Esquerra Republicana, el partido imprevisible
La formaci¨®n independentista transita por la senda entre el dictado de Oriol Junqueras y el sentir de las bases
Hubo un tiempo en que el cainismo era el sello de la casa en Esquerra Republicana (ERC). Las peleas internas desangraban a un partido eminentemente rural que lleg¨® a gobernar Catalu?a con el PSC e Iniciativa. Cada congreso era una bomba de relojer¨ªa a cuenta del asamblearismo. Tuvo que ser Oriol Junqueras, que aterriz¨® en 2011, quien cohesionara la formaci¨®n. Las 563 noches en prisi¨®n preventiva de l¨ªder de la formaci¨®n ¡ªque est¨¢ siendo juzgado por un delito de rebeli¨®n¡ª no han minado su ascendiente. Pero tampoco han cambiado a unas bases acostumbradas a influir. Un c¨®ctel perfecto que convierte a ERC, a menudo, en un partido imprevisible.
El veto de los republicanos, la semana pasada, a la designaci¨®n de Miquel Iceta como senador auton¨®mico es visto desde el PSOE como la ¨²ltima muestra del car¨¢cter err¨¢tico de Esquerra en los momentos clave. El bloqueo al plan de Pedro S¨¢nchez para colocar a Iceta al frente del Senado cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa en los socialistas, que a¨²n no entienden por qu¨¦ los republicanos rechazaron lo que consideran un gesto a favor del di¨¢logo en Catalu?a.
El presidente del Parlament, Roger Torrent, abandon¨® ayer su cara m¨¢s institucional para cargar contra lo que considera una ¡°injerencia¡±. ¡°Algunos hablan de cortes¨ªa parlamentaria; nosotros hablamos de decencia pol¨ªtica, que es lo que hace que seamos coherentes¡±, dijo en un acto de campa?a.
Dentro de las filas de Esquerra hubo debate sobre c¨®mo posicionarse respecto a Iceta, como ocurri¨® con los Presupuestos ¡ªfinalmente fallidos¡ª de S¨¢nchez. La puerta parec¨ªa irse abriendo para Iceta, pero finalmente se cerr¨® el pasado mi¨¦rcoles. Curiosamente, la decisi¨®n final de ERC trascendi¨® despu¨¦s de que se conociera la decisi¨®n de la Junta Electoral Central de no dejar participar a Junqueras en un debate de candidatos a las elecciones europeas. Los republicanos no dudaron en culpar a S¨¢nchez, v¨ªa Instituciones Penitenciarias, de la decisi¨®n, desempolvando as¨ª su caballo de batalla sobre la falta de separaci¨®n de poderes.
Junqueras no solo manda desde la prisi¨®n. Tambi¨¦n sus circunstancias personales, a veces sin quererlo, terminan por influir la l¨ªnea a seguir del partido. En el espacio neoconvergente sienta mal que la campa?a de los presos de ERC se personalice en el Free Junqueras, olvidando a los otros presos. La fe es ciega en el exvicepresident, que siempre tiene la ¨²ltima palabra, aunque algunas veces cueste ¡ªincluso entre los suyos¡ª entender ad¨®nde quiere llegar. ¡°La autoridad moral de Junqueras es ahora m¨¢s fuerte que cuando fue encarcelado¡±, asegura Enric Mar¨ªn, profesor universitario y exalto cargo de ERC durante el gobierno tripartito de izquierdas en Catalu?a (2003-2010). Y esa autoridad, agrega Mar¨ªn, es la que ha facilitado consolidar dentro del partido el alejamiento de la v¨ªa unilateral.
La conferencia nacional de ERC, hace un a?o, reescribi¨® el relato defendido hasta entonces y apost¨® por la construcci¨®n de una mayor¨ªa social suficiente antes de aspirar a la independencia. Un mensaje opuesto a las ¡°155 monedas de plata¡± con las que el diputado Gabriel Rufi¨¢n presionaba al PDeCAT para seguir con la hoja de ruta independentista. ¡°Que esto lo pida Junqueras, desde la c¨¢rcel, es lo que ha ayudado a que las bases entiendan el giro¡±, sostiene Mar¨ªn.
Pero esa credibilidad no lo ha podido llenar todo. En esa misma conferencia, las bases presionaron para no descartar la v¨ªa unilateral y enmendaron el texto propuesto por la direcci¨®n. Ha habido otros pulsos. Una parte de la federaci¨®n de Barcelona no acept¨® el ordeno y mando de Junqueras, que enmend¨® las primarias para las elecciones del Ayuntamiento de Barcelona. Las bases eligieron a Alfred Bosch y Junqueras impuso posteriormente a Ernest Maragall. ¡°No tenemos miedo a las urnas, ni fuera ni dentro del partido¡±, dec¨ªa el manifiesto de la candidatura alternativa ¡°no impuesta por la direcci¨®n¡±.
Maragall neg¨® el viernes que la decisi¨®n sobre Iceta tambi¨¦n se hiciera pensando en el c¨¢lculo electoralista. Pero a nadie se le escapa que Junts per Catalunya intenta d¨ªa s¨ª y d¨ªa tambi¨¦n tachar a Esquerra de autonomista para intentar rascar voto independentista. Apoyar a Iceta era una jugada demasiado arriesgada para un momentum electoral ajustado y a la que los republicanos no ve¨ªan ning¨²n provecho. ¡°ERC es un gran barco, pero no puede dar golpes de tim¨®n, sino virajes suaves¡±, sol¨ªa decir Joan Ridao, secretario general del partido entre 2008 y 2011 y ahora letrado mayor del Parlament.
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