La ¨²ltima c¨¢rcel de Barcelona
Wad-Ras es el ¨²nico centro cerrado que funciona en la ciudad y el ¨²nico con un m¨®dulo para madres
¡°Esto nos va a valer de mucho. Aprendemos, nos ponemos guapas, nos sube la autoestima y nos ayuda a sacar cosas positivas que fuera no ve¨ªamos¡±. Eva lleva delantal y guantes para no mancharse con el tinte. Y cuando dice ¡°fuera¡±, se refiere a la calle. Porque estamos en el Sal¨®n de Belleza de Wad-Ras, la ¨²ltima c¨¢rcel de Barcelona, cuyo traslado no est¨¢ previsto hasta 2025.
Tras el cierre de La Modelo, y con la excepci¨®n del centro abierto de la Trinitat, el ¨²nico centro penitenciario de r¨¦gimen cerrado que hay en la ciudad es este, en la Vila Ol¨ªmpica. Wad-Ras es, adem¨¢s, la ¨²nica c¨¢rcel donde hay un m¨®dulo de madres: 12 presas que viven con sus hijos hasta los tres a?os.
De ah¨ª que, de buena ma?ana, haya un grupo de voluntarias que esperan en la calle para llevar a la guarder¨ªa a siete de estos beb¨¦s, que tienen siete plazas reservadas en la bressol municipal Cobi. O que en el m¨®dulo de madres haya tendederos repletos de mini ropa, porque las internas prefieren no mandar la ropa de los beb¨¦s a la lavander¨ªa y lo hacen a mano. Tambi¨¦n tienen habitaciones individuales y un patio de colores. Eva charla con Grace. Reconocen que hay momentos dif¨ªciles en la convivencia, pero admiten que son privilegiadas por cumplir condena sin separarse de sus hijos. ¡°Si ¨¦l estuviera fuera lo pasar¨ªa muy mal, aqu¨ª comemos, jugamos y dormimos juntos¡±, sonr¨ªe Grace a dos meses de cumplir condena.
El traslado del penal m¨¢s antiguo de Catalu?a est¨¢ previsto en 2025
Wad-Ras es una c¨¢rcel de pros y contras. Es la c¨¢rcel m¨¢s antigua de Catalu?a, 104 a?os tiene el edificio, aunque hasta 1983 fue un centro de menores. Es peque?o y tiene limitaciones: la cocina est¨¢ en el primer piso, no est¨¢ adaptado para personas con movilidad reducida y hay celdas con hasta seis internas. Pero es un edificio relativamente acogedor, con espacios comunes que evocan un instituto: clases con ambiente de trabajo, talleres, la biblioteca y barullo en los pasillos.
Tambi¨¦n hay rejas y barrotes. Y cabinas telef¨®nicas que nos recuerdan que aqu¨ª no est¨¢ permitido el m¨®vil. Y aunque el ambiente es agradable, en las miradas hay algo de tristeza y rabia. Nadie quiere estar aqu¨ª. Como en todas las c¨¢rceles, tambi¨¦n hay conflictos, que se intentan evitar con trabajo de prevenci¨®n y aplicando el Modelo de Convivencia y Participaci¨®n, donde las internas forman parte de comisiones y se re¨²nen cada semana con la direcci¨®n.
¡°Para las mujeres, la c¨¢rcel es una doble condena¡±, afirma la directora
La directora del centro es Soledad Prieto. Explica que de Wad-Ras dependen 579 internos, y que la mitad son hombres: 220 duermen en la c¨¢rcel y el resto fuera, en distintos momentos del proceso de reinserci¨®n. Prieto considera ¡°muy importante que haya c¨¢rceles de mujeres¡± y no solo m¨®dulos de mujeres en c¨¢rceles de hombres. ¡°Las mujeres son menos violentas, se reinsertan antes, tienen cargas familiares, tres de cada cuatro son madres, cometen delitos distintos...¡±, dice.
Los datos oficiales indican que en Catalu?a las mujeres son el 7% de la poblaci¨®n reclusa (614 personas de 8.500). El perfil es una mujer espa?ola, de 38 a?os, que pasa cinco a?os en la c¨¢rcel y cumple condena por robo o tr¨¢fico de drogas. Este ¨²ltimo delito est¨¢ muy presente en las mujeres de origen extranjero (el 40%) y muchas veces ingresan directamente tras ser detenidas en el aeropuerto.
Pero de toda esta ristra de datos, lo que m¨¢s repiten los profesionales de Wad-Ras es que tres de cada cuatro presas son madres y que dos de cada tres han sufrido violencia machista. ¡°Para las mujeres, la c¨¢rcel es una doble condena: la que se asocia al delito y por la transgresi¨®n del rol que la sociedad les asigna¡±, se?alan la directora y sus compa?eros.
El psic¨®logo del centro, Ferran Blancafort, a?ade otro dato relevante: a menudo, tras el delito que han cometido las internas, hay un hombre. El profesional se?ala las diferencias de trabajar con mujeres presas: ¡°Hay un mayor componente emocional, los hombres ponen m¨¢s distancia. Con las mujeres se puede trabajar m¨¢s la vulnerabilidad¡±. Para trabajar las emociones, como el estr¨¦s que hay en una c¨¢rcel, hay un taller de Expresi¨®n Art¨ªstica donde S¨°nia, la profesora, intenta que las internas se expresen a trav¨¦s del arte.
La formaci¨®n tambi¨¦n es vital en las c¨¢rceles. Aqu¨ª hay escuela de adultos con 111 internas matriculadas en distintos niveles, y el centro imparte cursos homologados por el Servei Catal¨¤ d¡¯Ocupaci¨®: de peluquer¨ªa, confecci¨®n y ofim¨¢tica. La responsable de Formaci¨®n de Wad-Ras se llama Anna y se?ala c¨®mo es de vital: ¡°A veces son perfiles con poca formaci¨®n laboral e interesa que salgan mejor de lo que han entrado para facilitar su reinserci¨®n. Adem¨¢s las clases son un par¨¦ntesis durante la estancia en la c¨¢rcel: para nosotras son alumnas antes que internas¡±, dice. En la pelu, Marina, su responsable, apunta a ¡°la importancia¡± de que las internas est¨¦n ocupadas y ¡°se generen momentos de compa?erismo, por el aprendizaje en com¨²n¡±. La c¨¢rcel tambi¨¦n tiene un peque?o taller del Cire (la empresa p¨²blica de Justicia) donde 20 internas realizan trabajo remunerado.
Amand Calder¨®, Secretario de Medidas Penales, Reinserci¨®n y Atenci¨®n a la V¨ªctima, resume lo que hace de Wad-Ras una c¨¢rcel especial. ¡°Un modelo de trabajo de proximidad que ayuda mucho al tratamiento y a la humanizaci¨®n del sistema. Si bien es el centro que peor condiciones tiene desde el punto de vista arquitect¨®nico, es el que mejor funciona desde el punto de vista del tratamiento y de la vida que tiene: todas las internas est¨¢n ocupadas en actividades que beneficiar¨¢n su futuro¡±, resume. La directora lo dice de otra forma: ¡°Unos equipos estupendos y la participaci¨®n compensan las deficiencias¡±. Y pone un ejemplo: ¡°Aqu¨ª los fines de semana no hay educadores, pero se organizan y hay vida social¡±.
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