Una mujer barbuda en el Museo del Prado
Dice el ministro que es ¡°escalofriante¡± que el 37% de los madrile?os no conozcan la pinacoteca
Para ser m¨¢s feliz uno quiere tener una casa m¨¢s grande, un coche m¨¢s guay, un barrio mejor, un smartphone m¨¢s potente. Cuando lo consigue, si es que lo consigue, experimenta una euforia inicial motivada por la novedad hasta que la vida vuelve a ser la de antes: la misma mierda con escasas notas de color. Se llama adaptaci¨®n hedonista y consiste, precisamente, en acostumbrarse r¨¢pido a lo bueno y seguir sufriendo por lo malo. Queremos m¨¢s, y nunca ser¨¢ suficiente.
Esta adaptaci¨®n hedonista la sufrimos los madrile?os con el Museo del Prado y otras instituciones culturales. Un servidor, por ejemplo, lleg¨® a Madrid a principios de siglo y se pasaba las tardes en la oscuridad del cine Dor¨¦ de la Filmoteca Nacional. Al llegar de fuera era un privilegio disfrutar de las mejores y m¨¢s raras pel¨ªculas de la historia del cine. Ahora voy una vez al a?o o as¨ª, ya me acostumbr¨¦.
Un 37% de los madrile?os no conoce el museo del Prado, nunca lo ha visitado, un dato ¡°escalofriante¡± en palabras del ministro de Cultura Jos¨¦ Guirao. Dijo el ministro que ¡°al Prado hay que ir¡± y no quedarse solo en lo que dicen los libros de texto o los medios de comunicaci¨®n. Por las tardes es gratis.
Lo curioso del asunto es que probablemente ese 37% s¨ª que pise la National Gallery de Londres o el Met de Nueva York cuando va de vacaciones. Visitar museos parece un deporte tur¨ªstico y me pregunto si los que hacen cola frente a la puerta de los Jer¨®nimos se interesan el resto del a?o por cuestiones art¨ªsticas en los Pa¨ªses Bajos, Reino Unido o Jap¨®n. En una obra en v¨ªdeo del artista Eugenio Ampudia se ve c¨®mo una moto de carreras recorre a toda velocidad las salas vac¨ªas del Prado, en una met¨¢fora de esos que vienen al museo a fichar a toda leche. Cerca de tres millones de personas visitaron el museo en 2018, un 2,43% m¨¢s que el a?o anterior.
Lo mejor es visitar el Prado como un artista. Cuando a Jean Cocteau le preguntaron qu¨¦ salvar¨ªa de un incendio en la pinacoteca dijo ¡°las llamas¡±. A Dal¨ª lo que m¨¢s le gustaba era ¡°el aire contenido en Las Meninas de Vel¨¢zquez¡±, que haberlo haylo, y mucho. A Andy Warhol, que era pel¨ªn odioso, lo que realmente le entusiasm¨® fue la tienda de souvenirs, igualito que a muchos de los visitantes actuales.
Ahora que se cumple el 200 cumplea?os del Prado parece que toca decir cu¨¢l es tu cuadro favorito. A m¨ª, ahora que estamos con lo fluido y los cuerpos no normativos, me gusta citar La mujer barbuda de Ribera. Ese presunto se?or calvo, tirando a feo y con barba hipster que, de pronto, ense?a una teta y amamanta a un beb¨¦. A veces he visto a ni?os asombrados con la visi¨®n de este cuadro. Est¨¢ bien que los ni?os vean estas cosas, hasta los madrile?os.
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