Cuando la clase media toma la escuela p¨²blica
Los actuales procesos de segregaci¨®n social en los entornos urbanos no hacen m¨¢s que incentivar las estrategias de diferenciaci¨®n y b¨²squeda de exclusividad en la elecci¨®n

Una de las consecuencias de los efectos de la crisis econ¨®mica en la educaci¨®n es el aumento de demanda de escuela p¨²blica por parte de una clase media que ve menguadas sus posibilidades econ¨®micas de recurrir a la educaci¨®n privada para escolarizar a sus hijos. No hablamos, por supuesto, de una clase para la que la educaci¨®n p¨²blica no es siquiera una de las posibles opciones de escolarizaci¨®n, sino de aquellas fracciones sociales de demanda muy el¨¢stica, que suelen moverse entre el mercado y la provisi¨®n p¨²blica en funci¨®n de variables como la renta familiar disponible, la calidad educativa o la percepci¨®n del riesgo entre las distintas opciones de escolarizaci¨®n.
Son estas fracciones de clase las que son m¨¢s activas en la elecci¨®n escolar. Utilizan estrategias muy calculadas para maximizar la inversi¨®n educativa, conscientes de que se juegan las posibilidades de reproducci¨®n de las posici¨®n social en esa inversi¨®n. Antes de tomar la decisi¨®n sobre d¨®nde escolarizar a los hijos, visitan numerosas escuelas, participan de reuniones de puertas abiertas o se entrevistan con las direcciones escolares. Comparten grupos de whatsapp con otras familias para intercambiar informaci¨®n y sobre todo, para saber qu¨¦ estrategias utilizan otras familias afines en estilos de socializaci¨®n. En el c¨¢lculo de la elecci¨®n escolar intervienen muchas variables: el proyecto educativo del centro, las aportaciones econ¨®micas, la cantidad y calidad de actividades complementarias y, sobre todo, la composici¨®n social de la escuela.
Es en este contexto en el que ha crecido la demanda de un tipo de escuela p¨²blica muy determinada, caracterizada por una oferta escolar que se presenta como una educaci¨®n distinta y pedag¨®gicamente alternativa. Son escuelas de apariencia muy innovadora, en las que el lenguaje se adapta a los retos de la educaci¨®n del siglo XXI: centrada en competencias m¨¢s que en conocimientos, no memor¨ªstica, alternativa en la organizaci¨®n escolar o flexible en las estrategias de evaluaci¨®n. Esta oferta escolar refuerza su mensaje cuanto m¨¢s accede a una clientela de un perfil social que, de forma expl¨ªcita o impl¨ªcita, le reclama ir de la mano en las estrategias de clausura social. De este modo, el proyecto educativo puede garantizar la calidad si, y s¨®lo si, se asegura que las familias que acceden al centro escolar est¨¢n convencidas del mismo (se lo creen y lo defienden). La escuela obtiene a cambio una imagen de prestigio educativo y social y ser un foco de atracci¨®n para familias de clase media, siempre m¨¢s f¨¢ciles de educar que las familias pobres.
Los actuales procesos de segregaci¨®n social en los entornos urbanos no hacen m¨¢s que incentivar estas estrategias de diferenciaci¨®n y b¨²squeda de exclusividad en la elecci¨®n. Algunos autores han denominado a este fen¨®meno ¡°colonizaci¨®n o gentrificaci¨®n escolar¡±. La llegada de sectores de clase media a algunas escuelas p¨²blicas ¡°de barrio¡± produce un fen¨®meno de desplazamiento (voluntario o no) de algunas familias y sobre todo genera mecanismos de exclusividad y exclusi¨®n que convierten a la escuela en especialmente atractiva para sus nuevos ocupantes y a menudo extra?a para parte de la comunidad en la que se ubica. Es com¨²n que las familias de clase media ¡°tomen¡± la asociaci¨®n de padres, colaboren activamente con el profesorado del centro o fijen nuevas cuotas para cubrir actividades complementarias.
Sin duda, la cobertura y la calidad del Estado de Bienestar depende de que las clases medias crean en los servicios p¨²blicos como alternativa al mercado y clamen por una educaci¨®n o sanidad p¨²blicas y de calidad. Sin embargo, si esta reivindicaci¨®n supone la b¨²squeda de exclusividad y clausura social, se corre el riesgo de construir servicios de distinta velocidad y calidad. Si abundamos en la jerarquizaci¨®n de la escuela p¨²blica, nos jugamos algo tan importante como son sus virtudes como instituci¨®n igualadora de oportunidades. Impedirlo depende de la pol¨ªtica educativa.
Xavier Bonal es profesor de Sociolog¨ªa de la Universitat Aut¨°noma de Barcelona.
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