Ni Messi ni Cristiano: Oliver Atom
'Campeones' evoca la superaci¨®n y el sacrificio personal para el bien com¨²n. Y en la edad de so?arlo todo, eso vende
La catapulta infernal es una t¨¦cnica muy f¨¢cil. Se necesita un compa?ero tumbado en el suelo con los pies levantados que se deben utilizar como plataforma de impulso para realizar un salto insuperable y rematar a gol un bal¨®n a¨¦reo. El resultado es infalible. El 100% de los casos acaba en torcedura de tobillo o en una pisada en partes dolorosas. ?Maldito Oliver Atom y toda su banda! No hay serie m¨¢s frustrante para los ni?os que Campeones, aquellos dibujos que nos hicieron creer que el f¨²tbol era un deporte sencillo y eterno. Sencillo porque la catapulta infernal no fallaba casi nunca cuando la realizaban los m¨ªticos hermanos Derrick, y eterno porque no hab¨ªa forma de llegar a porter¨ªa: El Peri¨®dico?public¨® que el terreno de juego med¨ªa 18 kil¨®metros. No parec¨ªa existir una propuesta m¨¢s inteligente para negociar con una madre el tiempo de consumo televisivo-futbol¨ªstico que asegurar que s¨ª, mam¨¢, que seguro que marcan pronto, y al pr¨®ximo gol me siento en la mesa a desayunar, un gol m¨¢s y voy. La trampa estaba en los desvar¨ªos argumentales en pleno partido y lo que tardaba un jugador en cruzar el campo entero. Los partidos no acababan nunca.
Las estrellas de la serie eran Oliver Atom y Mark Lenders, capitanes rivales. Atom era el talento innato y la cara amable. Lenders era el antagonista, un luchador admirable. Parece natural compararlos con Messi y Cristiano Ronaldo. Atom jugaba en colectivo y Lenders se quer¨ªa m¨¢s que a nadie. Resulta curioso que en el ¨²ltimo tramo de la serie, Atom acab¨® jugando en el FC Catalu?a, la marca blanca sin derechos del FC Barcelona; y Mark Lenders, en el Piemonte, que vest¨ªa de blanco y negro en clara alusi¨®n a la Juventus de Tur¨ªn. La inventiva de los nombres no acaba aqu¨ª: la estrella azulgrana cuando Atom llega a la capital catalana es un brasile?o, Rivaul, en homenaje a Rivaldo.
Campeones evoca la superaci¨®n y el sacrificio personal por el bien com¨²n. Y en la edad de so?arlo todo, eso vende. Hab¨ªa un futbolista, Julian Ross, que se desmayaba en medio de los partidos porque sufr¨ªa del coraz¨®n. Era un talento mermado por la salud. Pero en vez de escuchar a los m¨¦dicos, Ross segu¨ªa jugando por una supuesta responsabilidad colectiva. Un melodrama total. El propio creador de la serie, Yoichi Takahashi, explic¨® al peri¨®dico peruano El Comercio los problemas coronarios de Julian: ¡°Ross era mejor que Oliver. Entonces, decid¨ª ponerle freno y utilic¨¦ la enfermedad¡±. Si a Maradona le cortaron las piernas en el Mundial de 1994 por su positivo, a Julian Ross le arrancaron directamente el coraz¨®n.
El equipo de Oliver tambi¨¦n las pas¨® canutas. Benji, el portero que todo lo paraba, se lesion¨® una temporada entera y el guardameta suplente ofrec¨ªa la misma seguridad que Pinto en el Bar?a tras la lesi¨®n de Vald¨¦s. Pero el bueno de Oliver entren¨® personalmente al sustituto. ?Qu¨¦ gran compa?ero eras, Oliver! El propio Atom acab¨® disputando la final de aquel curso contra el equipo de Mark Lenders con un hombro inmovilizado y una pierna maltrecha. Evidentemente fue el mejor jugador del partido.
El tiro del tigre
Los efectos especiales hicieron escuela. Antes de mudarse a Italia, Lenders perfeccion¨® su disparo en la playa, bajo una gran tormenta. Tras repetir muchas veces la misma acci¨®n, cre¨® el tiro del tigre. ?Qu¨¦ potencia de disparo! Los escolares alucin¨¢bamos. Aquellos que jug¨¢bamos a f¨²tbol en los recreos chut¨¢bamos al grito de ¡°?El tiro del tigre!¡±, a la espera de que el bal¨®n se fundiera en una llama que traspasara las redes de todas las porter¨ªas, como suced¨ªa en la tele, pero que yo recuerde nunca ocurri¨®. Lo dicho, muy frustrante. Tanto como intentar al cabo de los a?os el salto del ¨ªdem y acabar con un pinzamiento de espalda.
Aunque quiz¨¢s el mayor legado de Mark Lenders es su imagen. Fue el primero en subirse las mangas de la camiseta para disputar un partido. Lo nunca visto. Y ocurri¨® lo mismo que pas¨® cuando ?ric Cantona apareci¨® en 1996 en aquel anuncio de Nike en el que se sub¨ªa el cuello de la camiseta antes de atravesar a un portero-demonio de un chut. Los colegios se inundaron de ni?os sin mangas y con cuellos altos.
Lenders era como el Joker de Batman. A todo el mundo le ca¨ªa bien, pero su destino era la derrota. Solo consigui¨® triunfar en la selecci¨®n japonesa, claro, al lado de Oliver y Benji. Todos los jugadores, por cierto, ten¨ªan unos ojos como platos, a lo occidental. Takahashi sab¨ªa que en Europa jugaban los escogidos, como Messi y Cristiano, aunque el mejor de todos se llamaba Oliver Atom.
Oliver y Benji y su contexto
1. A?o de estreno y origen. 1983. Jap¨®n.
2. Actor, actriz protagonista. Serie de dibujos animados. Oliver Atom, Benji Price y Mark Lenders.
3. Edad que ten¨ªas cuando la ve¨ªas y con qui¨¦n la ve¨ªas.
4. Mejor escena. Final del tercer campeonato nacional entre el New Team (Oliver Atom) y el Toho (Mark Lenders). El encuentro acaba 4 a 4 y ambos son campeones. Lenders ayuda a Atom, lesionado, a abandonar el campo.
5. Qu¨¦ serie est¨¢s viendo ahora. Acab¨¦ Juego de Tronos y a¨²n estoy de duelo.
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