S¨¢nchez Mato: ¡°Hasta hace poco miraba los bajos del coche. Fui hijo de polic¨ªa en el Pa¨ªs Vasco¡±
Encabeza la lista al Ayuntamiento por Madrid en Pie despu¨¦s de haber protagonizado una de las crisis m¨¢s gordas de la etapa Carmena
Carlos S¨¢nchez Mato elige la Plaza del Carmen, cerca de Sol, porque le trae recuerdos de lucha: ¡°Aqu¨ª, durante el 15-M, mont¨¢bamos asambleas de 300 personas sentados en el suelo¡±. En eso lleva toda la vida este economista que se define al tiempo marxista y cristiano de base practicante. Encabeza la lista al Ayuntamiento por Madrid en Pie despu¨¦s de haber protagonizado una de las crisis m¨¢s gordas de la etapa Carmena. La alcaldesa le retir¨® de su cargo como concejal de Hacienda y ahora, de conseguir representaci¨®n, necesitar¨¢ su apoyo. ?l se muestra beligerante y dialogante a la vez. Sus a?os de ni?ez como hijo de polic¨ªa nacional en Euskadi le han marcado.
Pregunta. Participa usted en estas elecciones como una especie de 'outsider' arrojado al ruedo por la divisi¨®n de la izquierda. ?Es una irresponsabilidad o tiene sentido?
Respuesta. La divisi¨®n es una irresponsabilidad y hay que mirar hacia quienes han utilizado estrategias en solitario para arruinar espacios como el de Ahora Madrid.
P. ?Qui¨¦n tiene la culpa?
R. Hablar en t¨¦rminos de culpa es hacerlo en clave moral de responsabilidad.
P. Pero como usted es cristiano de base, seguro que lo entiende.
R. Cierto: la culpa es de quienes abandonan los espacios comunes. Quienes han formado un M¨¢s Madrid en vez de Ahora Madrid. Es decir, ??igo y Manuela, cuando han salido de un espacio heterog¨¦neo con buen resultado y equilibrios adecuados que no han respetado.
P. ?Qu¨¦ ocurri¨® entre Carmena y usted para que le quitara la confianza como concejal de Hacienda?
R. Ten¨ªamos un programa en esa materia. Necesit¨¢bamos un impulso presupuestario muy fuerte para equilibrar desigualdades en una ciudad muy rica. Esa herramienta fue utilizada de manera eficaz los primeros dos a?os con presupuestos claramente expansivos. Incrementamos la cifra, duplicamos la inversi¨®n y rebajamos la deuda. Nadie puede presentar una hoja de servicios igual. Eso levant¨® muchas ampollas, sobre todo en la derecha porque eso impugnaba el discurso de la austeridad. Pidieron mi cabeza y se la dieron.
P. Ellos dicen que se salt¨® la regla presupuestaria. Que le entr¨® una euforia injustificada y actu¨® usted con cierta actitud insumisa. ?Cumpl¨ªa la ley?
R. Completamente. Lo que pasa es que les dimos una lecci¨®n. Si yo hubiera incumplido la ley, estar¨ªa pag¨¢ndolo. No he tenido ning¨²n pero por parte de ning¨²n tribunal. Pero lo que pidieron desde el Gobierno fue que retir¨¢ramos los recursos que hab¨ªamos interpuesto sobre esa regla presupuestaria y lo hicieron. Quien tiene claro que tiene la raz¨®n legal no pide que retiren recursos. Adem¨¢s, ese mismo a?o, la Comunidad de Madrid incumpl¨ªa la regla de gasto con una cifra 15 veces superior. Quien est¨¢ pagando esto son los ciudadanos porque al impugnar las actuaciones se retrasan obras e iniciativas prioritarias con el dinero parado. Concretamente, unos 1.200 millones de euros, ahora mismo.
P. El d¨ªa despu¨¦s, ?c¨®mo se pondr¨¢n de acuerdo?
R. Hay un mont¨®n de cosas que nos unen por la izquierda: una visi¨®n de la movilidad o la ecol¨®gica. Requieren actuaciones valientes desde el punto de vista presupuestario. Dinero, eso s¨ª. Me gustar¨ªa no quedarme solo en esa reivindicaci¨®n.
