Una soluci¨®n ¡®a la portuguesa¡¯
S¨ª hay modos y maneras que se pueden copiar: la paciencia (para conseguir pactos a varias bandas), la constancia (para hacerlos cumplir durante cuatro a?os) y la ausencia de egolatr¨ªas
A Portugal no paran de salirle admiradores. Aparte del descubrimiento de sus playas y ciudades, los espa?oles apelan al ejemplo portugu¨¦s para afear a los l¨ªderes parlamentarios su incapacidad para construir un Ejecutivo estable. Portugal es el ejemplo a seguir, dicen, pero no es tan f¨¢cil replicar una ¡°soluci¨®n a la portuguesa¡±. Hasta ahora, los intentos de S¨¢nchez han fallado.
Las visitas a Lisboa de pol¨ªticos socialdem¨®cratas y de otras ideolog¨ªas han ido in crescendo desde que en 2015 Ant¨®nio Costa se convirti¨® en primer ministro de un Gobierno socialista en minor¨ªa. Al principio, los que vivimos y trabajamos en la capital portuguesa pens¨¢bamos que los visitantes trataban de fotografiarse junto al hombre que hab¨ªa frenado la ca¨ªda de la socialdemocracia en Europa, tras los descensos en Espa?a, Francia, Italia¡Pero, pasados cuatro a?os, sigue aumentando la admiraci¨®n por el vecino; incluso la nueva temporada de la serie La Casa de Papel incorpora una integrante a la banda y su nombre es Lisboa.
El entusiasmo, sin embargo, acaba por tergiversar la realidad. Hace unos d¨ªas pas¨¦ 15 minutos intentando convencer a un amigo espa?ol de que el ministro de Trabajo portugu¨¦s no es comunista. All¨ª no manda una coalici¨®n de izquierdas, sino un Gobierno socialista.
Replicar el pacto luso en Espa?a es dif¨ªcil, entre otras cosas porque ellos solo tienen un nacionalismo
Replicar el pacto luso en Espa?a es dif¨ªcil, entre otras cosas porque ellos solo tienen un nacionalismo, el portugu¨¦s, y tampoco dividen el pa¨ªs en autonom¨ªas. El secesionismo ¡ªpor muchas visitas de los indepes catalanes¡ª est¨¢ prohibido por la Constituci¨®n. Hay, de hecho, pocos pueblos tan patriotas. El himno nacional lo cantan con orgullo desde los comunistas hasta los m¨¢s conservadores.
La llamada geringon?a del Gobierno luso surge de acuerdos program¨¢ticos a tres bandas: del Partido Socialista (PS) con el Bloco; del PS con el Partido Comunista, y del PS con Los Verdes. Naci¨® para rechazar la investidura de un Gobierno de centro-derecha (PSD-CDS) que hab¨ªa ganado las elecciones. Debido a los acuerdos entre partidos de izquierda, Passos Coelho, el l¨ªder de la coalici¨®n conservadora, no consigui¨® la mayor¨ªa parlamentaria para formar gobierno. Tras los pactos program¨¢ticos de las izquierdas, discutidos y firmados por separado ¡ªni siquiera hubo foto de familia¡ª, Costa form¨® ¡°su¡± Ejecutivo, que, al igual que la presidencia del Parlamento y otras instituciones p¨²blicas, fue enteramente ocupado por pol¨ªticos socialistas.
No hay un pa¨ªs igual a otro ni circunstancias exactas. Las claves de la soluci¨®n portuguesa se basan en los resultados electorales y en aceptar el mal menor para evitar el mayor (en su caso, la repetici¨®n del Gobierno de centroderecha que aplic¨® la austeridad de la troika).
Un d¨ªa despu¨¦s del recuento electoral de 2015, particip¨¦ en una cena en un restaurante lisboeta junto al Tajo con empresarios y periodistas. Durante una animada, incluso airada, discusi¨®n, uno de los hombres m¨¢s ricos de Portugal afirm¨® con la rotundidad que solo da el dinero: ¡°El PCP nunca pactar¨¢ con un partido que no ha ganado; son serios, son comunistas¡±. Pactaron. El motivo esencial fue la proporci¨®n de votos. Los comunistas lusos, muy fuertes sindicalmente y nada propicios a los vaivenes (contin¨²an siendo marxista-leninistas), obtuvieron el 8,2% de los votos; el Bloco, la nueva izquierda hermanada con Podemos y dispuesta a pactar con los socialistas, un 10,2%. Costa, con el 32,3%, ten¨ªa un peso mucho mayor que sus futuros socios parlamentarios, pero solo juntos sumaban la mayor¨ªa. Los equilibrios electorales en Espa?a son diferentes, pero comparten una coincidencia: si la izquierda no va unida es imposible que gobierne y abre un panorama dif¨ªcil de entender para sus votantes.
La admiraci¨®n crece. Incluso la nueva temporada de La Casa de Papel incorpora una integrante a la banda, Lisboa
Portugal lleva cuatro a?os estables, creciendo, reduciendo la desigualdad y convirti¨¦ndose en ejemplo internacional. El entendimiento entre los socios no quita que en la campa?a electoral de septiembre, el Bloco y el PC intenten impedir la mayor¨ªa absoluta socialista. Un Gobierno de derechas est¨¢ descartado, debido a la desuni¨®n y falta de liderazgo de los conservadores.
Los l¨ªderes portugueses volver¨¢n de vacaciones dispuestos, como siempre, a la negociaci¨®n. Por lo visto en el reciente debate de investidura, el ejemplo de di¨¢logo portugu¨¦s de poco ha servido. Incluso es muy posible que los vecinos tengan Gobierno antes que nosotros. Aviso a compatriotas: colgar¨¦ el tel¨¦fono al pr¨®ximo que me suelte aquello de "menos mal, menos mal que nos queda Portugal". Parece que no nos queda.
La soluci¨®n a la portuguesa ha fracasado ¡ªde momento¡ª en Espa?a. Hay muchos condicionantes ¡ªcomo el independentismo¡ª que complican su r¨¦plica, pero s¨ª hay modos y maneras que se pueden copiar: la paciencia (para conseguir pactos a varias bandas), la constancia (para hacerlos cumplir durante cuatro a?os) y la ausencia de egolatr¨ªas.
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