Cuando am¨¢bamos a McNulty
Ahora est¨¢ de moda no haber visto 'The Wire' y decir que es una cosa de culturetas
¡°Todo lo dem¨¢s es mentira¡±, escrib¨ª a un amigo para recomendarle la serie de The Wire. El periodista Enric Gonz¨¢lez lo explic¨® mejor: si te interesa Shakespeare te interesar¨¢ The Wire. Shakespeare no s¨¦, pero The Wire me interes¨® un mont¨®n. Ca¨ª rendida y gast¨¦ las tardes de un verano madrile?o achicharrante y sin aire acondicionado en el sof¨¢, viendo cap¨ªtulo tras cap¨ªtulo a trav¨¦s de enlaces piratas repletos de publicidad porno. Mis amigos, mi juventud y la Latina daban igual. Rondaba 2009 y The Wire era lo m¨¢s.
Ahora est¨¢ de moda no haberla visto y decir que es una cosa de culturetas. No es verdad. Me he pasado la vida recomend¨¢ndola. Si alguien no la ha visto a¨²n, se la recomiendo. Ninguna serie me ha gustado m¨¢s. Jam¨¢s.
The Wire es la guerra de un grupo de polic¨ªas inadaptados hartos de perseguir al peque?o delincuente que deciden ir a por Avon Barksdale y Stringer Bell, una asociaci¨®n muy lucrativa de narcotraficantes que controla las calles de Baltimore y que ha dado el salto y est¨¢ penetrando ya en el poder pol¨ªtico. Luchan contra el sistema. Se divide en cinco temporadas: la primera es la calle; la segunda (que o es tu preferida o te cuelga un poco), el puerto, la tercera, el poder pol¨ªtico; la cuarta, la escuela, y la quinta, los medios de comunicaci¨®n. Todo el mundo recibe, los periodistas tambi¨¦n.
Todo empieza con Jimmy McNulty, un polic¨ªa sexy, el t¨ªpico atormentadito. Ese perfil de hombre que a los (casi) 40 te cansa y antes le pagas el psic¨®logo que pasar otra cena escuchando sus lamentos, pero que a los (casi) 30 te encanta. Se pelea con su jefe, se pelea con sus compa?eros, es obstinado, persigue su verdad, enga?a a todas las mujeres, bebe m¨¢s de la cuenta... ?l quiere cazar a Avon Barksdale, se salta a sus superiores, va a un juez, lo convence y as¨ª empieza todo. Creo que puse m¨¢s de cinco veces la escena en la que McNulty borracho coge el coche, choca contra un muro y repite el recorrido, para estamparse de nuevo. Dos veces la misma piedra, ese es McNulty.
Aunque confieso que me interesaba mucho m¨¢s Stringer Bell. Un armario empotrado de dos por dos, un poco traficante pero con la firme voluntad de ser un hombre de negocios. Ya te encargaba un asesinato, ya se iba a clases de marketing, con unas gafas que se ajustaba para atender debidamente en clase. Quien puede olvidar esa escena de la presentaci¨®n de la tercera temporada, cuando le baja la cremallera del ch¨¢ndal de terciopelo rosa a la mujer del pobre D¡¯Angello, un traficante que no vale para el oficio. Stringer la consuela mientras D¡¯Angello est¨¢ en prisi¨®n, con la ¨²nica intenci¨®n de que ella no permita que D¡¯Angello delate a la banda.
No he superado ni creo que supere nunca el asesinato de Stringer Bell. Si usted lector est¨¢ sufriendo un spoiler ahora mismo, lo tiene bien merecido. The Wire se estren¨® en 2002, ha tenido tiempo de sobra. Ocurre en un edificio vac¨ªo, donde habitan las palomas. ¡°?Vamos, hijos de puta!¡±, grita Stringer Bell a sus asesinos al verse acorralado. Y van y lo matan. Hay quien dice que el actor Idris Elba se enter¨® ese mismo d¨ªa de la muerte de su personaje, y que casi mata ¨¦l mismo a David Simon, el creador de la serie, un experiodista que pas¨® un a?o empotrado con la unidad de homicidios de Baltimore y que quedaba con polic¨ªas en bibliotecas.
Un d¨ªa mi amigo Toni Garc¨ªa Ramon me hizo la peor jugarreta que se le puede hacer a una fan de mis caracter¨ªsticas: me invit¨® a una comida en petit comit¨¦ en Barcelona con David Simon. Solo pod¨ªa mirarlo. ¡°Nunca triunfar¨¢s en la vida, lo sabes ?no?¡±, me dijo otro amigo de Toni, muy majo, testigo de mi par¨¢lisis ante David Simon. ?Qu¨¦ debe ser triunfar en la vida?, me pregunto muchas veces. Si era resultarle interesante a Simon, est¨¢ claro que fracas¨¦. Llegamos a cruzar un par de comentarios sobre homicidios en Barcelona y homicidios en Baltimore. ¡°Wooow¡± fue probablemente lo m¨¢s inteligente que dije, quiz¨¢ lo ¨²nico que dije.
Dud¨¦ entre Pryzbylewski, Bubbles y Omar Little y me qued¨¦ con Omar. Es mi personaje preferido de la serie: un atracanarcotraficantes gay, negro, con una cicatriz que le cruza la cara como si fuese un pirata. Un anarquista en el mundo de la droga que se dedic¨® a atemorizar de tal forma, con su escopeta y su gabardina hasta los pies, que solo pasear silbando por las calles de Baltimore los traficantes le tiraban la droga por la ventana con tal de que la cogiese y se fuese. No debi¨® morir as¨ª.
Un enlace pirata y un anuncio porno
1. A?o de estreno y origen. Se estren¨® en 2002 en Estados Unidos. Lleg¨® a Espa?a al cabo de unos a?os, a trav¨¦s de l¨¢pices USB y enlaces pirata en internet con anuncios porno.
2. Actores protagonistas. McNulty, su grupo de polic¨ªas y las calles de Baltimore.
3. Edad que ten¨ªas cuando la mirabas y con quien la mirabas. 28 a?os. Sola con mi ordenador.
4. La mejor escena que recuerdas. El asesinato del narcotraficante Stringer Bell en un edificio abandonado.
5. Qu¨¦ serie miras ahora. El Pionero, un documental de HBO sobre Jes¨²s Gil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.