Plensa toca el cielo en Montserrat
El escultor instala en el atrio de acceso de la bas¨ªlica de la monta?a sagrada de Catalu?a una de sus ic¨®nicas obras hasta noviembre
Est¨¢ claro que la obra de Jaume Plensa (Barcelona, 1955) adquiere un determinado valor en funci¨®n del contexto en el que se exponga, sea la puerta de un museo, un centro financiero, en medio de una monta?a, dentro del agua o junto a una iglesia. Es lo que le ocurre a Anna, la obra que ayer inaugur¨® este reconocido escultor en la puerta de la bas¨ªlica de Santa Maria de Montserrat, en el centro del enorme mosaico multicolor de m¨¢rmol (copia del que el gran Miguel ?ngel hizo en el Capitolio de Roma) situado en el atrio que da acceso al templo donde puede contemplarse La Moreneta, la patrona de Catalu?a. Una imagen y un conjunto cargado de una enorme carga simb¨®lica religiosa y pol¨ªtica. En este espacio por el que cruzan varios millones de personas al a?o el escultor ha situado, con el benepl¨¢cito de la comunidad de monjes benedictinos, una de sus caracter¨ªsticas cabezas de ni?as y adolescentes de ojos cerrados cargadas de espiritualidad que meditan e invitan a meditar.
Anna, de cuatro metros de alto y tres de ancho, est¨¢ realizada con malla de acero inoxidable y permanecer¨¢ aqu¨ª, en principio, hasta el mes de noviembre. Su estructura permite ver por completo este atrio columnado y las personas que deambulan por detr¨¢s. ¡°Es una reflexi¨®n de la relaci¨®n del individuo terrenal con lo espiritual. Quiz¨¢ lo m¨¢s importante de nuestra vida es todo lo invisible, lo que no se ve. Nuestro cuerpo es material, pero lo que hace que nos movamos, lo que nos angustia, nos alegra, el amor y el odio, todo es invisible. El interior de esta pieza es todo exterior, que la abraza y siempre hay algo en medio que la est¨¢ perturbando. La vida es un poco as¨ª¡±, explic¨® el artista tras inaugurar su instalaci¨®n en medio de cientos de turistas / peregrinos que no paraban de hacerse fotos junto a la obra, mientras hac¨ªan cola para entrar al templo. La mayor¨ªa se percataron de qui¨¦n era su autor despu¨¦s de ver la nube de fot¨®grafos de prensa que le rodeaban y no dudaron en estrecharle la mano y pedirle aut¨®grafos.
La vinculaci¨®n de Plensa con Montserrat viene de lejos. Desde que sub¨ªa con sus padres y durante la noche abr¨ªa la ventana de la celda donde dorm¨ªa y ve¨ªa el cielo estrellado en medio de un silencio absoluto, explic¨® ayer. Por eso, cuando se le propuso en 2015 instalar una de sus esculturas en este lugar no lo pens¨® dos veces. ¡°Hace cuatro a?os instal¨¦ la cabeza Mist y la mano Together realizadas con malla de acero inoxidable, en el interior de la iglesia de San Giorgio Maggiore [obra de Andrea Palladio] durante la Bienal de Venecia, algo que hizo que el padre Laplana [director del Museo de Montserrat en los ¨²ltimos 40 a?os] me dijera que quer¨ªa una obra parecida para instalar en Montserrat. ¡°Este es un lugar m¨¢gico y on¨ªrico, que desprende, como otros pocos lugares del mundo, una energ¨ªa extra?a surgida de la mezcla de naturaleza y espiritualidad de los monjes. Aqu¨ª hay algo que te subyuga y te atrapa, sin importar de qu¨¦ religi¨®n seas o de qu¨¦ lugar del mundo vengas¡±, explic¨® Plensa con el tono pl¨¢cido y amable que le caracteriza.
Una larga lista de proyectos
El pasaporte de Plensa echa humo. Tras la escultura montserratina y la que inaugur¨® la semana pasada junto al Rockefeller Center de Nueva York, ¨²ltima una exposici¨®n en La Haya (Holanda) para el mes que viene; una instalaci¨®n en la Ciutat de les Arts de Valencia; una cabeza de hierro fundido delante del Hermitage en San Petersburgo (Rusia) y una escultura como Anna en el distrito comercial de Century City de Los Angeles. Adem¨¢s, pronto se inaugurar¨¢ la nueva sede de la Fundaci¨®n Masaveu en Madrid en la que habr¨¢ una obra suya de 16 metros y comenzar¨¢ uno de sus proyectos m¨¢s ambiciosos: una gran sala de entrada al museo del Grand Rapids de Michigan de 26 metros de largo y siete de alto en el que plasmar¨¢ cuatro caras de m¨¢rmol blanco en las paredes "que tardar¨¦ dos a?os en esculpir". Otro de sus pr¨®ximos trabajos en Estados Unidos ser¨¢ una cabeza de 22 metros de alto para el r¨ªo Hudson para septiembre de 2020. Esta cabeza recuerda a la que no pudo hacer en Barcelona junto al mar: "Estoy muy triste con este tema porque habr¨ªa sido un subid¨®n espiritual para la ciudad. Hubiera sido bonito que la ciudadan¨ªa hubiera hecho algo sin necesidad de que el pol¨ªtico lo aprobara, pero no hay manera".
¡°Anna tiene una belleza muy mediterr¨¢nea y cl¨¢sica, que combina muy bien con la forma de los arcos del atrio, en un espacio que todav¨ªa es mezcla de lo m¨¢s humano y lo m¨¢s sagrado¡±. Por su parte, Laplana, que calific¨® a Plensa como ¡°el top del top del arte contempor¨¢neo¡± y la ¡°estrella que m¨¢s brilla en el firmamento art¨ªstico¡±, explic¨® que tuvo que convencer a la comunidad de monjes de la idoneidad de la propuesta. Plensa no ha cobrado nada por su trabajo ni por la obra y la abad¨ªa solo ha corrido con los gastos del seguro y el transporte.
Anna, como todas las obras de Plensa, est¨¢n creadas para ¡°ser acaricida¡± seg¨²n el artista. Sin embargo, ayer, un vigilante jurado se cuidaba que nadie tocara los hilos met¨¢licos del rostro de esta ni?a inmortalizada por el artista. ¡°Los que mejor conocen mis obras son los vigilantes de los museos. Me gustar¨ªa que un d¨ªa escribieran un libro, sobre c¨®mo la gente se acerca y percibe las obras. Ser¨ªa fundamental para la historia del arte¡±, explicaba sonriente.
Acompa?a a la escultura una exposici¨®n retrospectiva en el Museo de Montserrat que complementa y ayuda al p¨²blico a entender su obra de la mano de 18 grabados ¡°todos ellos relacionados con el vac¨ªo y el lleno y la invisibilidad¡±.
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