¡°Los que m¨¢s te ayudan son los curritos que cogen el Metro cada d¨ªa¡±
El m¨²sico Aitor Toledo ameniza a diario y desde hace tres a?os con su guitarra el¨¦ctrica las vidas de las personas que entran o salen de la madrile?a estaci¨®n de Ant¨®n Mart¨ªn, en la l¨ªnea 1 del suburbano
"?Gui, gui, guitarra!", exclama un ni?o peque?o en el interior de la madrile?a estaci¨®n de metro de Ant¨®n Mart¨ªn se?alando al aire. Aitor Toledo (Madrid, 38 a?os) sonr¨ªe y prosigue con el punteo de su guitarra el¨¦ctrica. Sentado encima del amplificador, este padre de una ni?a de seis a?os lleva mucho tiempo gan¨¢ndose la vida de esta manera, sin ataduras. Y desde hace tres a?os bandea la crisis haciendo lo que m¨¢s le gusta. "Llegu¨¦ a ir trajeado y hasta trabaj¨¦ para el sector bancario, pero un d¨ªa me cans¨¦ y para recuperarme a m¨ª mismo decid¨ª salir de la rueda", afirma. A tan solo unos metros, un hombre duerme en el suelo de los escalones, ajeno a todo. "Si te fijas, es un lujo poder tocar. Siempre hay gente que est¨¢ peor que t¨²".
?Por qu¨¦ eligi¨® la estaci¨®n de Ant¨®n Mart¨ªn?
Me gusta su ac¨²stica, suena bien y tiene unas dimensiones adecuadas. Es un t¨²nel donde el tr¨¢nsito de personas nunca es muy elevado. Por eso, algunos usuarios tienen una mayor predisposici¨®n a pararse y escuchar lo que tocas en comparaci¨®n con otros intercambiadores m¨¢s grandes.
?Cu¨¢ndo decidi¨® coger la guitarra y compartir su m¨²sica?
Fue hace tres a?os, ah¨ª empez¨® la crisis para m¨ª. Hac¨ªa alg¨²n tiempo que me hab¨ªa divorciado y mi hija era muy peque?a. Cog¨ª una especie de depresi¨®n y, en un momento dado, me pregunt¨¦: ?qu¨¦ quiero hacer con mi vida? Hab¨ªa hecho algunas entrevistas para varias empresas pero ninguna de ellas pon¨ªa facilidades para sacar tiempo y dejarme conciliar con mi ni?a. Romp¨ª con el pasado y, un d¨ªa, me puse en la zona de Sol. Aquella vez no me llev¨¦ la guitarra, sino el ukelele. Decid¨ª aprovechar el tiempo con algo que me hiciera sentir mejor conmigo mismo.
Empez¨® en la calle y en seguida baj¨® al suburbano, ?por qu¨¦?
La cercan¨ªa con la gente es uno de los motivos. Otro, y muy importante para m¨ª, es la invasi¨®n del espacio cuando compartes tu m¨²sica a la hora de hacer terraceo. Los clientes est¨¢n a lo suyo y muchas veces no prestan atenci¨®n a lo que tocas. De esta manera, se gana m¨¢s dinero porque tambi¨¦n hay bastantes turistas pero es m¨¢s impersonal y eso a m¨ª me echa para atr¨¢s.
?Qu¨¦ canciones son las que m¨¢s practica?
Lo que me gusta es la experimentaci¨®n sonora, la m¨²sica industrial. Pero aqu¨ª dentro suelo interpretar temas no tan ruidosos, me pongo a tocar piezas como Asturias,?Hallelujah de Leonard Cohen o Space Oddity de David Bowie. A veces canto, pero para lograrlo hay que concentrarse bien. El otro d¨ªa s¨ª que me anim¨¦ y cant¨¦ el tema The Passenger de Iggy Pop, lo que se considera el proto-punk inicial.
?Se siente realmente libre en su "rinc¨®n musical"?
Completamente. Mientras uno no moleste al jefe de estaci¨®n y no suba demasiado el volumen, no hay ning¨²n problema. En eso, la pol¨ªtica de Metro de Madrid es espectacular, porque vienes con tu instrumento y no ponen ninguna pega. No hace falta acreditaci¨®n de ning¨²n tipo.
?Alguna vez le han pedido alguna canci¨®n en concreto?
S¨ª. Hay veces que les digo que no de forma elegante porque considero que la letra de la canci¨®n no va acorde con mis ideales, sobre todo ahora que pululan muchos temas de ¨ªndole sexual o que cosifican a la mujer. Soy del que piensa que hay que tocar lo que uno siente dentro y no dejarse llevar por convencionalismos. Lo mejor es cuando ves que evolucionas y otros compa?eros te lo reconocen. Por ejemplo, estas navidades consegu¨ª hacer un tr¨¦molo a tres dedos de la canci¨®n Alhambra. Pap¨¢ Noel me hizo ese regalo [sonr¨ªe].
?C¨®mo es su d¨ªa a d¨ªa?
No tengo un horario fijo y a veces me muevo a otras estaciones como Retiro o Banco de Espa?a. De normal vengo andando desde Alto de Extremadura y suelo llegar sobre las once aunque muchos d¨ªas, para ahorrarme el comprarme un bocata, como al mediod¨ªa en casa y llego aqu¨ª a las dos de la tarde. Suelo estar ocho o nueve horas.
?Y le da para ir tirando todos los meses?
S¨ª, aunque tambi¨¦n sobrevivo con ayuda de alg¨²n familiar. Es muy curioso, pero la gente que m¨¢s dinero echa son los curritos, las amas de casa, los camareros de la zona, los vecinos o el alba?il de dos calles m¨¢s all¨¢... Hasta los manteros, que te animan para que sigas luchando. El que tiene la pasta, el se?or de traje o los turistas con sus buenas c¨¢maras colgadas al cuello, muchas veces pasan de largo. Es triste, pero es la pura realidad.
El "experimento musical" con el himno nacional
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