Carabanchel, refugio de artistas
El desembarco de un colectivo de creadores aporta color a una zona con pasado industrial pero despierta el miedo a que se produzca un proceso gentrificador
La llegada es un tanto desoladora. Es un d¨ªa lluvioso, circundan fachadas de ladrillos naranjas, homog¨¦neas como cajas de zapatos. Esto es una antigua zona fabril de Carabanchel, en la avenida Pedro D¨ªez, donde colindan los barrios de Opa?el, Vista Alegre y San Isidro. Pero basta abrir algunas de las puertas y cierres met¨¢licos para que la vida se vuelva policrom¨¢tica. Detr¨¢s, trabajan algunos de los artistas con m¨¢s proyecci¨®n de Madrid.
Los edificios, a mediados del siglo pasado, alojaban factor¨ªas textiles e imprentas. Ahora, all¨ª se pinta, se moldea, se esculpe, se fotograf¨ªa, se ensambla, se juega con la geometr¨ªa y el espacio. Decenas de artistas crean, y combaten la grisalla externa con sus obras, plenas de colores inesperados. La mayor¨ªa tiene su espacio en ARCO cada a?o, y ha expuesto en galer¨ªas extranjeras de renombre, y en algunos de los museos de arte moderno m¨¢s reputados de nuestro pa¨ªs. Pero no cambiar¨ªan este reducto carabanchelero por nada.
¡°Hace unos a?os mi mujer encontr¨® una nave en un anuncio de Internet¡±, recuerda el sevillano Miki Leal, pintor y ceramista, que acaba de exponer en el County Hall de Londres. ¡°Carabanchel me sonaba a delincuencia, al rock le?oso de Rosendo¡±. El origen industrial del espacio, di¨¢fano y de unos 800 metros cuadrados, era perfecto para la labor de un artista. Los suelos est¨¢n preparados para soportar mucho peso, y sus amplios montacargas admiten hasta las obras m¨¢s grandes.
¡°Esto es clave¡±, explica Sonia Navarro, ¡°muchos tienen la visi¨®n rom¨¢ntica del artista en un peque?o estudio abuhardillado del centro de la ciudad, pero todo son inconvenientes, y no solo por el precio: la mayor¨ªa de los edificios de la zona de Malasa?a, donde trabajaba antes, no tiene ascensor¡±.
Navarro, en cuyos collages intervienen materiales y colores heterog¨¦neos, (algunos, de dos metros de altura), no se lo pens¨® dos veces cuando le propusieron compartir taller. Tampoco FOD (¨¢lter de Francisco Olivares D¨ªaz), Bel¨¦n Rodr¨ªguez, Miguel ?ngel Tornero o Elvira Amor. En total son doce artistas de disciplinas dispares, entre los 35 y los 45 a?os, que han llegado lejos en sus respectivas carreras. La mayor¨ªa no reside en Carabanchel. Su estudio se llama Nave Oporto, y el de la planta inferior, Mala Fama.
En torno a este lugar, cerca del Gruta 77 (uno de los pocos garitos con pedigr¨ª rockero supervivientes en la ciudad), las fachadas ladrillosas esconden 30 estudios compartidos que abren sus puertas al p¨²blico una vez al a?o, reunidos bajo el colectivo Artbanchel. Una iniciativa surgida en 2017, no exenta de pol¨¦mica. El colectivo barrial J.A.C.A. (Jornadas de Arte y Creatividad Anarquistas), public¨® un comunicado en el que acusaban a sus organizadores de tener la ¨²nica intenci¨®n de ¡°compartir los resultados de su producci¨®n con otros miembros de su gremio¡±, y de ser ¡°la punta de lanza del inminente proceso gentrificador que algunos desean para el barrio¡±.
Leal lo rebate: ¡°Artbanchel no est¨¢ patrocinado, y abrimos las puertas a todos, tambi¨¦n a la gente de aqu¨ª. Y por supuesto que el objetivo es dar a conocer nuestra obra¡±. ¡°El apoyo que falta a veces por parte de las instituciones p¨²blicas, lo compensamos de esta manera¡±, a?ade Bel¨¦n Rodr¨ªguez. Amor zanja: ¡°Artbanchel se organiza entre todos, aqu¨ª no hay jerarqu¨ªas, ni influencia de terceros¡±.
El miedo a un proceso gentrificador, acompa?ado de una subida de precios y una desnaturalizaci¨®n del barrio, es comprensible. Malasa?a tambi¨¦n acogi¨® una di¨¢spora de artistas en los ochenta, cuando era un barrio deprimido y de alquileres baratos. Williamsburg, en Nueva York, o Dalston, en Londres, tuvieron procesos similares, acompa?ados de una revalorizaci¨®n del suelo.
El portal inmobiliario Idealista confirma que este distrito no se libra del preocupante repunte de precios de la capital. ¡°No cabe duda de que todo esto tiene un lado positivo: el barrio se embellece¡±, opina Carmen Torreblanca, de 41 a?os, residente en Carabanchel, ¡°pero las inmobiliarias y los especuladores utilizan el asentamiento de artistas como algo cool con lo que subir los precios¡±.
Jes¨²s Casado, de 44 a?os, ha vivido en este distrito desde que naci¨®: ¡°Es uno de los m¨¢s grandes de Madrid, y el movimiento art¨ªstico est¨¢ muy concentrado. Es absurdo pensar que va a afectar a todo Carabanchel. Pero s¨ª puede ayudar a que dejen de asociarnos con droga y delincuencia¡±.
Los artistas de Nave Oporto concluyen: ¡°Nosotros solo venimos a hacer nuestro trabajo lo mejor que podemos, muchas veces en condiciones precarias. Como cualquier currante¡±.
No solo m¨²sica
Artbanchel se celebra en mayo desde hace dos a?os, y es una iniciativa que abre las puertas de los 30 estudios y talleres del distrito de Carabanchel a la ciudadan¨ªa. Cualquiera puede entrar y contemplar in situ lo que all¨ª crean los artistas, y departir con ellos.
El a?o pasado organizaron 52 actividades gratuitas como performances, teatro, radio, m¨²sica, instalaciones, charlas, actividades infantiles, exposiciones y danza. Adem¨¢s, muchos de los estudios compartidos pertenecen a la agenda paralela de la feria ARCO, y son puntos de encuentro ineludibles tanto de aficionados al arte moderno como de mecenas y gente del sector. Algunos estudios compartidos, como Nave Oporto, organizan a lo largo del a?o actividades l¨²dicas para su entorno (desde amigos a artistas de otros talleres). La ¨²ltima, una paellada prenavide?a. "Este espacio es mucho m¨¢s que un espacio de trabajo", dicen sus inquilinos.
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