La maldici¨®n del PP de Madrid
En una ocasi¨®n me cont¨® Esperanza Aguirre, que cuando visit¨® G¨¦nova 13 por primera vez, le pregunt¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar qu¨¦ hab¨ªa en la planta primera del edificio
Desde que le conoc¨ª, me sorprendi¨® que Paco Granados, siempre enfundado en car¨ªsimos trajes de amodeluniverso (fue mago de las finanzas antes de dedicarse a la pol¨ªtica y acabar en la c¨¢rcel por corrupci¨®n) llevara los zapatos sucios. M¨¢s tarde comprend¨ª que era por chapotear en terrenos pantanosos. Es una de las m¨¢s destacadas se?as de identidad del Partido Popular madrile?o. Una organizaci¨®n tan horadada por los esc¨¢ndalos que, seg¨²n una colaboradora de Rajoy, ¡°parece un queso de gruyere¡±. A¨²n es peor: tiene gafe.
En una ocasi¨®n me cont¨® Esperanza Aguirre, que cuando visit¨® G¨¦nova 13 por primera vez, le pregunt¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar qu¨¦ hab¨ªa en la planta primera del edificio. El presidente no movi¨® un m¨²sculo: ¡°Ah¨ª ni te metas, es el PP de Madrid; un avispero¡±.
Desde los tiempos en que Alianza Popular estaba en la calle Silva (enfrente del templo h¨ªpster, Jos¨¦ Alfredo), la organizaci¨®n madrile?a era turbia. En ella mandaba Rato por persona interpuesta. Por ejemplo, Romero de Tejada. O del due?o del restaurante Jockey, el ¨¢gora de todas las conspiraciones ante un Vega Sicilia, Luis Eduardo Cort¨¦s. Para cubrir las apariencias pusieron a un presidente que no diera problemas: P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Bien visto por Aznar, Rato y Gallard¨®n y que, despacito, llegar¨ªa a presidente del Senado. El PP de Madrid se activaba durante la contienda electoral; el resto del tiempo se dedicaba a sus cosas. La construcci¨®n y las contratas iban como un tiro.
Esperanza no hizo caso a su gran jefe, y atraves¨® en 2004 el Rubic¨®n. Necesitaba poder territorial. Los suyos (Zaplana y Nacho Gonz¨¢lez) la animaban para que derrocara a Rajoy. Tom¨® el Partido de Madrid al asalto. Dej¨® en la cuneta Gallard¨®n y a Cobo en una noche de cuchillos largos junto al falso balc¨®n de las grandes ocasiones del PP. Reparti¨® cargos entre los hu¨¦rfanos ratistas. Y lo puso en manos de sus pretorianos m¨¢s duros (y, a la postre, m¨¢s corruptos): Paco y Nacho. El descontrol fue absoluto. Cuando visitabas a Nacho te pon¨ªa con una sonrisa guasona agua del Canal de Isabel II. Ser¨ªa su expolio favorito. Hoy ambos son cad¨¢veres pol¨ªticos. Y todas las dem¨¢s grandes piezas del PP de Madrid han ido cayendo como las de un domin¨®. Lazo, P¨²nica, Gurtel, tarjetas black¡ ?Les suena? Esc¨¢ndalos conectados al aparato madrile?o. Sin dejar de lado a Cristina Cifuentes y sus asuntos propios. Cuando ¨¦sta cav¨® su tumba, Rajoy intervino Madrid y coloc¨® de nuevo a P¨ªo al tim¨®n. No quer¨ªa sentir ni padecer.
Alrededor de Esperanza Aguirre fue curti¨¦ndose en el PP de Madrid una nueva generaci¨®n de cachorros de la derecha, pastoreados por Javier Lasquetty. Conservadores en costumbres y liberales en econom¨ªa. Tres ya mandan. Pablo Casado, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida (alias Pepito) e Isabel Ayuso. Esta ya siente en la nuca la maldici¨®n del PP de Madrid. Que mire para atr¨¢s y tome nota.
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