P. O sea, en algo est¨¢n medianamente de acuerdo. ?Qu¨¦ no admitir¨ªan?
R. Nuestra cultura pol¨ªtica implica tomas de decisiones colectivas. Si conseguimos apoyos, tendremos que someternos a eso.
P. La vivienda y el urbanismo es un eje de su campa?a. Iniciativas bandera de Carmena como Madrid Norte le producen urticaria. ?Por qu¨¦?
R. Porque no respeta ese pacto contra la especulaci¨®n firmado con asociaciones vecinales y no responde a los intereses de la gente. Hablamos de que tres de cada cuatro metros cuadrados p¨²blicos y se le entregan a un operador privado para que haga un negocio. Coincidimos en que vivimos una situaci¨®n de emergencia en cuanto a la vivienda y lo regalamos para hacer torres de oficinas y centros comerciales.
P. Su experiencia antes de meterse en pol¨ªtica estuvo en la banca privada. ?Sufri¨®?
R. Trabaj¨¦ un a?o en una filial del Grupo Santander. Pero no me tuvieron que despedir, me fui yo.
P. ?Siempre combin¨® izquierda radical con cristianismo de base?
R. Muy comprometido con ambos planteamientos. Con la parroquia de mi barrio en Aluche desde que vi como deten¨ªan al cura, Jes¨²s Cubillo, por dejar que se reunieran miembros de Comisiones Obreras en los bajos de la iglesia. Ten¨ªa cinco a?os. Me acuerdo perfectamente, con memoria fotogr¨¢fica.
P. ?De ni?o antifranquista y cat¨®lico?
R. Van de la mano. Sobre todo cuando luchas por la igualdad y por mejorar la vida de la gente que peor est¨¢. Hay quien va a misa a la Almudena y luego pide muros en las fronteras. Yo creo que Jes¨²s de Nazaret, a quien admiro, construir¨ªa puentes.
P. ?Las misas a las que va usted son un poco como una reuni¨®n de Juventudes Anticapitalistas?
R. Pues se parecen much¨ªsimo. Compartimos la eucarist¨ªa como la vida y mantenemos un compromiso para extenderlo alrededor.
P. Y entre las exigencias del marxismo y los dogmas de la iglesia, ?c¨®mo disfruta uno de la vida? ?Cu¨¢les son sus pecados?
R. Yo me siento felic¨ªsimo¡ Pero, peco cada d¨ªa. Por ejemplo, con falta de amor, fundamentalmente. No logro querer suficiente a la gente que me rodea. Debo esforzarme en amar m¨¢s.
P. ?Le produce eso ansiedad?
R. Es que a veces, por mucho que te impliques en la lucha contra la injusticia, siempre puedes esforzarte m¨¢s.
P. Parece una sensaci¨®n semejante a lo que le pasaba a Alfredo P¨¦rez Rubalcaba en los entierros de las v¨ªctimas de ETA, que pensaba que lo pod¨ªa haber evitado con m¨¢s dedicaci¨®n.
R. Mira, yo soy hijo de polic¨ªa nacional. Mataron a un compa?ero de mi padre y viv¨ª eso con much¨ªsimo dolor. Estuvimos en Euskadi en 1978 y 79. Los a?os de plomo. He estado mirando debajo de los bajos del coche hasta hace poco, seis o siete a?os, por ser hijo de polic¨ªa en esa situaci¨®n. Mi padre estaba amenazado. Fue muy doloroso y ahora no menos, cuando por ser de izquierdas me llaman amigo de los etarras simplemente porque defiendo que las cosas se arreglan fundamentalmente con di¨¢logo. A pesar de haber sufrido ese zarpazo, sigo pensando igual.
P. Y de sus hijas, ?qu¨¦ me cuenta? ?Han salido tambi¨¦n al tronco paterno?
R. Feministas totales. Es algo que yo debo corregir tambi¨¦n, mi machismo latente. Ellas me ense?an a eso. Son tambi¨¦n rojillas pese a que de peque?as las llev¨¢bamos a manifestaciones y me dec¨ªan: ¡°Pap¨¢, preferimos ir a las de poca gente¡±.
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