Dos meses para evitar nuevas elecciones en Madrid

La noche de Madrid acoge a Santiago Abascal, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros y Roc¨ªo Monasterio, que cenan juntos mientras analizan qu¨¦ estrategia debe seguir Vox en las negociaciones para formar gobiernos auton¨®micos con el PP y Cs en Madrid y Murcia. Ocurre el jueves, justo despu¨¦s de que estalle una crisis sin precedentes entre las tres formaciones. Unas horas antes, el choque entre Cs y Vox impide la investidura de Fernando L¨®pez Miras en Murcia y complica sobremanera la de Isabel D¨ªaz Ayuso en Madrid. Desde entonces, los pol¨ªticos madrile?os echan cuentas: si PP, Cs y Vox mantienen sus posiciones actuales, no podr¨¢n formar gobierno, y dentro de dos meses, el 10 de septiembre, habr¨¢ que convocar nuevas elecciones.

El tic-tac del reloj empieza a sonar este mi¨¦rcoles 10 de julio, cuando Juan Trinidad, el presidente de la Asamblea de Madrid, ha programado un pleno de investidura sin candidato que abrir¨¢ un periodo de dos meses tras el que ser¨¢ obligatorio celebrar otros comicios si no hay presidente. Esa cita inusitada, con un formato nunca visto en Madrid, resume mejor que nada el bloqueo que vive la regi¨®n, fruto del laberinto en el que est¨¢n encerrados los tres partidos de derechas. Cs veta cualquier negociaci¨®n directa y cualquier acuerdo de gobierno con Vox. Vox exige que Cs firme un acuerdo a tres con el PP. Y el PP intenta mediar para superar esas dos posiciones mutuamente excluyentes. ?C¨®mo se ha llegado hasta aqu¨ª?

La semilla del conflicto se siembra en la madrugada del 15 de junio, con una cita en un c¨¦ntrico hotel madrile?o. Lejos de las c¨¢maras, los dirigentes del PP y de Vox se re¨²nen para desbloquear una operaci¨®n que consideran imprescindible para la supervivencia de sus respectivos proyectos: evitar que gobierne la ganadora de las elecciones municipales en Madrid, Manuela Carmena. De un lado acuden Espinosa de los Monteros, Monasterio, y el l¨ªder capitalino de Vox, Javier Ortega Smith. Del otro, Teodoro Garc¨ªa Egea, secretario general del PP, y Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Almeida, el candidato popular. A las tres de la ma?ana, cuando quedan unas pocas horas para votar al nuevo alcalde de la capital, los dos partidos optan por ¡°jugar a la ambig¨¹edad¡±, seg¨²n una fuente de Vox, ¡°para sacar el acuerdo como sea¡±.

El pacto de PP y Vox recoge la entrada del partido de ultraderecha en el gobierno, pese a que el acuerdo de PP y Cs lo impide. Una vez investido Almeida con los votos de las tres formaciones, esa contradicci¨®n no se resuelve. Estalla el conflicto. Y afecta a las negociaciones de Murcia y Madrid.

¡°Se han debido pensar que los de Vox nos chupamos el dedo y que nos pueden torear¡±, resume el viernes Smith. ¡°Hemos perdido much¨ªsima confianza en cuanto a la seriedad del PP a la hora de negociar¡±.

¡°Con esta gente no se puede ir ni a cobrar una herencia¡±, le contin¨²a Espinosa de los Monteros.

¡°Yo no he faltado a mi palabra en ning¨²n caso¡±, contrapone D¨ªaz Ayuso, que intenta hacer valer el cumplimiento de sus compromisos previos con Vox para que en Madrid avance una negociaci¨®n estancada: por ejemplo, que el partido de Monasterio logr¨® la vicepresidencia tercera de la Mesa de la Asamblea de Madrid gracias a los votos del PP.

No obstante, la aspirante popular no ha logrado superar por ahora el gran problema de fondo de la relaci¨®n de Cs y Vox. Y observa con inquietud c¨®mo ?ngel Gabilondo (PSOE), el ganador de las elecciones regionales en Madrid, intente presentarse a la investidura, lo que por ahora le impide el presidente de la Asamblea, pese a que solo le faltan tres s¨ªes o cinco abstenciones para lograr la presidencia. Esa decisi¨®n del l¨ªder de la C¨¢mara, que fue elegido con los votos de PP, Cs y Vox, ha provocado las protestas de PSOE, M¨¢s Madrid y Podemos, que consideran que solo busca dar m¨¢s tiempo a las derechas para pactar y recuerdan que en Murcia L¨®pez Miras pudo presentarse a la investidura sin tener garantizada la elecci¨®n (justo lo que se le impide a Gabilondo). De hecho, los socialistas no descartan acudir a los tribunales.

No es el ¨²nico motivo de preocupaci¨®n entre los partidos de derechas, a los que solo une el objetivo com¨²n de evitar que gobierne el PSOE. El PP da por hecho que D¨ªaz Ayuso ser¨¢ la presidenta si logra cerrar un acuerdo con Cs en las pr¨®ximas horas. Sin embargo, Ignacio Aguado, su contraparte de la formaci¨®n naranja, nunca se ha descartado en p¨²blico para liderar el gobierno, y tampoco ha desmentido la opci¨®n de pedir que las dos formaciones compartan el poder, turn¨¢ndose dos a?os cada una al frente del ejecutivo. A Vox le es indistinto el nombre del presidente, porque pasar¨¢ a la oposici¨®n, pero no se entiende con Cs.

Aunque el futuro no est¨¢ escrito, los estrategas de cada formaci¨®n juegan con cartas marcadas. El desbloqueo depende de tres variaciones: o Cs se aviene a firmar un pacto con PP y Vox, o Vox acepta que eso no ocurra seg¨²n se acerque el final del verano y se le vea como culpable de una repetici¨®n electoral, o Cs amaga o se abre realmente a negociar con el PSOE para evitar esa posibilidad, levantando su veto al socialista ?ngel Gabilondo.

Con julio reci¨¦n empezado, solo el acuerdo de PP y Cs, insuficiente sin Vox, parece posible en los pr¨®ximos d¨ªas. Un pacto que no resolver¨ªa nada, y colocar¨ªa al presidente de la C¨¢mara ante una posici¨®n muy complicada: D¨ªaz Ayuso le pedir¨ªa ir a la investidura este mi¨¦rcoles con solo 56 votos, para presionar a Vox, cuando a Gabilondo no se le ha dejado dar ese paso pese a que tiene 64 apoyos.

Solo una cosa es segura. El tiempo empezar¨¢ a correr el mi¨¦rcoles con un primer pleno de investidura, por ahora sin candidato. Y si no hay acuerdo en los dos meses siguientes, habr¨¢ nuevas elecciones.