Un museo en su casa recordar¨¢ a Neus Catal¨¤
El funeral de la exdeportada se convirti¨® en una afirmaci¨®n de la libertad y el antifascismo
La resistente y ex deportada catalana Neus Catal¨¤, superviviente del campo nazi de Ravensbr¨¹ck y fallecida el s¨¢bado a los 103 a?os, acudi¨® ayer a su aplazada cita con el destino y se convirti¨® en humo y ceniza. Pero lo hizo setenta a?os m¨¢s tarde de lo que sus captores nazis preve¨ªan, como una mujer libre, por propia voluntad (quiso ser incinerada) y en su tierra, tras haber visto caer al r¨¦gimen atroz que trat¨® de asesinarla y despu¨¦s de vivir una vida plena y digna especialmente consagrada a la lucha por la memoria y la libertad.
M¨¢s de 400 personas acudieron ayer a la emocionante ceremonia de despedida de Catal¨¤, la ex presa 27.534 de Ravensbr¨¹ck, tri¨¢ngulo rojo, en el tanatorio de M¨®ra la Nova (Tarragona), localidad pr¨®xima a Els Guiamets, donde hab¨ªa nacido en 1915. Al acto, que parte de los asistentes tuvo que seguir desde el exterior de la sala, llena a rebosar, y en el que cant¨® sentidamente L'emigrant Marina Rossell, amiga personal de la difunta, asisti¨® una nutrida representaci¨®n institucional, incluidos el presidente de la Generalitat Quim Torra, el presidente del Parlament, Roger Torrent, el subdelegado del Gobierno en Tarragona, Joan Sabat¨¦ y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. De la fuerte personalidad de la fallecida y la fuerza de sus ideas y convicciones da fe el que no hubo intentos de apropiarse ideol¨®gicamente de la ceremonia en estos tiempos tan proclives a sacar r¨¦dito partidista de todo.
Ante el f¨¦retro, cubierto con la bandera republicana espa?ola y flores, su hija Margarita Sancho record¨® emocionada la vitalidad de su madre y que Neus Catal¨¤ dedic¨® toda su vida a luchar contra el fascismo. Esa lucha y la necesidad de no bajar la guardia la destacaron todos los pol¨ªticos presentes. Torra, singularmente universalista, dijo que "su ejemplo ser¨¢ un motor que nos dar¨¢ fuerza y dignidad para nuestras luchas de cada d¨ªa y para el gran combate por un mundo libre y justo". Tambi¨¦n asegur¨® que la memoria de Neus Catal¨¤ se va a preservar. En ese sentido, existe el proyecto de convertir su casa de Els Guiamets en un museo en el que se guarden sus recuerdos.
La voz de la fallecida superviviente de Ravensbr¨¹ck? es digna de Elie Wiesel y Primo Levi
Hija de familia campesina (su padre adem¨¢s ejerc¨ªa de barbero), rebelde desde ni?a e inquieta, Neus Catal¨¤ profes¨® toda su vida una intensa militancia comunista. Enfermera en el bando republicano durante la Guerra Civil, pas¨® a Francia al acabar la contienda con un grupo de 182 ni?os separados de sus padres a los que cuidaba. Toda su familia march¨® al exilio.Tras la invasi¨®n de Francia por los alemanes, se involucr¨® con su primer marido, Albert Roger, en las actividades de la Resistencia (ella consigui¨® la primera ametralladora del maquis de Turnac) y ambos fueron capturados y torturados por la Gestapo, tras ser denunciados en 1943.
Muchos de los episodios de la vida de Neus Catal¨¤ parecen extra¨ªdos de una novela y de hecho han dado lugar a una as¨ª como a una obra de teatro. Cuando la deportaron a Alemania, su tren abarrotado de presos qued¨® parado en una estaci¨®n junto a otro en el que viajaba en condiciones igualmente penosas su marido. Se despidieron as¨ª y no se volvieron a ver. ?l muri¨® en Bergen-Belsen. Ella sobrevivi¨® en el terrible de Ravensbr¨¹ck (el Puente de los Cuervos) gracias a la fortaleza que atesoraba inexplicablemente en un cuerpo menudo y la voluntad tenaz y cabezota de no rendirse ante sus carceleros.
El testimonio que ha dejado de la vida y la muerte en el campo de Ravensbr¨¹ck es en su dramatismo, veracidad y humanidad digno de los grandes testigos de la deportaci¨®n. "Todo lo que nos rodeaba era terror", escribi¨® con el h¨¢lito de un Elie Wiesel o un Primo Levi. Neus Catal¨¤ no dej¨® de comprometerse en el campo y prosigui¨® con su solidaridad y su compromiso: con otras presas, como las pobres polacas convertidas en animales de laboratorio; y dedic¨¢ndose a sabotear los proyectiles que fabricaban, escupiendo en la p¨®lvora o mezcl¨¢ndola con virutas o polvo.
Superviviente inesperada, dedic¨® el tiempo que se le hab¨ªa regalado, y que acab¨® el s¨¢bado, a tratar de recuperar la memoria de las presas desaparecidas, entre ellas las 400 espa?olas que pasaron por los campos. En 1947 conoci¨® en Par¨ªs a su segundo marido, F¨¦lix Sancho, de Segovia, comunista como ella. Luch¨® en la clandestinidad en Espa?a contra el franquismo. Y ya en 1984 public¨® De la resistencia y la deportaci¨®n, 50 testimonios de mujeres espa?olas (Pen¨ªnsula), un documento imprescindible.
Una de sus herencias m¨¢s fruct¨ªferas es el Amical de Ravensbr¨¹ck, del que fue presidenta desde su fundaci¨®n en 2005 y en el que siguen luchando por la memoria un pu?ado de mujeres que siguen su ejemplo.
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