El doble impacto urban¨ªstico del nuevo Estadio Johan Cruyff
El Ayuntamiento de Sant Joan Desp¨ª celebra que la reordenaci¨®n de la zona a partir del aterrizaje del Bar?a ha impulsado un nuevo barrio residencial en la ciudad
El estadio Johan Cruyff es la pieza que completa la Ciudad Deportiva del Bar?a, un proyecto que se empez¨® a cimentar en 2006 y que, seg¨²n apunta el Ayuntamiento de Sant Joan Desp¨ª, ha incidido tambi¨¦n ¡°en el desarrollo del sector de Les Begudes¡±. El consistorio celebra que la reordenaci¨®n de la zona a partir del aterrizaje del Bar?a ha impulsado un nuevo barrio residencial de la ciudad, donde se desarrollar¨¢n alrededor de 800 pisos. Paralelamente, el nuevo estadio permite acometer el derribo del Mini y desbloquea el Espai Bar?a, un macroplan urban¨ªstico alrededor del Camp Nou.
El alcalde de Sant Joan Desp¨ª, Antoni Poveda, refiere que la puesta en servicio de las instalaciones del Bar?a ha supuesto ¡°un importante impacto para la ciudad, en tanto que contribuye a la ordenaci¨®n y crecimiento de un nuevo barrio¡±. Seg¨²n el ayuntamiento, el sector donde se ubica la Ciudad Deportiva Joan Gamper est¨¢ en pleno crecimiento, ha ganado nuevos viales y carriles bici, adem¨¢s de unos 20.000 metros cuadrados de zonas verdes. Se ha mejorado el transporte p¨²blico con la llegada de nuevas l¨ªneas de bus y se han creado 900 plazas de aparcamiento. El alcalde se?ala que, de toda la nueva oferta inmobiliaria ¡°un 40% es vivienda de protecci¨®n oficial¡± y defiende que el entorno de la zona pivota sobre un dise?o que ¡°prioriza las personas y la movilidad sostenible¡±.La construcci¨®n de un estadio de f¨²tbol y su impacto en la potenciaci¨®n econ¨®mica de su entorno tiene un precedente reciente en el Baix Llobregat: la llegada del Espanyol a Cornell¨¤-El Prat y la consecuente transformaci¨®n urban¨ªstica al abrigo de un complejo deportivo de estas caracter¨ªsticas.
M¨¢s all¨¢ de las consecuencias que la mudanza de un club tenga en sus aficionados, los interrogantes se ciernen sobre el impacto urban¨ªstico que se desencadena y en si las infraestructuras est¨¢n adaptadas para canalizar las demandas de movilidad. En el caso de los aficionados que acuden al RCDE Stadium, son frecuentes las quejas relativas a los atascos y a las malas conexiones del transporte p¨²blico.Jordi Moix, vicepresidente y responsable del Espai Bar?a, apunta que el corte de cinta del estadio Johan Cruyff ¡°consolida la actividad de la ciudad deportiva¡± y desbloquea el desbroce urban¨ªstico de todo el entorno del Camp Nou. ¡°A partir del mes que viene se va a presentar el permiso para derribar el Mini¡±, certifica Moix. Una liberaci¨®n de espacio imprescindible para permeabilizar el estadio del Bar?a con el barrio de les Corts, poder empezar a construir el nuevo Palau Blaugrana y darle forma al ambicioso Espai Bar?a, un proyecto de reordenaci¨®n del coraz¨®n cul¨¦ que tiene un coste presupuestado en 600 millones de euros.
El peso del pasado
En 1909 el Bar?a languidec¨ªa. Con diez a?os de vida, apenas contaba con el apoyo de 200 socios y Joan Gamper, el suizo que fund¨® el club para poder desempe?arse como futbolista, decidi¨® asumir la presidencia de la entidad. Su gesti¨®n sirvi¨® para multiplicar el n¨²mero de abonados y para darle al Bar?a su primer estadio en propiedad: el campo de la calle Ind¨²stria. Ah¨ª, en pleno Eixample, en la que m¨¢s tarde fue rebautizada como calle Par¨ªs, fijaba el club su casa, un estadio que ostent¨® la primera tribuna de dos pisos que se constru¨ªa en Espa?a y desde donde los aficionados exhib¨ªan la parte baja de su espalda a la calle, dando lugar a la aparici¨®n del apodo cul¨¦.
El estudio de arquitectos Batlle i Roig afirma que se inspir¨® en ese hogar blaugrana primitivo para planificar el estadio Johan Cruyff, la joya de la corona de la ciudad deportiva del Bar?a. Era menester zambullirse en las ra¨ªces del club para suavizar la transici¨®n desde el Mini Estadi al nuevo feudo de la cantera. Derrumbar el Mini pod¨ªa ser un rasgu?o al alma de los cul¨¦s, un campo que ha acunado el talento de mitos como Guardiola, Iniesta, Xavi o Messi y que ejemplifica el ADN del club, hasta el punto de que, en tiempos de escasez de referentes de post¨ªn, lleg¨® a dar nombre a una quinta de futbolistas que ten¨ªan una potente plasticidad pero a quienes los resultados fueron esquivos.
El reto radica en que la nueva cancha de las j¨®venes promesas preserve las esencias formativas que destilaba el Mini, estrat¨¦gicamente plantado a la sombra del Camp Nou. ¡°Es un campo m¨¢s peque?o, s¨ª, pero es que el Mini no se llenaba casi nunca¡±, razona Enric Batlle, uno de los socios fundadores del estudio que se ha encargado de dirigir el proyecto del estadio Johan Cruyff. Excepto en citas especiales, como el entrenamiento de Navidad de la primera plantilla, pleno absoluto, o algunos cruces de Champions del equipo femenino, hasta 8.000 espectadores, la asistencia media en el Mini apenas alcanzaba las 2.000 personas, lo que dejaba muchos claros en una tribunas equipadas con 14.000 asientos. El aforo se ha reducido a 6.000 localidades en el nuevo campo.
Una de las incertidumbres es como afectar¨¢ en el aficionado la mudanza y el hecho de jugar los partidos como local fuera de Barcelona. El d¨ªa del debut del Bar?a B, frente al N¨¤stic de Tarragona, se contabilizaron 2.500 espectadores. Es pronto para hacer balances pero en el caso del Espanyol, que se traslad¨® a Cornell¨¤-El Prat hace diez a?os, la asistencia media ha ido cayendo progresivamente. La temporada pasada se situ¨® por debajo de los 20.000 espectadores, cuando el a?o de inauguraci¨®n del estadio fue de casi 28.000.?
Un estadio expresamente asim¨¦trico
El arquitecto del estadio Johan Cruyff resalta que ¡°se trata de evitar jugar partidos con esa sensaci¨®n de grada vac¨ªa¡±. El dise?o es intencionadamente asim¨¦trico, con una tribuna mucho m¨¢s elevada que los otros tres costados del rect¨¢ngulo. Es un campo peque?o, s¨ª, pero no incompleto. ¡°Tiene todo el equipamiento que precisa un estadio del siglo XXI¡±, dice Batlle. El presupuesto, de 13 millones de euros, no ha ahorrado en detalles que puedan comprometer las exigencias de la Uefa. El estadio acoger¨¢ partidos del filial, del juvenil y del equipo femenino, que juega competiciones europeas. Igual que el Camp Nou, su orientaci¨®n es es norte-sur, buscando la protecci¨®n de p¨²blico y jugadores cuando baja el sol.
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