Maldita carta
Hace una d¨¦cada, casi un centenar de personas con problemas de movilidad hicieron una permuta para vivir en una casa adaptada y ahora quieren quitarles las casas donde viven. Juana es una de ellas.
Juana Ram¨ªrez Ram¨ªrez me abre la puerta de su casa con una sonrisa que desmontar¨ªa a cualquiera. De su casa, porque es suya, porque as¨ª lo pone en un contrato indefinido que ha firmado y por el cual llev¨® a cabo una permuta con su antiguo hogar, hace casi una d¨¦cada. Resid¨ªa en un quinto sin ascensor, ten¨ªa m¨¢s de setenta primaveras y movilidad reducida, por los a?os y por un ictus, as¨ª que se acogi¨® a un plan gracias al que pudo mudarse, con su difunto marido, a un bajo adaptado en el Ensanche Sur de Alcorc¨®n.
Aunque le resultaba c¨®modo, le cost¨® un poco hacerse al barrio nuevo, puesto que tuvo que alejarse de sus vecinas de toda la vida y debido a que, al ser un espacio de reciente construcci¨®n, faltaba de todo: comercios, centros de salud cercanos, ¨¢rboles grandes que dieran sombra y tambi¨¦n las redes que unen a quienes habitan en un mismo sitio. Ha pasado el tiempo y ahora la conocen y la adoran, la quieren hasta a dos o tres bloques del suyo. Es m¨¢s, la quieren tanto que est¨¢ todo el mundo revolucionado y enfadado a ra¨ªz de que hace algunos d¨ªas, le llegara una maldita carta en la que pon¨ªa que ten¨ªa que abandonar el lugar en el que vive. No es que ella no haya abonado el importe que le tocaba, que a Juana no le correspond¨ªa ya que, como he comentado unas l¨ªneas m¨¢s arriba, hizo una permuta, lo que sucede es que algo o alguien no ha cumplido con su parte del trato.
El asunto es muy grave, como tambi¨¦n lo es que buena parte de los pisos que se entregaron est¨¦n cerrados y no se hayan utilizado para alquiler social o emergencias o algo, que falta hace.
Desde el Ayuntamiento de Alcorc¨®n, Susana Mozo, del ¨¢rea de Servicios Sociales, explica que ¡° la misiva la env¨ªa Emgiasa (Empresa Municial de Gesti¨®n Inmobiliaria de Alcorc¨®n) que, en Mayo de 2012, entr¨® en un concurso de acreedores, debido a que ten¨ªa una deuda de 333 millones de euros y que, desde entonces, est¨¢ gestionada por una administraci¨®n judicial¡±. A?ade que, en cualquier caso, ¡°ninguna persona se quedar¨ªa en la calle, porque hay que recordar que todos tienen una vivienda y recibir¨¢n una indemnizaci¨®n por la p¨¦rdida del uso vitalicio del piso nuevo¡±.
?Y eso c¨®mo lo encaja Juana? Pues¡ no pierde la sonrisa pese a estar disgustada. Le piden que compre su casa actual o que regrese a la antigua. Su pensi¨®n anda por los 600€ y en ning¨²n banco le dar¨ªan una hipoteca. A sus 86 a?os, ni siquiera le financian en el dentista. Volver a su vivienda anterior implicar¨ªa un l¨ªo grande, la mudanza, y que se quedara confinada en ella, puesto que en su estado, cada escal¨®n es un obst¨¢culo y cinco plantas, un mundo.
Barrionalismo es denunciar cuando hay una injusticia y apoyar a la gente de tu entorno, como si fuera de los tuyos. En cierto modo, lo son. Hoy escribo por ti, Juana, y por las 82 familias que, si nada cambia, podr¨ªan verse afectadas.
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