Despu¨¦s del fracaso, ?qu¨¦?
Con los niveles de desconfianza alcanzados en esta penosa negociaci¨®n es dif¨ªcil pensar en un gobierno PSOE-Podemos en septiembre; si el desencuentro lleva a la derecha al poder, la izquierda quedar¨¢ tocada
Quiz¨¢s si las negociaciones no se hubieran retransmitido en directo la sensaci¨®n de desastre no habr¨ªa sido tan grande. Pero vivimos en tiempo de redes sociales, sometidos a la pulsi¨®n del exhibicionismo, y la tentaci¨®n de poner el adversario en evidencia cuando las negociaciones se encallan es grande, a pesar de que el precio sea romper la apuesta. En todo caso, culminan tres meses en que el director de la negociaci¨®n no ha encontrado la partitura: hoy un vales con la derecha, ma?ana una polca con Podemos. Part¨ªa de un error en el c¨¢lculo de la fortaleza de su posici¨®n, y el resultado es que unos y otros han puesto en escena una versi¨®n nada ejemplarizante del oficio de pol¨ªtico.
Queda un consuelo. Por si algunos dudaban, los pol¨ªticos son humanos y la psicopatologia de las malas vibraciones personales sirve para explicar muchas cosas. La suficiencia de S¨¢nchez ¨Cque se crey¨® que su posici¨®n se impondr¨ªa por la fuerza natural de las cosas, sin que hubiera que buscar complicidades en el resto de fuerzas pol¨ªticas¨C?y la pulsi¨®n autodestructiva de Pablo Iglesias ¨Cque desde el 2016 ha conseguido que todas sus decisiones importantes fueran en detrimento de Podemos¨C, conjugadas con una relaci¨®n personal construida sobre el resentimiento, han conducido hacia este gran fracaso. Un fracaso que deja la imagen de S¨¢nchez tocada, hunde Podemos y descoloca el electorado de izquierdas, que ha visto, una vez m¨¢s, que es imposible que el PSOE y el resto de fuerzas compartan proyecto.
Los pol¨ªticos son humanos y la psicopatolog¨ªa de las malas vibraciones personales sirve para explicar muchas cosas
La izquierda ni siquiera ha sido capaz de entenderse para alejar del horizonte la amenaza del tripartito de la derecha. Por un par de ministerios de m¨¢s o de menos? M¨¢s bien hace la impresi¨®n que en el fondo S¨¢nchez no ha querido nunca el Gobierno de coalici¨®n, y que Iglesias, como ya dio a entender hace unas semanas, siempre ha pensado a traer la apuesta hasta el septiembre pensante que en el l¨ªmite tendr¨ªa m¨¢s fuerza. Y, a pesar de todo, es ¨¦l el que ha salido m¨¢s debilitado del embate y, por lo tanto, qui¨¦n m¨¢s concesiones tendr¨¢ que hacer si no quiere continuar pendiente abajo.
Y ahora qu¨¦? Pedro S¨¢nchez habla de volver en su punto de partida. Pero todos sabemos cu¨¢l es y qu¨¦ recorrido tiene. ¡°Tenemos que explorar varias v¨ªas. Qu¨¦? La derecha, embravecida por el fracaso de la izquierda, qu¨¦ inter¨¦s puede tener a regalar el apoyo al presidente en funciones? Volver al principio quiere decir retomar la negociaci¨®n con Podemos cuando la hoguera est¨¢ quemando. Y S¨¢nchez probablemente est¨¢ pensando a volver al Gobierno de colaboraci¨®n. Despu¨¦s de este fracaso, Pablo Iglesias no est¨¢ en condiciones de exigir, pero s¨ª que lo est¨¢ de hundir el barco ¨Cel suyo¨C y de retruque dejar S¨¢nchez tocado. En la medida en que no hay salida que no pase por Podemos, dos meses parecen poco para desactivar todos los agravios acumulados. Y parece imposible recuperar la confianza porque haya un Gobierno de coalici¨®n cre¨ªble. Parec¨ªa que, finalmente, el Gobierno de izquierdas ser¨ªa posible y ha acabado en fiasco.
La alternativa, evidentemente, son las elecciones. Al parecer tienen muchos partidarios a la Moncloa ¨Cno tanto al PSOE, donde son conscientes del riesgo. Es la melancol¨ªa del regreso al bipartidismo. Al PP y al PSOE los cuesta aceptar que otros se incorporen al reparto del poder.
Ir a elecciones es de alto riesgo: la desmovilizaci¨®n de la izquierda no garantiza a Pedro S¨¢nchez mejor posici¨®n
En cualquier caso, los meses que vienen pondr¨¢n a prueba el mito de la resistencia de S¨¢nchez, capaz de reflotar despu¨¦s de cada batacazo. No s¨¦ si los protagonistas son conscientes del mal que ha hecho esta crisis, que ha roto la aura positiva con que el PSOE hab¨ªa levantado el vuelo despu¨¦s de la moci¨®n de censura. Con los niveles de desconfianza y reproches a que se ha llegado en esta penosa negociaci¨®n p¨²blica es dif¨ªcil pensar en un Gobierno PSOE-Podemos en septiembre. Un Gobierno que carga un pecado original. Que Podemos acepte apoyar y colaborar desde fuera, despu¨¦s del que ha pasado, es un reconocimiento de derrota que no s¨¦ si forma parte del espacio mental de Pablo Iglesias. Pero ir a elecciones en noviembre es de alto riesgo: la probable desmovilizaci¨®n de la izquierda, con el previsible hundimiento de Podemos, no garantiza a Pedro S¨¢nchez una posici¨®n mejor que la de ahora. Y no parece que un Gobierno provisional sea lo m¨¢s indicado para gestionar el delicado momento que vendr¨¢ despu¨¦s de la sentencia del Tribunal Supremo. Si este desacuerdo acabara trayendo el tripartito de derecha al poder, la izquierda quedar¨ªa tocada durante muchos a?os.
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