El infierno de las porteadoras de El Tarajal
El documental Con el mundo a cuestas da visibilidad a las inhumanas condiciones y los riesgos que corren las miles de mujeres que cruzan la frontera entre Marruecos y Espa?a cargadas de mercanc¨ªa
Cargar m¨¢s de 80 kilos a las espaldas o en un carrito de la compra por un pu?ado de euros o unos cientos de d¨ªrhams. Dormir al raso entre cartones con pa?ales puestos para no perder el sitio en una cola interminable. Soportar vejaciones y un trato y unas condiciones de semiesclavitud. Sobornos, incertidumbre y avalanchas desesperadas para llegar a cruzar la frontera a tiempo. En definitiva, jugarse el tipo para sobrevivir en un entorno que viola los derechos humanos. As¨ª es la vida las porteadoras de El Tarajal, de las miles de mujeres de nacionalidad marroqu¨ª de entre 35 y 60 a?os que cruzan a diario la frontera de Ceuta cargadas de mercanc¨ªa.
El documental Con el mundo a cuestas, elaborado por el departamento de producciones audiovisuales de la Diputaci¨®n de C¨¢diz a iniciativa de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos y presentado en el Palacio de la Prensa de Madrid este jueves, da visibilidad al infierno que sufre el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena de un negocio millonario. En la cinta, de unos 33 minutos de duraci¨®n, se muestran duras im¨¢genes sobre esta actividad acompa?adas de testimonios de las propias porteadoras, expertos, abogados, activistas, periodistas y cuerpos de seguridad que muestran el riesgo que corren las 30.000 personas cruzan cada d¨ªa la frontera.
"Hemos tenido dificultades para llevarlo a cabo por las dificultades que hay para ejercer el periodismo en Marruecos. Hemos tenido hasta que salir corriendo porque ven¨ªa la polic¨ªa a por nosotros", cuenta Fernando Santiago, director del documental. "Las porteadoras no quer¨ªan aparecer en c¨¢mara porque sus familias las ponen trabas al no querer problemas con la germander¨ªa marroqu¨ª. Los tumultos tienen que ver con los sobornos a estos polic¨ªas, es algo que ha provocado la muerte de personas", a?ade.
El 15 de enero del a?o pasado se registraron los ¨²ltimos fallecimientos. Dos porteadoras perdieron la vida justo cuando trataban de entrar en Ceuta y se sumaron a otras cuatro mujeres que hab¨ªan muerto en los meses anteriores. La Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos defiende que las medidas adoptadas recientemente, como la implantaci¨®n del carrito para portar los fardos, son solo una lavada de cara.
"Es menos brusco, pero arrastran por pendientes 100 kilos de mercanc¨ªa. Se siguen vulnerando los derechos humanos. Hay un desamparo absoluto de su situaci¨®n por parte del gobierno ceut¨ª y de Tetu¨¢n", dice Cristina Fuentes, una de las personas que dio pie al documental. La situaci¨®n es tan denigrante que a las porteadoras ni siquiera se las reconoce como tal en la sociedad marroqu¨ª. Su estatus se ve maquillado. "Su familia justifica que son empleadas dom¨¦sticas para justificar tanto viaje a Ceuta. En Marruecos la actividad es considerada como ilegal", cuenta Cristina.
El contrabando, escondido en territorio espa?ol bajo la etiqueta de comercio at¨ªpico, nace de las particularidades de territorios como Ceuta o Melilla. La Uni¨®n Europa les concedi¨® un r¨¦gimen particular y no tienen aduana comercial. El negocio es sencillo: las mujeres salen de Marruecos, entran en Ceuta, cargan su mercanc¨ªa en los pol¨ªgonos de El Tarajal y regresan a su pa¨ªs antes de que caiga la noche sin saber siquiera qu¨¦ llevan encima.
"Nunca se sabe lo que llevan. Por la noche llega esa mercanc¨ªa al puerto de Ceuta, y se la llevan al barrio del Pr¨ªncipe o al propio pol¨ªgono. Ah¨ª los convierten en fardos que entre dos personas cargan en el carrito de las porteadoras", explica Cristina. "Sabemos que llevan productos perecederos, mortadela, queso de bola... Tambi¨¦n cargan art¨ªculos de electr¨®nica, ropa tanto usada como nueva, productos de higiene del hogar y personal, y ¨¢rt¨ªculos como mantas".
En funci¨®n del paso que permita la germander¨ªa marroqu¨ª y de qu¨¦ mercanc¨ªa lleven cobran m¨¢s o menos. Un fardo de mantas son 50 c¨¦ntimos; uno de abrigos en pleno invierno puede ascender a 60 euros. Pero todo depende de lo dura que este la frontera. Cuanto menos mercanc¨ªa pase, m¨¢s sube el precio; si entra mucha, se deval¨²a. Ellas se llevan ¨²nicamente una comisi¨®n.
Un negocio de cientos de millones de euros entre los comerciantes marroqu¨ªs y el pol¨ªgono de El Tarajal que condena a un infierno permanente a miles de mujeres que aspiran a vivir en un entorno que respete y garantice sus derechos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.