Los narcopisos en Ciutat Vella mutan por la presi¨®n policial
Las viviendas donde se consum¨ªa droga y se viv¨ªa se transforman en puntos de venta tradicionales
Los Mossos d¡¯Esquadra consideran que el narcopiso ¡ªun lugar abierto 24 horas al d¨ªa donde se vende y se consume droga y se vive¡ª?es ya residual en Ciutat Vella. Los traficantes han asumido la presi¨®n policial y han vuelto al negocio tradicional: usar las viviendas solo para vender y que el cliente la tome fuera. ¡°No podemos erradicar la droga, ya querr¨ªamos¡±, admite el jefe de los Mossos en Ciutat Vella, Antoni S¨¢nchez, pero asegura que han puesto todas sus energ¨ªas en acabar con los narcopisos por el incivismo, la inseguridad y la delincuencia que acarreaban y que mortificaba a los vecinos. ¡°Era una absoluta prioridad¡±, subraya.
En los momentos m¨¢s duros, los Mossos calculan que hab¨ªa 60 narcopisos a pleno rendimiento en El Raval. ¡°Resultaba imposible llegar a todo¡±, admite el mando policial. Los traficantes sab¨ªan que jugaba a su favor ocupar un piso como si fuese su casa, lo que dificultaba que un juez permitiese a la polic¨ªa entrar, y tener poca droga dentro. A los clientes les ofrec¨ªan microdosis, de 0,15 gramos, que obligaba a los heroin¨®manos a repetir hasta 10 veces en un d¨ªa en sus salas de venopunci¨®n, dotadas con lo necesario, hasta jeringuillas nuevas.
¡°Ten¨ªan un cubo con agua preparado por si entr¨¢bamos¡±, explica el subinspector que dirige la Unidad de Investigaci¨®n de Ciutat Vella, Josep Llu¨ªs Miquel. Dilu¨ªan la droga al primer amago de operaci¨®n policial y los mossos se quedaban sin su principal prueba de cargo. Tampoco entregaban coca¨ªna o hero¨ªna envueltas en papelinas a sus clientes para que no pudiesen sacarlas del piso. ¡°Hasta les cacheaban para asegurarse¡±, explica. Controlaban la calle con c¨¢maras, y la comitiva judicial desarroll¨® el acto reflejo de apartarse por si la droga volaba por los balcones cuando entraban.
Desde abril de 2017, cuando nacieron los narcopisos, los Mossos han cerrado 170 (104 en El Raval) y han detenido a 225 personas. Los mandos policiales no se atreven a aventurar una cifra de toxic¨®manos que giraban a su alrededor. Como ejemplo, en uno de los registros encontraron a 37 personas viviendo dentro. Aseguran que m¨¢s de la mitad de los consumidores son extranjeros.
Los vecinos han sufrido sus da?os colaterales en forma de peleas territoriales entre traficantes, algunas a machetazos, robos con violencia, con fuerza, suciedad, incivismo... Las comunidades, completamente consumidas por la actividad del narcopiso, han sido fundamentales denunciando lo que suced¨ªa y present¨¢ndose en las causas como perjudicados.
Poco a poco, fruto de reuniones con la judicatura, los Mossos consiguieron m¨¢s ¨®rdenes de registro y, lo que era casi imprescindible, de precinto de los pisos. ¡°Eso nos permit¨ªa actuar casi al momento si los reocupaban¡±, cuenta S¨¢nchez, porque quebrantaban una orden judicial.
Las cifras desmenuzadas demuestran esa mejora de la efectividad policial. En 2017, cerraron 46 narcopisos; al a?o siguiente, 102, y en lo que va de 2019, han clausurado m¨¢s de 20. En el 74% de los casos, encontraron a los due?os de la vivienda, que se hicieron cargo. En el resto, hab¨ªa un contrato de alquiler por medio o realmente una familia viv¨ªa dentro del narcopiso, lo que imped¨ªa el desahucio inmediato.
Pero el punto de inflexi¨®n que permiti¨® a los Mossos demostrar su fuerza contra los narcopisos fue el 29 de octubre del a?o pasado, cuando m¨¢s de 700 agentes desembarcaron en El Raval. La investigaci¨®n, de seis meses, atacaba la estructura de 24 pisos dominados por dominicanos. Secaron la fuente que surt¨ªa a buena parte de los narcopisos. ¡°Ahora b¨¢sicamente tenemos a paquistan¨ªs, que dominan la hero¨ªna¡±, explica el subinspector Miquel, que ha dirigido al grupo de nueve personas (seis agentes, un cabo, un sargento y un guardia urbano), dedicados en exclusiva a los narcopisos.
Con la experiencia adquirida, evitaron que los narcopisos se extendiesen a otros distritos, como el Poble-sec, Eixample, Sant Mart¨ª o Nou Barris. ¡°Exportamos la metodolog¨ªa¡±, resume el jefe de Ciutat Vella, que asegura que le sobran dedos de una mano para contar los narcopisos que siguen activos.
En varios pisos cerrados, los Mossos no han necesitado ni orden judicial para entrar. La presi¨®n policial de los agentes en la puerta ¡ªen un dispositivo bautizado como Ubiq, por ubicuo¡ª ha sido suficiente para que cesasen la actividad, cuenta el subjefe de Ciutat Vella, el inspector Miquel Hern¨¢ndez. Tambi¨¦n han cruzado datos con desahucios previstos y, si se trataba de un piso investigado, han aprovechado la fecha para actuar.
Los pisos de venta tradicionales tienen ventajas para los traficantes: se ahorran personal, problemas con el cliente y tienen horarios. Los Mossos no aclaran cu¨¢ntos puntos hay en Ciutat Vella. ¡°Estamos investig¨¢ndolos¡±, explican. Pero no ocultan que provocan nuevos problemas al vecindario, como el incremento de toxic¨®manos en la calle que no esperan a llegar a la sala de venopunci¨®n para drogarse.
Un pulso de a?o y medio
Abril de 2017. Los narcopisos nacen en Ciutat Vella, concentrados en El Raval.?
Verano de 2018. Es el punto ¨¢lgido, con 60 narcopisos activos a la vez.
Balance en 2017. La polic¨ªa logra clausurar 46 pisos en el primer a?o de lucha contra el fen¨®meno.
M¨¢s clausuras en 2018. Los Mossos incrementan la actividad y cierran 102 pisos.
Ceses por presi¨®n policial. Los agentes logran con presencia policial cerrar 22 pisos.
Total. Los Mossos han cerrado 170 narcopisos (104 en El Raval).
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