Una fiesta art¨ªstica de 24 horas con 50 creadores emergentes

Cuatro estudiantes de arquitectura, autodenominados Casa Antill¨®n, han contactado por Instagram con los 50 artistas j¨®venes que m¨¢s admiran y los han juntado en un edificio de Carabanchel para que expongan sus obras durante 24 horas. Solo les dieron una directriz: que utilizaran el espacio como si fuera para ellos solos. Su propuesta es la superposici¨®n de 50 creaciones individuales y libres, alejada del cl¨¢sico blanco limpio de una galer¨ªa, y que el tiempo se limite a un d¨ªa para sentir la tensi¨®n constante de una inauguraci¨®n que justo despu¨¦s se va a clausurar. Adem¨¢s, habr¨¢ performances, djs y artistas sonoros que activar¨¢n la experiencia del p¨²blico.

A lo largo de esta semana, las piezas han llegado a Casa Banchel, el edificio ¡ªhabitado por tres personas¡ª que acoger¨¢ esta fiesta art¨ªstica. Los creadores, de una media de 25 a?os, venidos de Europa, Latinoam¨¦rica y Espa?a (mayoritariamente Madrid y Barcelona) acuden al lugar y colocan su creaci¨®n. Este mi¨¦rcoles, alrededor del tragaluz en medio del edificio, ya se pod¨ªa observar una muestra de la amalgama en la que consistir¨¢ el d¨ªa:?Sergio Pradana ha colocado en una pared una tela con una monta?a nevada impresa que le lleg¨® por Ali Express sin haberla pedido;?Jose Luis Barquero ha colgado su ¨®leo del techo para que le de la luz como la vidriera de una iglesia; y la?dj ALV ha montado una escultura con pantallas conectadas a las peque?as c¨¢maras que llevar¨¢ puestas mientras se mueve pinchando por la casa.

Las cuatro comisarios de Casa Antill¨®n ¡ªMarta Ochoa, Emmanuel ?lvarez, Yosi Negr¨ªn e Ismael Santos¡ª orbitan alrededor de dos ideas: espontaneidad e inmediatez. ¡°Si no vienes el s¨¢bado, si no est¨¢s en ese momento, te lo pierdes¡±, comentaba Ochoa en un descanso a mediod¨ªa. El primer evento que realizaron el pasado febrero dur¨® un fin de semana, y decidieron acotar a¨²n m¨¢s el tiempo para concentrar la emoci¨®n del comienzo. En aquella ocasi¨®n se realiz¨® en la casa de uno de ellos, con la intenci¨®n de conjugar el arte y la vivienda. Su primer experimento despert¨® el inter¨¦s de Javier Mu?oz, miembro de Casa Banchel, y les ofreci¨® su espacio: ¡°Vi que eran gente moderna, divertida y con criterio¡±. Mu?oz define el edificio en el que reside junto a otras dos personas, como un centro de pensamiento, saraos y cenas, un refugio para artistas donde continuamente hay gente. ¡°Nuestra cotidianeidad es una pieza art¨ªstica en s¨ª¡±, explica. Los dos colectivos confluyen en explorar y albergar lo dom¨¦stico: uno de los performers de ma?ana, por ejemplo, fregar¨¢ continuamente la casa con diferentes detergentes.

Los artistas j¨®venes, algunos con a?os de experiencia y otros exponiendo por primera vez, van a juntarse y a mezclarse con el p¨²blico. Barquero (con 22 a?os, uno de los menos experimentados), en cuyos ¨®leos se ve a un p¨¢jaro que se come los test¨ªculos de un hombre, lo tiene claro: ¡°Los de Casa Antill¨®n generan di¨¢logo y crean generaci¨®n¡±. Jorge Ariza, estudiante de estilismo y miembro de Bruto Madrid, ha colgado una camiseta gigante representativa de la ropa que confecciona: ¡°Han juntado diferentes artistas, algunos importantes y otros como nosotros menos conocidos en un sitio tan guay como Casa Banchel¡±.

Sea con intenci¨®n o no, el perfil de los participantes retrata el arte emergente: funciona en Instagram, no se ci?e a ninguna ocupaci¨®n concreta y mezcla la performance con las creaciones gr¨¢ficas y sonoras. Desde las seis de la ma?ana de este s¨¢bado hasta las seis de la ma?ana del domingo, la entrada ser¨¢ libre hasta completar aforo. Los comisarios recomiendan aprovechar el d¨ªa: pasar la ma?ana, salir para comer, volver a entrar y dejarse conmover por la juventud que llega y que agita la escena cultural.