecha o izquierda, se cuestiona el Estado auton¨®mico debemos ser conscientes de que se est¨¢n socavando los cimientos del sistema de bienestar que nos protege frente a la injusticia y la desigualdad social.

La sanidad y la educaci¨®n p¨²blicas, la atenci¨®n a las personas con dependencia y los servicios sociales representan m¨¢s del 80% del presupuesto de una comunidad aut¨®noma. Un aut¨¦ntico bot¨ªn para aquellos dispuestos a hacer negocio con nuestros derechos.

Es innegable que el Estado auton¨®mico espa?ol afronta en estos momentos serias amenazas. Por un lado est¨¢n la de aquellos que plantean la recentralizaci¨®n, las derechas ultranacionalistas; y, por otro, los que consideran insuficiente la autonom¨ªa y se atrincheran en el independentismo insolidario y radical, como ocurre en Catalu?a.

En el fondo, ambos buscan lo mismo: enfrentamiento y divisi¨®n. Y ahora que acabamos de conmemorar el 80 aniversario de la muerte de ese gran poeta andaluz, espa?ol y universal, Antonio Machado, ser¨ªa bueno aspirar a que ninguna ¡°de las dos Espa?as¡± nos hiele el coraz¨®n.

Nadie puede apropiarse de Espa?a ni creer que la idea que tienen de ella es la ¨²nica posible. Nadie tiene derecho a imponer un modelo de pa¨ªs sin el consenso que alumbr¨® el Estado auton¨®mico. Pluralidad s¨ª, desigualdad nunca.

La gravedad de las tensiones territoriales requiere una respuesta de Estado: di¨¢logo en el marco de la Constituci¨®n. Di¨¢logo entre todos y para el bien de todos.

Cada 28 de febrero los andaluces y andaluzas celebramos un sue?o compartido: nuestra autonom¨ªa, que para nosotros es dignidad, libertad y, sobre todo, igualdad. Su esp¨ªritu es el mayor patrimonio c¨ªvico que tenemos y el mejor legado que podemos dejar a las nuevas generaciones.

Los socialistas emprendimos hace 40 a?os este camino y defenderemos siempre con firmeza la vigencia del proyecto compartido que lider¨® y volver¨¢ a liderar Andaluc¨ªa. Hoy igual que ayer, hoy m¨¢s que nunca.

Susana D¨ªaz es secretaria general del PSOE de Andaluc¨ªa y expresidenta de la Junta.