Rosas, perros y cursos de ingl¨¦s

Tana, Boira, Mel, Triskel y Shakespeare podr¨ªan protagonizar, sobre todo el ¨²ltimo por su nombre tan literario, mil historias en otros tantos libros, como lo hizo Bambulo, el perro creado por el escritor Bernardo Arxaga empe?ado en demostrar que el desarrollo de los grandes hitos de la humanidad fue posible gracias a la ayuda que tuvo el hombre de sus colegas caninos. Pero los cinco canes, y otros compa?eros de cuatro patas hasta un total de 15, s¨ª fueron los protagonistas de la actividad m¨¢s perruna de Sant Jordi que se vivi¨® ayer: la fundaci¨®n Purina y el Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC) invitaban a los m¨¢s peque?os a leer cuentos en compa?¨ªa del mejor amigo del hombre, con la idea de fomentar la lectura y la responsabilidad y respeto con los animales. Durante todo el d¨ªa cerca de 300 ni?os comprobaron los buenos compa?eros de lectura que pueden ser estos tranquilos y pacientes c¨¢nidos.

Y es que Sant Jordi, m¨¢s all¨¢ de ser la jornada en la que los libros (50.000 t¨ªtulos diferentes a la venta) y las rosas (7,6 millones) toman la calle, es la diada que utilizan muchas entidades y colectivos como escaparate privilegiado con la idea de captar la atenci¨®n al m¨¢s de un mill¨®n de personas que recorren las principales arterias de la ciudad.

Todo lo que lleva el sello solidario atrae el inter¨¦s. Tambi¨¦n en Sant Jordi

Por eso, en cualquier esquina, junto a las grandes librer¨ªas y los innumerables puestos de rosas ¡ªsobre todo rojas, pero tambi¨¦n en los ¨²ltimos a?os amarillas, y algunas azules y blancas, como las que reparten en el stand del R.C.D. Espanyol con la pegatina S¨®c perica!¡ª, proliferan las paradas en las que es posible ver y ofrecer casi de todo.

Los partidos pol¨ªticos ya hab¨ªan descubierto hace a?os el potencial de la jornada. Por eso, hab¨ªan ocupado la parte alta de la Rambla con sus tenderetes dispuestos a convencer al potencial votante. Ayer, v¨ªspera de dos convocatorias electorales, los puestos se multiplicaron y era f¨¢cil ver junto a pocos metros de las de los partidos otras centradas en los candidatos que si no ten¨ªan libro firmaban cualquier cosa con tal de tener seguidores: postales, puntos de libros o constituciones.

Todo lo que lleve el sello de ¡°solidario¡± atrae el inter¨¦s de la gente. Y en Sant Jordi tambi¨¦n. Desde los tenderetes que ofrec¨ªan informaci¨®n y venta de rosas y libros para captar fondos y mecenas para Aldeas Infantiles, la Fundaci¨®n Vicente Ferrer, la Ayuda a refugiados tibetanos, la Fundaci¨®n Temps i Compromis con Guinea Ecuatorial, la Atenci¨®n Social de Donaci¨®n de Alimentos, la Asociaci¨®n de Familias Adoptantes en China, la Fundaci¨®n de Oncolog¨ªa Infantil Enriqueta Villavecchia y la Escola de Disseny Floral i Paisatgisme de Barcelona, con propuestas originales pero dif¨ªciles de sobresalir entre tanto ramo, maceta y rosas que se vendieron en cientos de puestos.

Cada vez son m¨¢s los puestos dedicados a un solo t¨ªtulo o a un solo autor

Otro tipo de paradas, que tambi¨¦n tiene su p¨²blico, son las vinculadas a las ciencias ocultas, el tarot, el esoterismo y ciencias afines. Suelen estar dedicadas a un solo autor, como la de Rossana Lara y sus libros sobre ¡°sabidur¨ªa oculta¡±, o los dedicados a un solo libro, como es el caso de Dian¨¦tica, uno de los t¨ªtulos escritos por Ronald Hubbard, creador de la poderosa Cienciolog¨ªa que ayer luc¨ªa en varios puestos de forma monogr¨¢fica. Entre los libros pr¨¢cticos que nunca faltan en esta jornada, varios m¨¦todos para aprender ingl¨¦s y manualidades y algo todav¨ªa m¨¢s ¨²til, los recurrentes libros de autoayuda con sus m¨²ltiples gur¨²s dispuestos a dar, en cualquier momento, una clase pr¨¢ctica.

Pero quiz¨¢ la parada m¨¢s curiosa de todas es la que mont¨® ayer fue la de Cementerios de Barcelona en la Diagonal de Barcelona en la que se ofrec¨ªan rutas por los camposantos de la ciudad y c¨®mics (con dibujos de Pilar¨ªn Bay¨¦s) protagonizados por personajes enterrados en Barcelona. ¡°Ofrecemos cultura funeraria, para naturalizar la muerte¡±, explicaba Adri¨¤ Terol, que sonr¨ªe cuando se le hace ver que, por l¨®gica, es de las pocas paradas en las que los autores no firman libros.