Catolicismo, aconfesionalidad y rep¨²blica
Quim Torra nombra al nuevo prior de la capilla de Sant Jordi, tradici¨®n reinstaurada por Tarradellas que tal vez el trozo de un Estado aconfesional, por no hablar ya de quien aspira a la rep¨²blica, deber¨ªa aparcar
El historiador y sacerdote Joan Bada sol¨ªa ironizar sobre las exhibiciones de fe sociol¨®gicas que tanto abundan en este pa¨ªs. En una ocasi¨®n, cuando el F¨²tbol Club Barcelona ofreci¨® con pompa y boato sus trofeos a la Virgen en la bas¨ªlica barroca de la Merc¨¨, sentenci¨®: ¡°Los seguidores de los dem¨¢s clubes deben haber apostatado, puesto que la Virgen ha mostrado que el Bar?a es el elegido¡±. Bada muri¨® hace casi dos a?os y todo va a peor: el Bar?a ha recuperado su vieja tradici¨®n nu?ista y vuelve a hacer ofrenda de sus trofeos a la Merc¨¨, una pr¨¢ctica, por otra parte, muy similar a la que sigue el Real Madrid con la Almudena.
Estas manifestaciones de fe tan peculiares se producen en un pa¨ªs en el que seg¨²n las encuestas hay m¨¢s descre¨ªdos (29%) que cat¨®licos practicantes (22%). Y, sin embargo, sigue en vigor un acuerdo preconstitucional con el Vaticano que consagra privilegios exclusivamente para el catolicismo: impuesto religioso, exenci¨®n de IBI, pago a profesores de religi¨®n cat¨®lica, subvenciones a centros escolares confesionales¡ Por si fuera poco, hace unos d¨ªas este diario public¨® que la Iglesia ha inscrito como propios 30.000 bienes en casi dos d¨¦cadas. Todo ello fue gracias a una ley franquista aggiornata por Aznar que estuvo en vigor hasta 2015 y que permiti¨® con la firma de un obispo inscribir por ejemplo, por 30 euros, la muy cat¨®lica mezquita de C¨®rdoba como propiedad de la di¨®cesis andaluza. Numerosos ayuntamientos quieren solicitar la revisi¨®n de estas inscripciones arbitrarias, lo que abrir¨ªa un gran mel¨®n judicial. El Gobierno central, que solicit¨® el informe a los registradores de la propiedad, lo mantiene oculto desde hace un a?o. Al parecer est¨¢ ¡°corrigiendo errores¡± y debe haber muchos a juzgar por la tardanza en hacerlo p¨²blico, a pesar de existir una resoluci¨®n parlamentaria en este sentido.
Y es que en Espa?a abundan muchos tics propios de un Estado confesional. El Jefe del Estado sigue haciendo la ofrenda al ap¨®stol Santiago, solo cuestionada ¡ªdesde Felipe IV (1643)¡ª en los brev¨ªsimos periodos en que se impusieron las luces: las Cortes de C¨¢diz y la Segunda Rep¨²blica. ?Y qu¨¦ se celebra? Pues la presunta participaci¨®n del ap¨®stol en la supuesta batalla de Clavijo en el siglo IX: en la que el cristianismo aplast¨® a los sarracenos. El voto a Santiago arranca de ah¨ª y ello permite que se ruegue desde el altar mayor de la bas¨ªlica de Compostela por la unidad de Espa?a, como hizo el presidente gallego Alberto N¨²?ez Feijoo, en calidad de delegado regio, en la misa del 25 de julio de 2017. Pero quiz¨¢s la homil¨ªa m¨¢s sonada fue con la que, en 1981 y tambi¨¦n en nombre del Rey, se despach¨® el entonces capit¨¢n general de la VIII Regi¨®n militar, Manuel Fern¨¢ndez Posse. El militar acus¨® a diputados y periodistas de ser los responsables de una ¡°guerra sucia subversiva¡± que trataba de ¡°destruir nuestros valores espirituales y morales, llegando a la exhibici¨®n y ostentaci¨®n de las m¨¢s bajas lacras y pasiones¡±.
En Espa?a abundan tics propios de un Estado confesional pese a la minor¨ªa de cat¨®licos practicantes
Espa?a arrastra servidumbres del nacional-catolicismo impropias de un Estado que debiera ser cuando menos aconfesional, seg¨²n la Constituci¨®n. Tampoco la civilizada Catalu?a est¨¢ au-dessus de la m¨ºl¨¦e. Seg¨²n el CIS, es la comunidad m¨¢s laicizada: un 45,9% de la poblaci¨®n se confiesa atea, agn¨®stica o no creyente, mientras que solo un 10,9% va en alguna ocasi¨®n a misa. Pero estas contundentes cifras no parecen hacer mella en sus gobernantes. Ah¨ª est¨¢ el presidente Quim Torra nombrando hace unos d¨ªas al nuevo prior de la capilla de Sant Jordi, en el Palau de la Generalitat, una tradici¨®n que reinstaur¨® Josep Tarradellas y que tal vez el trozo de un Estado aconfesional ¡ªpor no hablar ya de una naci¨®n que aspira a ser rep¨²blica¡ª deber¨ªa haber aparcado.
Dec¨ªa Rousseau que no puede haber rep¨²blica cristiana porque un t¨¦rmino ¡ªbasado en absolutos¡ª excluye al otro. Pero en Catalu?a se est¨¢ haciendo realidad el ox¨ªmoron roussoniano. Sea o no por el peso prof¨¦tico de aquel ¡°Catalu?a ser¨¢ cristiana o no ser¨¢¡±, no deja der ser curioso que en el liderazgo del independentismo de la Catalu?a descre¨ªda sean mayor¨ªa los cat¨®licos, como demuestra su asiduidad a las celebraciones eucar¨ªsticas penitenciarias. O el hecho de que Torra haya nombrado prior de la capilla de Sant Jordi al primo del ex consejero Jordi Turull, actualmente en prisi¨®n. En esta b¨²squeda de las ra¨ªces comunes entre cristianismo y nacionalismo, que tanto obsesion¨® a Jordi Pujol, encaja perfectamente el actual president. Hace un a?o, Torra aseguraba en las redes sociales que con ¡°todos los pedacitos de huesos que quedan en los Pa?sos Catalans se podr¨ªa reconstruir casi entero al caballero Sant Jordi¡±. Y ah¨ª seguimos.
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