El ¡®youtuber¡¯ que humill¨® a un mendigo alega que era ¡°en plan de co?a¡±
'ReSet' acusa al fiscal de no tener sentido del humor en un juicio en el que afronta dos a?os de c¨¢rcel
Kanghua Ren se comporta en la sala de vistas como si estuviera en su canal de YouTube: vacila al fiscal ¡ªle dice que es un ¡°se?or serio¡± que tal vez no entiende sus bromas¡ª, tutea a los abogados y lanza preguntas impertinentes (¡°?pero, esto, de d¨®nde lo hab¨¦is sacado?¡±) cuando es ¨¦l quien debe responderlas. La juez, que no est¨¢ para tonter¨ªas, le advierte nada m¨¢s empezar: ¡°Qu¨ªtese las manos de los bolsillos¡±. Y Kanghua ¡ªalias ReSet, afamado youtuber ca¨ªdo en desgracia¡ª obedece.
A sus 21 a?os, no parece entender por qu¨¦ afronta una petici¨®n de dos a?os de c¨¢rcel si, total, ¡°todo era en plan de co?a¡±. ¡°Mi intenci¨®n no era ofender. Vosotros vais muy a tope con la ley¡±, dice el chico en una declaraci¨®n autocompasiva en la que, sobre todo, lamenta haber perdido cach¨¦ como youtuber: antes del esc¨¢ndalo, su canal (ReSet) acumulaba 120 millones de visualizaciones; el a?o pasado, esa cifra hab¨ªa ca¨ªdo a cuatro millones. ¡°Dej¨¦ el instituto para dedicarme a este trabajo. Lo estaba haciendo bien. Y luego pas¨® esto. La prensa me ha jodido¡±.
A propuesta de sus seguidores, ReSet afrontaba "retos". Eran sus v¨ªdeos m¨¢s populares. A finales de 2016, Kanghua se propuso ayudar a ¡°personas necesitadas¡± y darles a probar, de paso, unas galletas Oreo que previamente hab¨ªa rellenado con pasta de dientes. Sali¨® a la calle con su tel¨¦fono m¨®vil y encontr¨® a Gheorge L., que ped¨ªa limosna frente a un supermercado Lidl cercano a su casa. El chico le entreg¨® 20 euros y el paquete de galletas. Lo grab¨® todo y lo subi¨® a YouTube. ¡°A lo mejor me habr¨¦ pasado un poco, pero mira el lado positivo: esto le ayudar¨¢ a limpiarse los dientes. Creo que no se los limpia desde que se volvi¨® pobre¡±, explica en el v¨ªdeo. En el juicio, al que ha acudido solo junto a su abogado ¡ªning¨²n rastro de un familiar¡ª ha alegado que ¨²nicamente ¡°dos de las cinco galletas¡± ten¨ªan dent¨ªfrico y que estaban ¡°en el fondo del paquete¡±.
Kanghua no acaba de ver qu¨¦ problema hay en todo ello. Intenta arrepentirse, pero es que no le sale. Su arrepentimiento es instrumental. Ya pidi¨® disculpas cuando el v¨ªdeo desat¨® una amplia pol¨¦mica, pero en el juicio ha admitido que lo hizo para contrarrestar las ¡°cr¨ªticas¡±. ¡°Estaba rayado. Toda la gente me insultaba¡±. "?Supo la repercusi¨®n que hab¨ªa tenido y por eso borr¨® el v¨ªdeo?", pregunta el fiscal. "S¨ªii", contesta tras unos segundos de silencio, de mala gana, a rega?adientes.
Unos d¨ªas m¨¢s tarde, entreg¨® 300 euros a Gheorge L. ¡ªal que se refiere siempre como ¡°el vagabundo¡±¡ª y le propuso pasar una noche junto a ¨¦l, durmiendo en la calle. ¡°Se lo ofrec¨ª de buena voluntad. Le propuse que yo iba a ser un vagabundo m¨¢s ese d¨ªa. Me dijo que s¨ª y hasta se puso a llorar¡±. Pero no pudo grabarlo y mostrarlo a sus 1,1 millones de suscriptores porque la Guardia Urbana ¡ªalertada por una empleada del supermercado¡ª se present¨® all¨ª. El fiscal sospecha que le entreg¨® el dinero para que no le denunciara: Gheorge L. se encontr¨® mal por la ingesta de pasta de dientes.
Retos con excrementos
El proceso contra ReSet ¡ªimpulsado por el fiscal de delitos de odio de Barcelona, Miguel ?ngel Aguilar¡ª podr¨ªa ser un juicio sobre los l¨ªmites del humor. Pero no alcanza esa categor¨ªa. ¡°Yo solo hago v¨ªdeos en plan broma. Mi canal es de humor, de juegos, de todo un poco... Si lo hab¨¦is visto, lo sab¨¦is. Nunca he intentado envenenar a un vagabundo ni humillarle y vosotros me acus¨¢is¡±, dice a Aguilar. El fiscal pide para el joven ¡ªsu nombre es de origen chino, lo que ha provocado la presencia innecesaria de una int¨¦rprete¡ª dos a?os de c¨¢rcel por un delito contra la integridad moral y que indemnice a la v¨ªctima con 30.000 euros. En los meses en los que dur¨® la pol¨¦mica, Google pag¨® a Kanghua 2.000 euros por publicidad.
Kanghua luce mechas de color amarillo sobre un voluminoso tup¨¦. Lleva una camiseta de f¨²tbol azul del Collblanc ¡ªun barrio de L'Hospitalet¡ª y unas bambas de un verde el¨¦ctrico. Observa los v¨ªdeos mientras se balancea adelante y atr¨¢s. Le preguntan tambi¨¦n por otros retos en los que ofrec¨ªa bocadillos rellenos de excrementos de gato a ni?os y ancianos. "?Era en plan de broma! Adem¨¢s, no se los comieron", sigue. Otra abogada le lanza una reprimenda m¨¢s moral que penal. "Estos v¨ªdeos, ?le hac¨ªan m¨¢s gracia antes o ahora?" Kanghua no sabe o finge que no saber qu¨¦ responder.
Luego reflexiona. Pero no sobre si su comportamiento es vejatorio o humillante, sino sobre su truncada "carrera" como estrella de YouTube: ha tenido que reinventarse comentando el videojuego Fortnite. Pero ya no es lo mismo. "Esto me ha hundido bastante. Mis v¨ªdeos generaban publicidad y con eso ganaba dinero. Mi cuenta ahora no vale nada. Mi canal cay¨® en picado". "Afortunadamente", replica el fiscal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.