Independentismo y robots chinos
Entre los bancos de acusados en el Tribunal Supremo y la estabilidad de Catalu?a muchas cosas est¨¢n en juego. Robots contra clones carlistas o herederos del anarquismo, f¨®siles de ERC, una pol¨ªtica sin centro
Macron y Angela Merkel presentan sus planes para el futuro de Europa. Tanto el uno como el otro conocen sus propias limitaciones pero ah¨ª est¨¢n, uno resistiendo la ola de chalecos amarillos y la otra apuntalando un futuro pol¨ªtico que se le escapa de entre las manos. Puede que hablen tanto de Europa por los muchos problemas que tienen en casa pero, ahora mismo, requerir de los pol¨ªticos que tengan visi¨®n es casi una obscenidad. Nadie sabe c¨®mo van a ser los l¨ªderes del futuro, por qu¨¦ el cat¨¢logo actual puede caducar de forma acelerada. Ha ocurrido en Catalu?a, con una clase pol¨ªtica quemada, sobreviviendo en la plena incertidumbre, con una sinton¨ªa muy vol¨¢til con los electores, como se ver¨¢ en las generales y luego en las municipales y europeas. Mientras, en el Tribunal Supremo se trata de aplicar la ley en la Catalu?a que, mal liderada y con una visi¨®n primitiva, en una cuant¨ªa aparentemente significativa pareci¨® dejarse llevar por el independentismo hasta el naufragio de aquella pseudoconsulta cuyas falacias va revelando el juicio que preside el impagable juez Marchena. Despu¨¦s de tanta penumbra inducida, ?habr¨¢ alguna visi¨®n de futuro para Catalu?a?
Institucionalmente, el deterioro es enorme e incluso los fundamentos de la convivencia est¨¢n debilitados. En cuanto a la econom¨ªa, la inestabilidad seguir¨¢ siendo una amenaza aunque la iniciativa privada se mantenga potente a pesar de que sus potenciales est¨¦n en riesgo y puedan perder capacidad competitiva. Cuando desde Bruselas se advierte del peligro de recesi¨®n si siguen el caos del Brexit, las tensiones entre los Estados miembro, los desaires de Trump, la tenaza de Putin o la de Erdogan, en Catalu?a habr¨ªa que a?adir como factor la contingencia negativa que representan estos a?os de una dislocaci¨®n pol¨ªtica decidida al enfrentamiento con el marco constitucional. De ah¨ª esas largas jornadas del Tribunal Supremo comentadas en las tertulias de TV3 y Catalunya R¨¤dio como quien denuncia las fechor¨ªas de una manada de dinosaurios franquistas aplastando los p¨¦talos de una quimera inocente.
No pocos de los encausados han mantenido que el reto de secesi¨®n en realidad no iba en serio, sino de farol. Por el contrario, la fase de declaraciones testificales va demostrando que el proc¨¦s iba adelante porque sus promotores pensaban que el Estado no iba a atreverse a imponer la legalidad, del mismo modo que se pens¨® que Angela Merkel echar¨ªa una mano a la Catalu?a independiente o que era posible irse de Espa?a y quedarse en la Uni¨®n Europea.
Mientras, tambi¨¦n en Catalu?a avanza la industria rob¨®tica, sin que sepamos con exactitud c¨®mo afectar¨¢ al mercado laboral. Lo que constatamos es que quien no siga de cerca los pasos de los robots chinos cualquier d¨ªa se ver¨¢ en v¨ªa muerta. Entre los bancos de acusados en el Tribunal Supremo y la estabilidad de Catalu?a muchas cosas est¨¢n en juego. Robots contra clones carlistas o herederos del anarquismo, f¨®siles de ERC, una pol¨ªtica sin centro: es un panorama muy agitado.
La descomposici¨®n constitucional de Catalu?a ya tiene y puede seguir teniendo un largo recorrido.
Como se est¨¢ comprobando en el juicio por los hechos de 1-O, la Generalitat ignor¨® de modo sistem¨¢tico todas las advertencias. En realidad, de una parte se pensaba que el Estado nunca se atrever¨ªa a cancelar el proc¨¦s y por otra parte, no se supon¨ªa que el independentismo llegase hasta donde lleg¨®. Todo eso proven¨ªa de una acomodaci¨®n fraudulenta de la ley a la presunta voluntad soberana de los catalanes, a pesar de que el partido m¨¢s votado hubiese sido Ciutadans. En fin, se prefer¨ªa el camino hacia el enquistamiento frente a la senda de los robots chinos. Lo ha dicho Antoni Bayona, letrado del Parlament de Catalunya: ¡°No se puede construir un Estado sin tener sentido de Estado¡±. Lo peculiar es que sectores minoritarios generalmente bienintencionados crean posible regresar a la estrategia de peix al cove sin tener en cuenta todo lo que significa el juicio del 1-O. De ah¨ª no se deriva una visi¨®n del futuro de la sociedad catalana, ni se le dan mejores perspectivas. Frente al oscurantismo, siempre existe la vacuna de la autocr¨ªtica aunque llegue tarde. Sin reflexionar racionalmente sobre las consecuencias de juicio del 1-O, el estancamiento de Catalu?a parece garantizado. Queda por delante una fase o bien de instauraci¨®n del conflicto o bien de restauraci¨®n del orden civil. De lo contrario, la fabricaci¨®n de robots perder¨¢ ritmo, velocidad y mercados.
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