S¨®lido, l¨ªquido y gaseoso
Todo es f¨²til y nada parece consistente. No solo la sociedad, tambi¨¦n el amor, la moral e incluso la maldad
Todo es f¨²til y nada parece consistente. No solo la sociedad, tambi¨¦n el amor, la moral e incluso la maldad son l¨ªquidos seg¨²n Zygmunt Bauman. Vivimos de su herencia reflexiva, nos la repartimos cual bot¨ªn pero no actuamos en consecuencia y as¨ª seguimos d¨¢ndole la raz¨®n. Carpe diem.
Un a?o despu¨¦s que Trump archivara los acuerdos nucleares con Ir¨¢n, Teher¨¢n tambi¨¦n se aleja del pacto at¨®mico. Los ayatol¨¢s vuelven a la unilateralidad como lo hacen todos los norteamericanos que piensan que los Estados Unidos pueden ser l¨ªderes en solitario. La promesa de romper con el legado de Obama puede hoy en el Despacho Oval m¨¢s que la necesidad de tender puentes. Algo parecido a las pr¨¦dicas de quienes no quieren una Europa sumada pero que han aprendido que la mejor manera de mutilarla es torpedearla desde dentro. Lo intentar¨¢n Le Pen y Salvini.
Nigel Farage, por su parte, volver¨¢ a coger de la mano a los brit¨¢nicos para llevarles de nuevo a otro desastre colectivo ahora que sabemos que el Brexit no est¨¢ a la vuelta de la esquina y que Reino Unido tambi¨¦n ir¨¢ a las urnas el 26 de mayo. Se ver¨¢ si despu¨¦s puede o le dejan desarrollar su trabajo. De momento hace lo que conoce bien. Convirti¨® Bruselas en objeto del deseo perturbador durante la campa?a del refer¨¦ndum para sacar a su pa¨ªs de la Uni¨®n. Y lo consigui¨®, aunque fuera a base de mentiras que admiti¨® la ma?ana siguiente de un exultante resultado para ¨¦l. Fue una fake news?en toda regla antes de la gran eclosi¨®n de este movimiento emulado internacionalmente a pesar de los muchos trabajos para acotarlo. Hasta diez mil ha contabilizado The Washington Post en el listado de falsedades o medias verdades vertidas por el actual inquilino de la Casa Blanca. La pol¨ªtica como fuerza de choque, como muestra de lo peor. Pero no todo est¨¢ perdido. Contrastemos la mirada global con el efecto local. Miremos nuestro ¨²ltimo recuento electoral.
La ciudadan¨ªa espa?ola ha demostrado a sus representantes que sabe votar. Ha castigado los excesos y ha optado por la moderaci¨®n. La prueba la tenemos en las primeras consecuencias en la doble derecha, que ahora discute por el cetro simb¨®lico de ostentar el t¨ªtulo de principal fuerza de la oposici¨®n. Otra sinraz¨®n. Cuando todo era s¨®lido, las discusiones eran por la victoria y no por la derrota. Pues tampoco. Y as¨ª, mientras el PP debate entre regresar al centro o mandar a Casado a casa si en 15 d¨ªas repite debacle, Rivera saca pecho y pretende mantener su pulso hasta conseguir la hegemon¨ªa ideol¨®gica que los fundadores del partido deploran. La derecha espa?ola, m¨¢s que reflejo del momento l¨ªquido que nos invade, parece desear que sus postulados entren en un estado gaseoso donde ya todo se diluye al albur de lo intangible. Hace cuentas para hacienda y no le salen, propone medidas sociales que, o ya existen, o no responden a las inquietudes actuales, se inventa par¨¢metros jur¨ªdicos inadecuados al marco actual que dice defender y busca hacer historia en nombre de una Espa?a de la que o no ha le¨ªdo su pasado o lo ha interpretado mal.
Tan esquivos son los tiempos que, puestos a desconfiar, las maquinarias electorales ya no pueden ofrecer garant¨ªas de que el voto del 28 de abril pueda repetirse el 26 de mayo. Para desolaci¨®n de unos y esperanza de otros. Ni siquiera aquella Catalu?a que hab¨ªa ejemplarizado un comportamiento digno de an¨¢lisis sociol¨®gicos es hoy algo m¨¢s que otra muestra de lo quebradizo del momento. El independentismo fratricida se ha impuesto a la voluntad unitaria de sus fieles mientras Jordi Graupera corre solitario por la banda present¨¢ndose a la alcald¨ªa de Barcelona como un rebelde con causa sin ser anticapitalista ni pertenecer a otro movimiento alternativo que no sea el de la denuncia al uso fraudulento de la voluntad popular de separarse de Espa?a.
No queda otra solidez que la esperanza. Aunque parezca un absurdo que no es. Esperanza en los j¨®venes que han empezado a entender que no todo est¨¢ permitido. Greta Thunberg con 16 a?os ha roto moldes y ha llevado hasta Naciones Unidos su grito desesperado a favor del medio ambiente. La ONU avala ahora su clamor a trav¨¦s del informe m¨¢s completo que se ha hecho nunca sobre la amenaza que acecha. Un mill¨®n de especies en v¨ªas de extinci¨®n que advierten del peligro de la reducci¨®n de la biodiversidad, que, a su vez, pone en riesgo 125 billones de euros que aporta la naturaleza cada a?o a la econom¨ªa mundial. ?Qu¨¦ nos dir¨¢n los candidatos durante la campa?a reci¨¦n iniciada? ?Lo mismo que escuchamos en la finalizada hace 15 d¨ªas? Ni pol¨ªtica internacional, ni Europa, ni cambio clim¨¢tico. Hablaron de cultura, s¨ª. 80 segundos un d¨ªa en televisi¨®n para soltar cuatro t¨®picos. Uno por candidato.
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